El párroco de la iglesia de La Natividad de Nuestra Señora, en el barrio de Alviar, se encontró la mañana de ayer con la cerradura de la puerta forzada: Se habían llevado el lamparario electrónico. No hubo más destrozos en el templo. Francisco Díez sospecha que los ladrones aprovecharon la nocturnidad para cometer el latrocinio, ya que «a las ocho de la tarde estuve yo aquí y todo se encontraba en orden». Sorprende que se llevaran el lamparario, que mide un metro de altura y tiene un ancho de unos 50 centímetros, ya que el dinero que puede haber en su interior tampoco suma una importante cantidad. Por el momento no se tiene pista alguna sobre quién pudo cometer el robo.