Andrés Luis Calvo acaba de obtener su baja en el PSOE después de solicitarlo en noviembre pasado y de que fracasaran los intentos de algunos compañeros de evitar su marcha tras 35 años de militancia y décadas como referente socialista en la capital y en la provincia. Luis Calvo, que ha rehusado efectuar declaraciones, abandona las siglas socialistas sin ninguna posibilidad de reconsiderar su postura, según indican quienes han tratado de convencerle de lo contrario. Afirman que «no abdica de sus ideas socialistas, tan genuinas como al principio», aunque dice albergar dudas de que las tengan los que ahora dirigen la formación. Con sus amigos se define «más socialista que socialdemócrata» y ha llegado a indicar que el que esté afiliado o no es «una cuestión más burocrática que otra cosa».

Las razones, explicadas profusamente en la carta de solicitud de baja remitida a la Ejecutiva Federal, se resumen en el «desencanto» por el rumbo que ido tomando el PSOE, especialmente en su organización que considera «un desastre». Como muestra estaría el hecho de que la gestora, creada para resolver con urgencia una situación de crisis en un congreso extraordinario, prolongue su actividad hasta otoño, cuando tenga lugar el ordinario. La noticia pareció disgustar a un veterano socialista que en sus círculos más cercanos parece afirmar que «éste no es el partido en el que entré en momentos difíciles», cuando inició su refundación en 1973 juntos a otros compañeros como Demetrio Madrid. Lo habitual es que esas crisis se ventilen en unos meses: en Madrid la gestora cesó en dos, tras el congreso extraordinario.

La «falta de debate interno» sería otra de las causas de su baja, de hecho, a través del Foro Julián Besteiro, que inicialmente trató de ser una Fundación, buscó impulsar las reflexiones y el diálogo con los colectivos ciudadanos para enriquecer al PSOE zamorano. Y no lo logró.

Nadie duda en las filas socialistas de la pérdida que supone la marcha de Andrés Luis Calvo e incluso algunos de sus dirigentes se resisten a creer que su determinación no tenga vuelta de hoja. El presidente de la gestora, Fernando Benito, mostró su sorpresa por la decisión del que fuera alcalde socialista de Zamora en dos mandatos (1983-1987 y 1991-1995) y avanzó que hablará con él «para que reconsidere» su postura. Tras indicar que desconocía su reciente baja como militante en el PSOE, declaró que «no me gustaría que eso fuera así», mientras subrayaba que «el proyecto de Zamora, aunque es de renovación, no es excluyente para gente con mucha experiencia como Andrés Luis», de quien dijo que «es un valor para el partido». Benito insistió en que «el partido necesita a todo el mundo» y recordó que «yo mismo hablé con Andrés para que nos asesorase en la campaña electoral».

En el mismo sentido de pesar se pronunció el secretario general de la Agrupación Local de Zamora, Antonio Plaza, que se confesó ayer «amigo» de Andrés Luis Calvo, de quien recibió el testigo como jefe de la oposición en junio de 1999, cuando el veterano político decidió dimitir como concejal tras perder las elecciones a la Alcaldía de Zamora frente al candidato del PP, Antonio Vázquez.

Luis Calvo pasó en el año 2000 a un segundo plano de la actividad política, tras "caerse" de las listas al Senado.

Antonio Plaza tampoco quiso ayer profundizar en la valoración de la decisión de Luis Calvo, a quien «respeto muchísimo», dijo, mientras hizo hincapié en su deseo de que tal postura «sea reversible y reflexione» para regresar a las filas socialistas. El secretario de la Ejecutiva Local se mostró especialmente cauteloso sobre lo que considera que «son decisiones personales», que hay que respetar. Nadie cuestiona que las siglas socialistas pierden, así, a uno de sus históricos militantes, senador por la provincia durante 17 años.

Una noticia discretamente guardada para «no hacer daño al partido»

«No hacer daño al partido». Ese parece haber sido el lema de Andrés Luis Calvo y la causa por la que la noticia se ha mantenido con absoluta discreción tanto dentro como fuera de la formación socialista. El ya ex militante del PSOE se comprometió, según fuentes bien informadas, a no comentar su marcha para hacer el menor daño posible. Aunque la decisión fue tomada en octubre, tras el anuncio de la continuidad de la gestora, y comunicada al PSOE en noviembre, los trámites de admisión de la baja se han prolongado durante meses y se ha formalizado hace pocas semanas. Este zamorano, nacido en 1940 en la calle del Aire, que cambió su trabajo en las escuelas rurales por la banca, fue veinte años portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de la capital; promovió en Zamora en las primeras primarias socialistas la candidatura de José Borrell frente a la oficialista de Joaquín Almunia. Para entonces contaba ya con una dilatada treyectoria política, tras iniciarse en las lides políticas en la clandestinidad y refundar tanto la UGT como el PSOE en la provincia de Zamora, allá por 1973. Cuando en el año 2000 se vio "relegado" de la candidatura al Senado, se mostró «defraudado» por algunos compañeros a quienes recriminó que no se le hubiera dicho claramente que no se presentara. «Lo demás ha sido mezquino», declaró entonces.