A lo largo de su vida, Ramón Abrantes hizo de su taller su refugio. En Zamora tuvo varios, en la calle Zapatería, en la calle Las Doncellas y el último, en la calle Sacramento. En las fotos, realizadas por el que fuera su alumno Ricardo Flecha, Abrantes trabaja en la obra que más tarde se colocaría en la claustro de la Diputación.