Recupera a los autores que no aparecen en la lista canónica, oficializada y tantas veces cerrada a cal y canto. Y, entre ellos, a dos zamoranos: Jesús Hilario Tundidor y Agustín García Calvo, uno y otro con obra amplia e interesante, a quienes estudia con atención. Aparece el libro "La otra generación poética de los 50" (UNED), de Luis García Jambrina, donde el profesor de la Universidad de Salamanca y escritor efectúa un recorrido por los autores de la "Promoción de los 60", como Joaquín Benito de Lucas, Félix Grande, Diego Jesús Jiménez? Y, con éstos, nombres "del 50" (Julia Uceda), algunos "descolgados" (ahí quedan clasificados Segovia y Padorno), un caso paradigmático (Gamoneda) y dos en la órbita del "realismo mágico" (Carriedo y Crespo). El estudio aparece dividido en dos partes: La "promoción poética del 60" y "Otros poetas de la "promoción poética de los 50". Son casi medio centenar de autores, con producciones muy distintas, ética y estéticamente, pero aportadoras de visiones del mundo.

Las palabras dedicadas a Hilario Tundidor son reconocedoras de una brillante trayectoria creadora, que se divide en dos etapas. Porque «responde a un concepto de la poesía como obra en perpetua evolución y cambio, a través de un proceso que el propio autor define como "de construcción-deconstrucción"; de ahí que cada nuevo libro se plantee como una expansión o remodelación más del "edificio en construcción"». Lo más relevante, añade, «es que toda esta trayectoria, vista en su conjunto y hacia atrás, constituye, para el poeta, el único fundamento de su ser en el mundo. Podríamos definirla como un proceso de conocimiento y como una construcción poético-ontológica en la que se identifican vida y poesía, esencia y existencia, gracias a una extraordinaria depuración expresiva».

Como "poetas tardíos y secretos" figuran Agustín García Calvo y otros cinco autores. Y dos "transgenéricos": Pereira y Espinosa. Del zamorano señala algunas herencias, reconocibles,? «y, sobre todo, de los grandes griegos y latinos, de cuyas obras ha hecho memorables versiones». García Jambrina señala, asimismo, que su heterodoxia y «su peculiar escritura no encuentran acomodo fácil entre los historiadores de la literatura y la crítica». Estudia el conjunto de las creaciones del autor de "Sermón de ser y no ser". Resultado: «unas son piezas líricas concebidas, en principio, para ser cantadas, mientras que otras, los llamados soliloquios y los poemas largos se prestan más bien a la recitación pública, lo cual informa ya del carácter atípico de su obra».