Un contingente de 250 zamoranos -en su mayoría, de las Comunidades Neocatecumenales- acudió el pasado domingo a Madrid para participar en el encuentro a favor de la Familia Cristiana en la plaza de Colón. De aquéllos, 220 viajaron en 5 autocares y los restantes en diversos vehículos particulares. La diócesis organizó una eucaristía en la festividad de la Sagrada Familia, que se celebró en la parroquia de San Benito. La liturgia fue presidida por Gregorio Martínez, obispo diocesano, quien no asistió a la concentración en la capital de España.

Los autocares, una vez recogidos los primeros viajeros en San Frontis, se desplazaron hasta la plaza de Cristo Rey, y desde ahí partieron, a las seis de la mañana, hacia Madrid. Los zamoranos portaban una gran pancarta, y otra media docena de pequeñas dimensiones. Se habían levantado a las cinco de la mañana, y a las diez y media ya se hallaban instalados en la plaza madrileña, en un buen lugar. «Nuestra visión era mejor si atendíamos a la gran pantalla situada junto al estrado», explica Manuel Mesonero. La temperatura: 8 grados. «Los pies se quedaban fríos». La comida, una vez finalizado el acto, de bocadillo. A las 8 de la tarde ya estaban de regreso en Zamora.

El responsable del Secretariado Diocesano de Pastoral de la Salud destaca la presencia de niños y adolescentes en la concentración, algo que podía representar «entre el 10 y el 15 por ciento». Se trataba, en muchos casos, de familias numerosas. Y no faltaron algunos minusválidos, en sillas de ruedas, y enfermos. «Defender la familia también es defender la sociedad», apunta Mesonero Gris. No oculta una realidad: la existencia, en muchos casos, «de falta de compromiso, de esperanza en el propio núcleo».

«Las Comunidades nos encargamos de la infraestructura, aunque acudió gente de otros movimientos de la diócesis», apunta Senén Ferreras. De la capital, Toro, Morales de Toro, Burganes de Valverde... En vehículos particulares, cristianos de Benavente y Villalpando. «El acto fue una expresión de apoyo a la familia cristiana, que está viva. Deben tenernos en cuenta».