Las obras para adecuar el pavimento de la avenida de Galicia no se ejecutarán, al menos, hasta el mes de marzo. Así lo prevé el concejal de Obras en el Ayuntamiento de Zamora, José Luis González Prada, después de conocerse a finales de año que será la institución municipal la que se haga cargo de manera subsidiaria de los trabajos. Después de manejar varias cifras a la espera de conocer si la firma Recorsa asumiría las obras, finalmente el Ayuntamiento desembolsará casi 60.000 euros por las tareas en la avenida de Galicia, ya que a los 35.000 euros del coste hay que sumar el beneficio industrial de la futura empresa que se haga cargo de la ejecución de los trabajos. Por el momento, la institución municipal ha iniciado ya el expediente de ejecución para iniciar las obras, si bien la tramitación correspondiente para su desarrollo retrasará la medida en torno a dos meses.

Ni los cientos de firmas recogidas por los comerciantes y particulares del entorno a iniciativa de la asociación de vecinos de San José Obrero han servido para agilizar los trabajos, a pesar que desde la Concejalía de Obras siempre han asumido «los inconvenientes que el estado de la vía conlleva para los ciudadanos», tal y como el edil del PP ha reconocido en diversas ocasiones con relación a los continuos retrasos en la subsanación de los desperfectos en el pavimento, que se suman al famoso socavón que durante el pasado verano generó grandes trastornos en el sector del comercio de la zona.

Desde el equipo de Gobierno ya se han puesto en contacto con la presidencia del colectivo vecinal, aunque González Prada plantea la posibilidad de «entrevistarnos en cualquier momento con los residentes afectados del barrio para explicarles aquello que necesiten saber o que ellos mismos quieran plantear», propone el viceportavoz del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento capitalino.

Los hechos se remontan al mes de abril, cuando apareció el socavón, cuyo retraso en los arreglos hizo plantear a los comerciantes un boicot a la campaña electoral. El Ayuntamiento inició su arreglo por la vía subsidiaria en julio, a pesar de que en septiembre continuaba registrando fugas de agua tras la última prueba de presión ejecutada. En noviembre, se iniciaron varias negociaciones con Recorsa para el arreglo de la vía, pero ninguna de ellas fructificó y ha sido finalmente el Ayuntamiento de la capital el que ha tenido que hacerse cargo del arreglo de manera subsidiaria.