«Nos tiene aterrorizadas, asustadas, todo el día. Mañana tenemos que ir a limpiar un garaje y estamos temblando de miedo». Estas son las palabras que usaban las empleadas de una empresa de limpiezas de una localidad de la provincia que habitualmente realiza sus trabajos en Zamora.

Las empleadas han preferido mantenerse en el anonimato por temor a represalias. Todo comenzó en marzo del año pasado cuando las trabajadoras que «tenían un contrato de 20 horas y trabajaban 52» le solicitaron poder disfrutar de un "puente" festivo. Mariano Durán, responsable de la Federación de Servicios de UGT, se hizo cargo del caso y presentó varias denuncias en la Inspección de Trabajo.

A raíz de estas denuncias el propietario de la empresa «comenzó a acosarnos». M.P., una de las trabajadoras, explica que «nos hace la vida imposible, no nos da material de limpieza, tenemos que comprarlo nosotras y nos llama marranas para quedarnos en feo delante de los vecinos y tener así una excusa para despedirnos». La empleada explica que incluso ha habido veces en que «terminamos de limpiar un portal y llega él y lo ensucia para que los vecinos se quejen».

«Las tiene aterrorizadas», explica Durán. «A través de la Inspección de Trabajo les solicitamos unos uniformes dignos y les ha puesto unos en los que no pegan la parte de arriba con la de abajo para ridiculizarlas». UGT presentó varias denuncias en el juzgado de lo social. «El juicio ya se celebró, estamos a la espera de la sentencia», comenta el responsable del sindicato.

Sin embargo ayer una de las empleadas presentó en la comisaría de la Policía Nacional una nueva denuncia esta vez por agresión. «Estaba limpiando, discutieron y la agarró con fuerza por el cuello sin dejar de amenazarla», describe una compañera.

La Unión General de Trabajadores no ha cesado en su empeño de denunciar el caso. «La última denuncia la pusimos la semana pasada, pero el propietario de la empresa no se da por enterado y continúa haciéndole la vida imposible a las chicas».

Las trabajadoras han llegado a realizar horarios de siete de la mañana a cinco de la tarde, «muchas veces sin parar ni para ir a comer, y cobrando menos de 80.000 pesetas».

«Limpiar los portales y las escaleras no nos da miedo, pero los garajes y las bajadas a los garajes...», comentan las empleadas. «Las amenazas con continuas y a veces se esconde y les hace fotografías mientras trabajan. No deja de acosarlas», explica Durán.

Las empleadas están esperando una sentencia favorable para intentar «rescindir el contrato».