El testimonio de un pastor toresano puso la "puntilla" al atracador de bancos más buscado de España, "El Solitario", que resultó ser Jaime Giménez Arbe, un tipo arisco de 51 años que vivía en la urbanización madrileña de clase media-alta Monte Rozas. El zamorano fue quien facilitó la descripción física de uno de los delincuentes más peligrosos del país, lo que permitió realizar un retrato robot al equipo especializado que investigaba el caso, según fuentes bien informadas. Esa fue «la primera pista fiable» sobre "El Solitario" que permitió su detención en la localidad portuguesa de Figueira da Foz, de la que ayer hablaba el director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida. Es más que probable que el pastor se encontrara con el atracador en alguno de los caminos vecinales que recorrió en su huida de Toro, tras asaltar la Caja Rural y herir de un disparo a un empleado. Cercadas todas las carreteras nacionales y la autovía que conduce a Valladolid y Madrid, al delincuente no le quedaba otra salida que abandonar la zona por los caminos.

Tampoco se descarta que, tal y como era habitual en su proceder, el delincuente -acusado de matar a dos guardias civiles y a un policía y herir a dos personas- montara su tienda de campaña, como al parecer acostumbraba, días antes de perpetrar el golpe en las inmediaciones de Toro. Posiblemente a la suficiente distancia del núcleo urbano como para no levantar sospechas, pero en un lugar que podría estar en la ruta del pastor. Tras dar el golpe, disfrazado con peluca, perilla postiza y gafas de sol, Jaime Giménez Arbe montó en una furgoneta de color blanca, de marca Renault Kangoo, de cuya matrícula tomó también nota el pastor toresano, también entregada a los agentes de la investigación, añaden las mismas fuentes.

La colaboración ciudadana

Con toda esa información, Guardia Civil y Policía Nacional comenzaron a trabajar por primera vez con pistas más seguras y decidieron «insistir en la vía de la colaboración ciudadana» tras la experiencia de Toro, apuntó Mesquida, donde habían dado buenos resultados las entrevistas con los habitantes del municipio. «Hasta entonces no tenían una pista clara de quién podía ser», indicó el director general.

La subdelegada del Gobierno en Zamora, Josefa Chicote, explicó ayer parte del éxito de esta operación, que ha llevado al peligroso delincuente a la cárcel, por «la rápida intervención de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, que «cortaron las vías de acceso y salida de Toro, un trabajo que dio sus frutos, ya que sólo podía tomar una dirección para abandonar Zamora». La misma que eligieron sus captores para perseguirle. Chicote reiteró el papel fundamental de «la colaboración ciudadana», aunque no quiso concretar qué aportaron exactamente los toresanos entrevistados. Mesquida había declarado a la Cadena Ser que después del atraco a Toro «se tomó la decisión de insistir en el tema de la colaboración ciudadana y a partir de ahí se recibieron informaciones» que condujeron a la convicción de que «estábamos ante el atracador». La responsable del Gobierno en Zamora se ha limitado a calificar como «importante la intervención de Toro» para poner fin a la carrera delictiva de "El Solitario". El atraco a la Caja Rural de Toro marcaría, pues, la recta final de sus fechorías, aunque el legendario atracador en busca y captura desde hace trece años, tardaría aún dos meses y una semana en caer; y lo haría en la localidad portuguesa de Figueira da Foz, ante un despliegue policial español y portugués fuera de lo común. Lo que vieron y lo que contaron los toresanos a la Guardia Civil y la Policía Nacional que realizaba las pesquisas resultó decisivo para localizar al atracador, sobre el que se estrechó el cerco a raíz de los datos recabados en el municipio zamorano.