- ¿Cuáles son las causas que provocan el estrés laboral?

- Causas hay muchas descritas, pero no todas afectan a las personas de la misma manera porque hay diferencias individuales en la percepción y en la respuesta a esas situaciones. Es un proceso individual: cada persona vive las situaciones y las interpreta de una manera.

- ¿Qué síntomas son comunes a quienes lo padecen?

- A nivel fisiológico, que son los más evidentes, está la activación, cuando aumenta el ritmo respiratorio, el cardiovascular, se acelera el corazón, puede haber insomnio? muchas manifestaciones que se detectan igual en todas las personas. A nivel mental, aumentan los pensamientos negativos, hay falta de concentración, incapacidad para atender y tomar decisiones; y a nivel de conductas está la alteración del habla, el llanto, trastornos de la conducta alimentaria. Hay muchas alteraciones en los tres sistemas de respuesta.

- Desde que un trabajador comienza a sufrir esta enfermedad hasta que se manifiesta, ¿pasa mucho tiempo?

- Puede pasar. En principio, el estrés no tiene por qué ser una enfermedad, aunque acaba produciendo patologías si se prolonga en el tiempo. La intensidad, la frecuencia, la duración de la activación permanece en el tiempo y acaba desarrollado enfermedades de forma directa o siendo un factor de riesgo para otras enfermedades. Y esto suele pasar muchas veces porque la persona nota esos síntomas pero, a veces, no les da importancia, no pide ayuda y como consecuencia acaba derivando en una enfermedad.

- ¿Qué tipo de patologías puede desencadenar el estrés laboral?

- Puede afectar a todos los órganos y sistemas del cuerpo, las manifestaciones más evidentes se observan en el sistema cardiovascular: infartos, anginas de pecho, asma, úlceras y gastritis? en fin, como la activación es a nivel general, la enfermedad puede derivar a cualquier órgano y sistema.

- Desde el punto de vista psicológico, ¿pueden activar enfermedades que estén latentes?

- Puede potenciar enfermedades, desencadenar enfermedades, porque es un factor de riesgo para una persona que padezcan una patología: el estrés la agudizará.

- ¿Conlleva cierta dosis de depresión?

- Si se prolonga en el tiempo acaba también produciendo depresiones porque acaba agotando a la persona físicamente y, cuando esto sucede, a nivel psicológico también se encuentra mal porque, entre otras cosas, deja de realizar las actividades gratificantes, que es lo que le da ilusión en la vida.

- ¿Se trata de una dolencia de estos tiempos acelerados o siempre ha existido y quizás ahora se estudian más este tipo de manifestaciones?

- Realmente se estudia más, los primeros estudios a nivel científico se producen en los años 30, pero ya anteriormente Gregorio Marañón y otras personalidades estudiaban los efectos de las emociones intensas, no recogido como estrés, pero que se trataba de personas que se activaban y permanecían activadas en el tiempo desarrollando malestar.

- ¿Somos ahora más vulnerables a esta dolencia que hace unos años o es el que haya avanzado el estudio de esas enfermedades conlleva que se hable más de ellas?

- Ambas cosas. También se habla más porque se conoce gran número de personas que está afectado por el estrés. Y la sociedad actual también lo propicia porque se vive a un ritmo muy rápido y de una forma muy superficial, sin profundizar en las cosas, sin recibir, a veces, de las situaciones que vivimos las gratificaciones suficientes. Porque pasamos de puntillas y no tenemos la posibilidad, como había hace cincuenta años, de disfrutar de las cosas, había más tiempo para ello. Hoy tenemos más medios materiales, más comodidades, pero el efecto secundario es que vivimos con mucha prisa, en una sociedad muy competitiva, que constantemente nos exige más, con lo cual es muy difícil no caer en situaciones de estrés.

- ¿La mayoría no tiene esos recursos psicológicos?

- Claro, tampoco tenemos tiempo para ver que no los tenemos, pensamos rápidamente y, como estamos tan activados, muchas veces la preocupación, el hacer constantemente anticipaciones, nos llevan a que situaciones neutrales de la vida adquieran un carácter agresivo porque vamos ya predispuestos a ello.

- O sea, que eso de dejar la mente en blanco y respirar profundo, ¿es una práctica poco habitual?.

- Claro, respiramos muy mal. Cada década como que lo hacemos peor, de forma rápida y superficial porque estamos activados continuamente, y aunque sea un estrés positivo, es un desgaste muy fuerte. Ahora las técnicas trabajan mucho en recuperar la respiración, la aspiración, tranquila para que los demás sistemas del cuerpo también se estabilicen.

- ¿Bajar el pistón es fundamental?

- Sí, vivir el presente porque el futuro no sabemos si lo tenemos. Y evitar perseguir grandes cosas, acercarse a las metas de forma gradual porque la satisfacción está en el camino y no en la meta.