El Juzgado número 5 investiga la denuncia de un comerciante de San Torcuato contra la comunidad de vecinos de un edificio contiguo por las filtraciones de aguas fecales en el sótano de su negocio de zapatería, situado en el número 25, procedentes de un obrador de pastelería. La situación resulta de extrema gravedad, toda vez que las aguas que salen por las paredes «están comiéndose el hormigón, hierro y yeso y cerámica como si fuera chocolate», incide el propietario del negocio afectado, Miguel de la Rosa, quien subraya que «nuestras paredes son maestras de sujeción del edificio construido en 1999». A diario salen 30 litros de aguas fecales, concreta el perjudicado, que describe una situación alarmante.

Los dueños del negocio han tratado sin éxito, y después de buscar con técnicos cualificados del Ayuntamiento, Aquagest y compañía de seguros, que el propietario del obrador de pastelería y los vecinos del inmueble les dejaran entrar en el edificio para subsanar las filtraciones. Se les ha requerido permiso, incluso, por burofax, sin que nadie lo recogiera. El comerciante acaba de solicitar a la Consejería de Sanidad que tome las medidas oportunas de manera urgente para solucionar el problema.

Las consecuencias de esta anomalía se han agravado y en estos momentos las filtraciones en el sótano «ya no están en un punto del local, sino que se han generalizado: sale agua negra, humedad por toda la pared y llega ya a la altura de la calle, con el consiguiente deterioro de las paredes maestras del edificio», insiste De la Rosa. El suelo del habitáculo, las estanterías y mercancía están también estropeándose. Existe «un olor tremendamente desagradable en un establecimiento que permanece abierto al público y con dos trabajadores que no pueden cumplir con su trabajo de forma saludable, ya que tienen que salir a la calle a menudo para poder respirar aire fresco», concluye. Técnicos del Ayuntamiento tienen previsto inspeccionar hoy el establecimiento.