El inicio de las obras del entorno del Seminario días antes de la Semana Santa ha despertado la «indignación» de vecinos, comerciantes y hosteleros de la zona, que cree se ofrece estos días, con la celebración del principal escaparate de la capital, una «pésima imagen». «No estamos en contra de las obras, sino de las fechas, podían haber empezado después de Semana Santa y haber agilizado con más turnos», se expresa un hostelero. «Comenzaron en la semana de la festividad de San José y entre fiestas y fines de semana habrán trabajado diez días», comenta la responsable de un comercio mientras se queja de que la mayoría de las jornadas ha habido «poco personal». Unos y otros se lamentan de las pérdidas, al provocar una merma de la clientela en estas fechas, y de los perjuicios al visitante en el acceso al parking de la Constitución o en el tránsito por calles donde «ni hay pasarelas».