Llevaba meses en busca y captura por el Juzgado de Menores, condenado a un año de internamiento en el centro especial de Zambrana por cometer un delito de robo con violencia contra adolescentes, a los que abordaba a punta de navaja con ayuda de otros dos "compañeros", en las inmediaciones del parque de La Marina. Durante meses ha logrado zafarse de la justicia, ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil habían logrado localizar a este escurridizo menor, que por un descuido terminó esposado en Peleas de Arriba, camino del Juzgado. Por detener queda otro de los tres condenados tras diversas denuncias interpuestas por las víctimas.

En este caso, la curiosidad le condujo directamente a Zambrana. Llevado seguramente por un exceso de confianza en su impunidad, el menor no tuvo ningún reparo, a sabiendas de su condición de prófugo, en aproximarse a quienes serían sus "carceleros": una pareja de la Guardia Civil. Entorno a la patrulla se habían arremolinado otros vecinos de Peleas de Arriba, interesados por la presencia policial en la calle de la pequeña localidad de Tierra del Vino, situada al pie de la carretera N-630.

La expectación de los lugareños giraba alrededor de un vehículo aparcado en la vía pública, sobre el que los guardias procedieron a comprobar la situación legal. Como resultado de las pesquisas, los agentes conocieron que sobre el vehículo pesaba una orden de inmovilización, debido a la acumulación de multas de tráfico. En un momento dado, la Guardia Civil pide el carné de identidad a alguno de los componentes del público. La sorpresa fue mayúscula, sobre todo, para el menor que sería detenido de inmediato, una vez que los agentes recibieron la información de que estaba reclamado por el Juzgado de Menores por cometer varios robos. La detención se produjo de inmediato. El adolescente tardó escasas horas en ser trasladado a Zambrana, después de comparecer ante el juez. Allí se habrá reencontrado con uno de sus "colegas", condenado a otro año de internamiento por los mismos delitos.