La figura de Alonso de Tejeda (1540-1628), aquel maestro de capilla de la Catedral de Zamora, tan valorado en su tiempo, es reivindicada ahora, pasados cuatro centurias, con justicia. Y se hace con el estreno de varios obras suyas, inéditas -se guardan en el Archivo de la Seo-, por el coro de cámara madrileño "Mater Saule", dirigido por Nacho Rodríguez. La presentación, en noviembre, viene propiciada por los fastos conmemorativos del cuarto centenario de la creación del Teatro Principal.

Daniel Pérez, director del coliseo, preguntó directo a Miguel Manzano, musicólogo: «qué dos acontecimientos musicales podrían referirse a Zamora, como algo que queda después de una conmemoración». Y, de inmediato, sin darle tiempo a propuestas, le sugirió la composición de una obra y el encargo de un concierto «que resulte memorable y, si puede ser, que se efectúe una grabación» del mismo. Para lo primero, aquél tenía pensada una obra para dos pianos. Se trata «de explotar la sonoridad de dos teclados a la vez», tan distinto de tocar a cuatro manos. La obra, de escritura complicada, que «puede estar finalizada en cuestión de dos meses», constará de cuatro partes. Para lo segundo, eligió obras del XVII -cuando se fundó el Corral de Comedias- que permanecen inéditas. «El músico más renombrado de aquella época, y del que se conservan muchas partituras, es Alonso de Tejeda», explica Manzano Alonso.

El Archivo Catedralicio dispone de tres tomos de este compositor, manuscritos, que no se hallan publicados. Dos se encuentran transcritos por Dionisio Preciado y el tercero está inédito. «Este contiene las obras más interesantes, desde el punto de vista de la formación que las interpreta». Existe alguna que es policoral, pensada para cantar «desde distintos lugares del templo». El ex catedrático del Conservatorio Superior de Salamanca y director de "Alollano" consideró que «este músico era el adecuado». Lo mismo sucedía con el coro de cámara "Mater Saule", que puede estar acompañado, en algunas piezas, por un pequeño conjunto de ministriles (instrumentistas de viento, de lengüeta o de boquilla). Y con la batuta de Nacho Rodríguez, con amplia experiencia coral. La aceptación constituye una garantía para todos.

Miguel Manzano estima que Tejeda «fue un músico de renombre, de alto nivel». Sus creaciones -el maestro de capilla tenía la obligación de componer varias obras al año- son de notable calidad. De ahí que adelante, con seguridad, que el concierto «será muy singular en sonoridad, en repertorio y en composición coral». No lo duda: «constituirá un gran acontecimiento, que unirá esta época con aquélla». ¿Acaso no se representaban autos sacramentales en los corrales de comedias? Los expertos apuntan la posibilidad de que Alonso de Tejada compusiera música para dos autos de Lope de Vega -el escritor «admiraba sus dotes compositivas», se cuenta, pues «lo coloca entre los grandes de la época» en la dedicatoria de la comedia "El caballero de Illescas"-, estrenados en el Corpus, durante su etapa toledana.

El zamorano abandonó su tierra, alguna vez, descontento con la "profesionalidad" que mostraban algunos cantores de la Seo. El ambiente no resultaba, a veces, fraterno. Su peripecia, humana y creativa, merecería un recuerdo. No estaría de más alguna conferencia sobre tan destacada figura. «La Catedral de Zamora ha contado con pocos músicos de renombre. Y éste es uno de los grandes», señala Miguel Manzano. «Entre Tejeda y Arabaolaza, ha existido alguno», ironiza. Abandonaban la diócesis «en cuanto podían», dado el escaso «poder económico» del Cabildo. El estreno de esas obras, hecho de gran importancia cultural, continúa un antiguo proyecto...pronto interrumpido: aquella "Colección de autores e intérpretes zamoranos". El volumen inicial fue dedicado a Tejeda. La Coral

de la Capilla Clásica de León, dirigida por Angel Barja, grabó un disco con doce motetes de aquel. Fue una iniciativa de la Caja de Ahorros Provincial de Zamora.

Y hasta hoy.

Un polifonista de altura

Firmaba así: "Texeda", con el apellido de su madre. Alonso (de Torres) de Tejeda era nieto de un secretario del Consejo Real del emperador Carlos I, apunta Dionisio Preciado, quien ha estudiado la peripecia vital y profesional del maestro de capilla. Fue bautizado en la iglesia de Santo Tomé., aunque nació en las proximidades de San Cipriano. «Parece que estudió en la Universidad de Salamanca». Y ejerció el magisterio en distintas seos, incluida la Catedral Primada. Se inició en Calahorra. (1572-1581). Después... Ciudad Rodrigo, León, Salamanca, Zamora (1601-1604), Toledo, Burgos y, de nuevo, la capital zamorana («tomó posesión de su cargo el 28 de febrero de 1623» y lo desempeñó «hasta su muerte», acaecida el 7 de febrero de 1628).

Dionisio Preciado destaca que «fue, durante no menos de 58 años, maestro de capilla en las catedrales españolas». Y la gran movilidad «tuvo su lado positivo», pues «conoció el ambiente musical en la época cumbre de la polifonía española». Ninguna de sus obras fue impresa «en vida». Su producción es amplia, aunque únicamente «se conservan tres libros de motetes, encuadernados en un solo tomo», que se guarda en la Catedral zamorana. Creó magníficats, salmos, lamentaciones y horas litúrgicas, «pero nada de esto se conoce, seguramente porque se han perdido o traspapelado». El experto recalca: «es un polifonista de gran altura».