- El Congreso Internacional de Terrorismo se celebra con la pretensión de ser un foro para que las víctimas hagan llegar su voz a toda la sociedad. ¿Regresa a Salamanca con la sensación de que ese objetivo está cumplido?

- Sin duda. Después de estos dos días en Valencia me siento muy gratificado porque se nos ha dado voz a las víctimas, y hemos hablado alto y claro. Creo que la intervención que hizo la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) fue grandiosa, yo la califico así. Sin embargo, he decir también que he hechado en falta durante estos dos días una presencia mayor de representantes del Gobierno.

- ¿Cómo interpreta la ausencia del Presidente del Goierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el desarrollo del simposio?

- Zapatero ha sido, claramente, el ausente de este congreso, no se le puede denominar de otra manera. Mi interpretación de su falta aquí está clara: no ha sido capaz de mirarnos a los ojos a todas las víctimas, no ha querido enfrentarse a ese momento. Yo no encuentro otra explicación a su ausencia en un congreso de este tipo. Es cierto que a la clausura ha acudido el ministro del Interior, pero eso no nos vale. Estar presente en el punto y final de un acto de este tipo no tiene sentido porque ya está todo dicho. Ese es el momento para las palabras bonitas que no sirven de mucho y las víctimas no nos conformamos con eso.

- Las ponencias protagonizadas por las víctimas han dejado más que claro su rechazo a la negociación en el momento actual. ¿Será esta actitud tenida en cuenta en un marco como es el de un congreso internacional?

- Estoy seguro de que no. Le van a hacer muy poco caso al congreso y a las víctimas porque el Gobierno tiene claro hasta la saciedad cuál es nuestra postura al respecto. El proceso que ellos llaman «de paz» no tiene razón de ser en el momento actual.

- ¿Y la concesión de amnistías a los presos etarras o su posible excarcelación en aplicación del Código Penal de 1973? ¿Tiene eso «razón de ser»?

- Es inconcebible en el momento en el que nos encontramos, según cómo se están desarrollando todos los acontecimientos. No se puede hacer ninguna concesión de amnistías ahora mismo porque no han abandonado las armas, y de eso se da cuenta cualquiera.

- ¿Cuál sería la condición para ver con buenos ojos una medida de este tipo?

- Para mí hay varias condiciones: que salga de la boca de ETA que van a dejar a un lado el terorrismo, que esa decisión parta de ellos y no esté inmersa en un proceso de negociación, y que pase un tiempo lo suficientemente largo como para que la reinserción sea razonable. Si se cumplieran estas condiciones, nosotros no tendríamos moralmente la capacidad de oponernos porque sería enfrentarnos al resto de la sociedad. Sin embargo, no se ha cumplido ni uno de estos requisitos para que podamos pensar en la reducción de penas. Todo ha ido en la dirección contraria.

- Gregorio Peces Barba ha presentado la dimisión de su cargo como Alto Comisionado para después del verano. ¿Qué explicación le encuentra?

- Peces Barba ya lo tenía todo hecho, todo el bacalao vendido. Su papel era dividir a las víctimas y, una vez conseguido, abandona. Todo ha sido fruto de un proceso muy bien estudiado.

- ¿Le parece correcto que algunas de las 300 víctimas del terrorismo que asistieron al congreso abandonaran la sala cuando Peces Barba tomó la palabra? ¿Fue usted uno de ellos?

- No voy a hacer valoración a eso porque yo no fui uno de ellos. Las víctima que decidieron salir estaban en su perfecto derecho, fue una elección libre y cada uno hizo lo que quiso.

- Ante un panorama como el actual es evidente el pesimismo que usted denota. ¿Augurios más negros que nunca para el futuro?

- Yo no sé si calificarlo así, pero lo cierto es que yo veo todo esto peor que nunca en el sentido de que ETA ha ganado. Desde mi punto de vista, es como si los asesinos hubieran vencido al Estado de Derecho. Si esto sigue así, el terrorismo habrá ganado el pulso a la democracia y eso supone una pérdida para todos, víctimas o no.

- El congreso sirvó también para hablar de otros tipos de terrorismo internacional. ¿Es comparable con el español?

- En absoluto. Aquí han estado representantes de Colombia, Rusia y otros tantos países. Está claro que si comparamos nuestra situación con otras, hemos de considerarnos unos privilegiados.