- Nace en Vega de Villalobos, estudia Ciencias Políticas y Económicas y, muy pronto, con treinta y pocos años, es destinado al Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, donde es director del Departamento de Distribución (Publicaciones). ¿Un caso de vocación de servicio al Estado?

- Sí. Hay un esfuerzo personal, desde 1978, con la aprobación de la Carta Magna, por la difusión de este organismo, como empresa corporativa estatal, sobre todo en los países de habla hispana. Y ha sido grande. Yo creé esta unidad, y la he desarrollado con escasos medios. Sin un espíritu de servicio sacrificado, no se habría realizado la actividad que ha llevado a cabo.

- Su función, como directivo, se desarrolla en las áreas de asesoramiento, investigación y publicaciones oficiales. Editan revistas especializadas, libros...

- Hay una doble vertiente: estudio y divulgación. Todas las Comunidades Autónomas beben de este organismo. Esto es como el laboratorio constitucional, desde el punto de vista técnico-científico.

- Ejerció la docencia en la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense (1970-84). ¿Aquella universidad...?

- Casi de élite. Muy selectiva. Existían muy pocas universidades y, dentro de ellas, muy pocas facultades. Venir a estudiar a Madrid estaba muy limitado. El Estado no desarrollaba una política de becas para la Universidad y, además, las familias carecían de dinero.

- Usted ocupó la presidencia del Club Busines School, que es líder del sector en la formación de dirigentes y directivos empresariales. ¿La economía va por donde quiere la política...o todo lo contrario?

- Hay una influencia total, y recíproca, entre la economía y la política.

- En estos días, ¿el Estado necesita defensa?

- Los ciudadanos precisan protección. Estamos viviendo la mayor manipulación en defensa de intereses concretos y particularistas, regionales y egoístas.

- ¿Qué le pasa a esta sociedad del bienestar, que lo tiene casi todo y no posee nada?

- Asistimos, por una parte, a las grandes conquistas de la ciencia y de la técnica, y aparecen múltiples progresos, de los que nadie está dispuesto a prescindir. Por otra parte, se desarrollan modelos culturales con pretensiones totalitarias. Se postula, con frecuencia, que el bien de los ciudadanos se define antes, con independencia de lo políticamente justo. Los ciudadanos no son tratados como iguales, sino como medios para los fines de otros. Yo me opongo a los totalitarismos y, aún más, al nihilismo. Y a la negación de la verdad, que es el gran problema de nuestra cultura.

- Para usted, ¿los totalitarismos surgen...?

- De la negación de la verdad. Las tendencias a utilizar, hasta cualquier extremo, los medios disponibles, principalmente los de comunicación, para imponer los propios intereses, sin respetar los derechos de los otros, conducen a esta situación. Por eso yo considero que las dos utopía predominantes en la actualidad, y casi han llegado a convertirse en sistemas políticos, son la totalitaria de la justicia sin libertad y la que habla de la libertad sin verdad.

- ¿Y qué difunde la última?

- Un concepto de sociedad política fundada en el relativismo. Esto es, la verdad funcional, que se ha convertido en la más poderosa fuerza cultural en todos los ámbitos de la sociedad política española. Con frecuencia, algunos medios de comunicación repiten algunos conceptos como si fueran estados ciertos de opinión, con el fin de convertirlos en verdaderos. Al menos, que la ciudadanía los consuma como tales. Tertulias...

- ¿El Estado se encuentra en crisis?

- El Estado social y democrático de Derecho, que consagra el artículo uno de la Constitución, parece presentar una crisis. No se ha acabado un modelo, sino que se desarrolla otro de manera inadecuada. Hay males que inciden profundamente en el progreso de esta sociedad.

- ¿Cuáles son?

- La excesiva burocratización de las relaciones políticas. Hay una constante tendencia a absorber progresivamente actividades que, en principio, deberían corresponder a la sociedad. Esta se halla muy politizada, y hay muchas relaciones sociales, económicas, culturales que corresponden a la civil. Sólo se concibe como fuente para beber lo venido a través de los partidos. Se desarraiga, así, a la sociedad civil, que es realmente quien debe preponderar. Y otro mal es, para mí, la ausencia de fines comunes. No hay coincidencia en establecer lo que es bueno y malo para los ciudadanos. Todas las personas tienen convicciones acerca de lo justo e injusto. Sin embargo, no basta con eso. La justicia no puede depender, sin más, de las preferencias de ideología. Ni ser distinta en unas regiones y en otras. La influencia y confusión de los poderes políticos ha sido una constante, como muestra la invasión del judicial... Esta situación lleva a un desastre en so órdenes político, económicos y cultural.

- La sociedad se construye sobre la convivencia.

- Sí. La sociedad civil, en su conjunto, debe construirse sobre unas reglas formales de convivencia. Pero están desarrollándose convenios políticos muy débiles, y limitados, en gran parte, a cuestiones de procedimiento. Esto no puede sostener a un sistema político prudente y eficaz. Y está dando lugar a una sociedad muy fragmentada. Parecía que convergían los intereses sobre los grandes asuntos nacionales, y se desarrollaba una solidaridad interregional, y, sin embargo, se ha pasado a una situación donde unas regiones odian a otras. Además, mientras unas Comunidades se enriquecen...otras se empobrecen. Eso, a medio y largo pazo, pone en juego la estructura social y el orden político establecido.

«Quiero crear una fundación en Zamora para el patrimonio cultural e histórico»

- Saturnino García Oviedo es un buen coleccionista de pintura de los siglos XVIII y XIX. Para eso se necesitan, sobre todo, dos cosas: vocación... y dinero.

- Vocación, sacrificio, dedicación... y, sí, dinero. Y si uno no lo tiene, lo pide. O lo busca (ante los amigos, ante quien sea). El artista más representado es Goya. Este pintor ha sido manipulado a través de los años, tanto por algunos expertos como por la orientación de algunas casas de subastas. Y, así, han perjudicado a la cultura española. Yo tengo derechos y participación en una colección privada, con socios y amigos, que cuenta con algunos cuadros del aragonés. Y creo que tenemos más obras que cualquier otro.

- Su proyecto más inmediato: constituir una fundación, con sede en Zamora, dedicada al Patrimonio Cultural, Histórico y Natural. ¿Cuáles serán esas funciones?

- La búsqueda de la obra perdida, diseminada en otras regiones. O en el extranjero. Ha existido un expolio... Y la rehabilitación y el mantenimiento, el estudio, el inventario y la divulgación del patrimonio histórico, cultural y natural en el ámbito castellano-leonés, y en especial en Zamora. Sus fines también se proyectarían en la Universidad, con la convocatoria de premios. Para que se estimule el análisis de esta materia.

- Es partidario de la devolución del patrimonio expoliado... Y no es poco.

- Los votos de Ezquerra Republicana de Cataluña han condicionado los pactos parlamentarios para el sostenimiento del Gobierno. Y me parece que su decisión de devolver los papeles de Salamanca ha sido precipitada. Y nunca hubo de realizarse, ni precipitadamente ni de estraperlo. Y eso debió ser fruto de un consenso. No desde la óptica del interés de los catalanes o de los castellanos, sino de la conveniencia nacional. Me parece que la decisión no ha sido la adecuada.

- ¿Por qué pueden hacerse caricaturas de Jesucristo y no de Mahoma?

- Por el confusionismo, que es uno de los dogmas de la sociedad actual. Hay sectores que utilizan la religión con fines políticos.

- ¿Qué fundamentos aprendió de la familia?

- El respeto de unos con otros... Yo creo en la familia. Provengo de una tierra donde todo se basa en el trabajo y en el esfuerzo personal. En el mérito.

- Conoce a José Alvarez Junco, zamorano y director del Instituto de Estudios Políticos y Constitucionales, desde los tiempos de la Universidad.

- Sí. Los dos éramos alumnos en la Facultad de Ciencias Políticas. Después, en los años setenta, coincidimos como profesores en el Departamento de Historia. Y ahora aquí, aunque en sedes distintas.

«A los zamoranos nos enseñaron a ser pobres»

- ¿Los zamoranos somos pobres hasta para pedir?

- Así nos han enseñado.

- ¿Y no hay que rebelarse ante eso?

- Sí, sí. Totalmente. Cómo quedarse quietos.

- ¿Cree que hay un orden secreto de las cosas?

- Yo soy creyente, y considero que sí lo hay... En todo.

- Opas, contraopas... ¿Este país es la reoca?

- Por lo menos, tal nos lo presentan. Y unos somos más paganos que otros. Sobre todo, los ciudadanos de Castilla y León.

- ¿Hay lobos que se visten con piel de oveja?

- Por todos los sitios. "Homo lupus homini". Y eso no tiene vuelta de hoja.

- Para usted, ¿la primera virtud es...?

- La solidaridad.

- ¿Cree que los políticos, en general, mienten más que los otros ciudadanos?

- Bastante más. ¿Alguien lo duda?