Los problemas relacionados con la vivienda y el teléfono volvieron a acaparar una gran parte de las reclamaciones y consultas ante la Oficina Municipal del Consumidor (Omic), que tramitó el año pasado un 18% más de quejas, en comparación con el año anterior. En total, los zamoranos realizaron 322 reclamaciones y 3.125 consultas. Sólo un 10% de los que se informan en este servicio municipal termina presentando una queja formal. «La mejor defensa del consumidor es la información», se expresa Javier González, encargado de la Omic, y muchas consultas se realizan «por precaución».

El aumento viene determinado, principalmente, por un «trasvase» de casos que antes se hubieran tramitado en la Junta Arbitral de Consumo y que ahora se estima más conveniente llevarlos a través de la Omic, en un intento de resolver antes la situación, ya que la gestión de la oficina municipal es más ágil. «En un mes podemos tener la contestación de la empresa, una vez registrada la reclamación y abierto el expediente», mientras la Junta Arbitral tiene un plazo de cuatro meses para resolver desde que se nombra el Colegio Arbitral, que no se nombra inmediatamente».

El 75% de los empresarios afectados por alguna reclamación contesta, aunque también los hay que consideran un «agravio» la queja. Sin embargo, la mera existencia de reclamaciones se encuentra dentro de la lógica. «Cuantos más trabajo tenga una empresa más problemas puede haber; recibir una reclamación no es el fin del mundo», entiende González. Que muchos problemas estén relacionados con el teléfono entraría también dentro de esa lógica: «Todo el mundo tiene un teléfono y, simplemente por cuestión de probabilidad» hay más problemas. Un sector que ha empezado a acaparar mayor volumen de reclamaciones es el de la compra-venta de vehículos usados. «Los productos de segunda mano, salvo que se pacte lo contrario, tienen una garantía de dos años, igual que uno nuevo, y nunca inferior a un año». Ocurre que hay quien se entera tarde de esa garantía y de que en un coche de segunda mano « es más difícil saber si está bien o no, no es como una mesa» en la que se advierte bien si tiene un desperfecto.

En relación a la vivienda muchos problemas tienen que ver con las humedades, con puertas que cierran mal o con otros desperfectos que, según se explica en la Omic, tardan meses en ver una solución, para desesperación del consumidor. «Hemos tenido casos de moho en las paredes», en los que se recomienda la vía judicial. «En vivienda y vehículos es difícil conseguir una solución porque son bienes de un coste económico elevado en los que puede interesar acudir a la vía judicial».

Las mujeres recurren más que los hombres a este servicio municipal, mientras que la edad está bastante repartida. Los mayores suelen ser los más afectados por irregularidades en la contratación de un servicio de telefonía, además de ser los más fáciles de "camelar" con la venta de productos como enciclopedias.

Más de la mitad de los casos encuentran una solución al conflicto

Más de la mitad de las reclamaciones presentadas encuentran solución. Pero no todo «es blanco o negro». Hay casos, como muchos relacionados con la telefonía móvil, en los que se consigue que la compañía dé de baja al usuario, pero éste no consigue la devolución del dinero cobrado durante el tiempo que permaneció de alta sin saberlo. Entre los problemas más habituales están los casos de compañías que llaman para hacer nuevos clientes con la promesa de dar de baja al propietario en su anterior compañía. Y, efectivamente, la baja de servicio se produce al darse el alta en otra firma, pero no la rescisión de contrato, que sólo puede realizar el interesado, con lo que la anterior sigue cobrando el mínimo establecido.

«Hay gente que dice que le da igual recuperar su dinero, que lo que quiere es que no se vuelva a repetir». Aún así , de las competencias de la Omic se escapa perseguir al empresario infractor, ya que es sólo un servicio de mediación.