Space-Age es un término asociado a la llamada "Era Espacial", principalmente estadounidense, de los años cincuenta y sesenta, inspirado en el optimismo y los desarrollos tecnológicos. Sus seguidores en todo el mundo se cuentan por miles. Ahora, en Zamora, una empresa de arte y coleccionismo que ha visto la luz en el vivero de empresas de la Diputación, "Chachi and Chachi", ha apostado por llevar este tipo de objetos a pleno casco antiguo. El artista plástico Guillermo Alonso Muriel, de 33 años, expone hasta el próximo lunes una original muestra-venta en lo que hasta hace poco era una antigua carnicería de la Rúa de los Francos.

En la cámara frigorífica, en lugar de piezas de carne se pueden ver teléfonos de diseño que son auténticas joyas, tomavistas y otras piezas americanas. Con el título "Delicatessen", Alonso Muriel ha querido utilizar parte del material que forma parte de su empresa de arte y coleccionismo, y ubicarlo en un lugar emblemático de la ciudad. Para ello ha buscado, admite, un «espacio transgresor», como la carnicería.

Cada día decenas de personas observan desde la puerta o se atreven a entrar al interior del negocio sin saber muy bien de qué se trata. Algunos, los más atrevidos, hasta se hacen fotografías ante tan singular escaparate. Paciente, el artista espera en el interior siempre dispuesto a dar explicaciones sobre un mundo que le apasiona y que le ha llevado a coleccionar los objetos más dispares desde una primera cámara de fotos que adquirió en Rumanía en el año 1998. «Vas acumulando, aunque compras y vendes», especifica.

Su intención era ofertar en la ciudad un espacio diferente durante la Semana Santa. Y lo ha conseguido, porque raro es no encontrar a personas mirando a través de los cristales del local que durante décadas sirvió de carnicería. Precisamente, Guillermo Alonso ha jugado con los elementos del antiguo negocio, «porque quiero que exista un diálogo, y que artículos como la cámara frigorífica, la báscula o la barra para colgar la carne formen parte de la muestra. En definitiva, jugar con todos esos elementos que ya estaban aquí», explica mientras anima a un par de jóvenes que se han quedado en la puerta a que pasen al interior y miren con calma todo lo que deseen.

A pesar de la diversidad, existe un denominador común, que es el diseño, sobre todo internacional. Los precios, como los artículos, son también para todos los gustos y bolsillos. El que quiera tener uno de estos objetos puede gastar desde los 5 euros que cuestan algunos de los colgantes realizados por el propio Alonso Muriel con elementos como juguetes, hasta los 1.800 euros de una escultura de Javier Sam-Pérez. En medio, ceniceros que harán revivir más de una historia doméstica, lámparas, cuadros, aparatos de radio, y hasta tomavistas. El promotor de "Chachi and Chachi" ofrece además de una sugerente propuesta la posibilidad de gestionar la compra de objetos que puedan ser de interés.

En "Delicatessen", la luz, la música, el ambiente y todo lo que rodea al visitante desprende una atmósfera especial. Hasta el lunes, pasen, vean y sueñen. La "Space-Age" está aquí.