Una historia novelesca sustentada en un hecho histórico, un retrato psicológico sobre una imagen de fusilada estética. Es como el fogonazo de la parca y la posterior indagación. "El fotógrafo y la muerte": Robert Capa dispara su cámara cuando Federico Borrel rinde su vida. Antonio López Alonso -en su laboriosidad, ¿el escritor y catedrático de Traumatología y Ortopedia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá será capaz de multiplicar, como el Otro, los días y las horas?- crea una trama de amplios registros, que se inicia con el viaje interior del protagonista, un estudiante de Medicina, Antonio, «nacido en un recóndito pueblo de Castilla». Concluye los estudios y, después, aprueba las oposiciones para forense, pues «siempre le había atraído esclarecer las muertes sin resolver», y se instala en Tenerife.

La visión de una fotografía (esa estampa mortífera captada por Capa, el 5 de septiembre de 1936, en la que Borrel, miliciano de la CNT, de Alcoy, cae abatido por los dos disparos en Cerro Murciano) golpea fuertemente en la conciencia (que puede ser denuncia, sensibilidad, rabia, impotencia?) del protagonista de la acción. Y, desde entonces, el viaje interior no tiene término. Y el otro. Con indagaciones -en archivos de Córdoba y Madrid- sobre la mayor identidad del hombre muerto. A veces, con la ayuda de los sueños, donde Capa explica, ofrece detalles. Las visiones del subconsciente, en ocasiones, resultan iluminadoras. Así, desmitifica -sin intentos desmitificadores- al personaje. Esto es: Lo hace más humano, más verdadero, a través de las oníricas confesiones. Son «conversaciones soñadas», según López Alonso.

Si la primera parte de la novela transita "Por el camino, buscando las orillas", la segunda ofrece connotaciones bien distintas, reflejadas en el enunciado: "La fugacidad del tiempo". Pasan los años (tres décadas) y el médico pesquisidor de verdades e imágenes se desentiende de tal trabajo detectivesco. «De la historia de Robert Capa, de la foto, de la observación para desenmascarar sus entrañas, esos interiores que la hacían única». Y el tercer capítulo se acoge al título de "El libro de los recuerdos", con evocaciones de lo pasado e investigaciones sobre la autoría de la foto: ¿La captó Robert Capa o no?... Investigaciones (también en Alcoy, Bujalance y Madrid), realizadas con persistencia, y hallazgos. Sobre el miliciano y sobre Marina, la compañera.

"El fotógrafo?" (editorial Suma, del grupo Santillana) es, tal vez sin proponérselo, un homenaje a Robert Capa. Y una indagación sobre el idealismo, el horror, la mentira, los entresijos de la muerte. Y se percibe una impresión: El autor de la obra -ahí están, asimismo, entre una veintena de títulos, escrituras de amplios géneros: ensayo, novela, biografía, teatro, relato, poesía...- se retrata, en algunos momentos, en el médico protagonista. Al fin y al cabo, coinciden muchas cosas: Profesión, nombre y apellidos, denodada actividad? El escritor ha construido una historia -en 18 capítulos y 261 páginas- llena de agilidad, con buen ritmo, donde se alternan la narración y el diálogo. La acción temporal se inicia, en septiembre de 1936, con la contemplación de la fotografía cainita del ser y no ser, a "españetazo" limpio. Y se prolonga durante varias décadas. Siempre: En la búsqueda de lo acontecido en Cerro Murciano. Hay varios protagonistas (cierto: unos activos, otros pasivos), existen personajes secundarios, aparecen y desaparecen seres anónimos (aportadores, muchas veces, de humildes pero esclarecedoras verdades)? Un viaje a la búsqueda de la verdad no dogmática, con frecuencia escondida, o humillada, o postergada.