- La Iglesia, ¿pasa por un momento crítico?

- Durante bastantes decenios ha habido calma en España, pero ahora de pronto viene mucha agitación. Para la Iglesia católica también puede ser bueno, porque hay opresión. Pero es un momento de desconcierto entre los católicos. Es un momento de presión y a veces también de opresión. El Gobierno pretende implantar el laicismo en España. Lo que me preocupa no es la masonería en sí, sino el apoyo del poder civil a esta masonería.

- Metafísica, yoga, autoayuda... ¿La corriente denominada Nueva Era ataca directamente a los pilares de la Iglesia o puede ser complementaria en algún momento?

- La masonería es muy creativa. Ha creado muchas sectas y tiene mucha inquietud, aunque luego se diluye. Nueva Era, que engloba casi todos los movimientos, creo que está estancada ideológicamente, aunque comercialmente todavía es rentable.

- ¿Cuántas sectas hay en estos momentos activas en España?

-Muchísima. Una rama de Nueva Era son los métodos que tratan de desarrollar las fuerzas ocultas de la mente humana.

La parte psicotécnica la puede practicar un cristiano, pero precavido para que luego no le arrastren a la ideología que le va a apartar de la religión cristiana.

- ¿Y cuál es la más dañina?

- Las más dañinas son las destructivas, evidentemente las que pueden matar a personas. Ahí pueden estar las satánicas, pero hay que olvidar las sectas destructivas y, sobre todo, no identificar secta con secta destructiva, aunque también las haya. Una secta es un grupo autónomo, no cristiano, exaltador del esfuerzo humano y que espera un cambio. Pero no tienen por qué ser dañinas, aunque se tienda a identificarlo así.

-¿Este fenómeno ya ha superado el "boom" mediático de los años setenta y ochenta?

- Sí. Pero después ha llegado el "boom" de lo esotérico, dentro de Nueva Era. Hay datos muy sorprendentes en España. Según el CIS, creen más en todo ello las personas con estudios que las que carecen de ellos. La credulidad del recurso a videntes, brujas, astrología, espiritismo y a todo lo esotérico es mayor a medida que aumentan los estudios y el nivel cultural en general.

- ¿Qué perfil tienen las personas con predisposición a entrar en estas sectas?

- Es variado y todos podemos estar expuestos a ello. Influye vivir un momento bajo, de incomprensión, problemas económicos, la soledad... Son circunstancias que se producen.

-¿Qué diferencia a los movimientos de este tipo que surgen en España o en el resto de Europa y los que nacen en Iberoamérica?

- Casi todas las que hay en América tienen interés en implantarse en España, porque es la madre patria y sienten cierta nostalgia de España. También es verdad que, al menos desde el punto de vista social, allí tienen problemas muy importantes, como el alcoholismo, que en ocasiones lleva a las personas a acercarse a estas sectas para buscar ayuda en ellas.

- Un mundo globalizado y con medios de comunicación tan importantes como Internet, ¿se facilita la captación de posibles adeptos?

- Evidentemente sí. Es un medio muy bueno, pero también puede ser muy malo. He tenido casos de padres que me han consultado al notar que su hija de doce años se alejaba de ellos y de sus amigas, y había bajado su rendimiento en clase. Resulta que le habían dejado el ordenador en la habitación, y a partir de la una de la madrugada contactaba con un grupo satánico. Con doce años esta niña estaba ya a punto de marcharse de casa para unirse a ellos.