«El agua del grifo de las ciudades de Cáceres, Ciudad Real, Zamora y parte de Alicante, Avila y Murcia era no potable el otoño de 2005. Tenía (y probablemente aún tenga) un exceso de trihalometanos». Así de concluyente es el informe titulado "Atención, agua no potable" sobre la calidad y el precio del agua en las capitales de provincia presentado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el último número de la revista "Compra Maestra".

Las muestras recogidas en Zamora han superado los 150 microgramos por litro de trihalometanos lo que supone que «ateniéndonos a la legislación vigente, el agua es no potable». El concejal de Salud Pública, responsable del servicio de aguas, Feliciano Fernández, ha negado rotundamente que el agua de Zamora sea no potable y asegura que en ninguno de los siete análisis realizados en el último año han aparecido cantidades más altas de trihalometanos de las que fija la legislación. «La media se sitúa en menos de cien microgramos, aunque es cierto que en los meses de verano, julio y agosto, se elevan estas cantidades, pero nunca han estado por encima de 150 microgramos». Los informes rutinarios de Aquagest y los que figuran en el Servicio Nacional de Agua de Consumo del Ministerio de Sanidad ratifican asimismo que el agua de Zamora es, y ha sido durante el pasado otoño, apta para el consumo, sin ningún parámetro de contaminación que supere los máximos permitidos, regulados en el real decreto 140 de 2003.

Los trihalometanos son compuestos orgánicos volátiles que surgen como consecuencia de la reacción de la materia orgánica que transporta el agua sin tratar con el cloro empleado en la planta potabilizadora para su desinfección. Está demostrado que su ingesta en cantidades excesivas de forma continuada causa daños hepáticos y renales, añade la organización de consumidores, y según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer dos de estos compuestos, el cloroformo y el bromodiclorometano son "posiblemente cancerígenos". «Motivos más que suficientes para que la normativa comunitaria establezca unos límites de seguridad muy precisos: la suma de los dos trihalometanos mencionados junto con el bromoformo y el bromoclorometano no debe superar los cien microgramos por litro de agua del grifo». Para dar tiempo a desarrollar las instalaciones necesarias que eviten su presencia en España se establece, de manera transitoria, un límite máximo de 150 microgramos por litro hasta el año 2008.

El propio informe de la OCU asegura que la solución a este problema es muy sencilla «basta con instalar (y hacer funcionar) unos filtros de carbón activo en la planta potabilizadora». El concejal de Salud Pública asegura que la potabilizadora de Zamora aplicó en su día, hace ya tres años, un proceso de preozonización y filtros de carbón activo precisamente para solventar los problemas de alta concentración de trihalometanos, y de hecho los siete análisis realizados en el último año no han detectado la presencia de ninguna sustancia que haya superado los límites permitidos.

El último informe, que ayer mismo llegó a manos del concejal marcaba 62 microgramos de trihalometanos, mientras el anterior, que correspondería al periodo registrado por la OCU da unos resultados de 101 microgramos. Los análisis rutinarios de agua son mensuales y se publican en la página web del Ayuntamiento, dentro de la concejalía de Salud Pública con acceso libre para todos los ciudadanos. Los más específicos, que detectan por ejemplo los trihalometanos o las atracinas, se hacen cada tres meses y son más laboriosos, ya que tarda como mínimo un mes en saberse los resultados. El jefe de Sanidad de la Junta, Juan Emilio Antón reconoció que el agua de Zamora siempre ha tenido altas concentraciones de trihalometanos, pero nunca se han detectado niveles superiores a lo permitido, en cuyo caso su departamento habría actuado, de la misma forma que lo hizo con el problema de las atracinas de Benavente, ya que «la salud de los ciudadanos está por encima de todo».

En el resto de los parámetros medidos por la OCU la calidad del agua de Zamora es buena: turbidez (arcillas y sustancias orgánicas en suspensión), nitratos (contaminación por abonos), microbiología (bacterias y microorganismos patógenos), conductividad (sales minerales disueltas) y geosmina (contaminación por algas).

El PSOE ha solicitado la comparecencia del concejal de Salud Pública para que informe sobre la potabilidad y calidad del agua de Zamora. Le pide que encargue de forma urgente la realización de nuevos análisis e inste a la empresa adjudicataria a corregir las posibles deficiencias que se observen.