- "La Esfera de Ababol": la historia de «una señorita respetable de día y duelista muda de noche». En pocas palabras, ¿una mujer de armas tomar que siempre dispara con bala?

- Sí, aunque no todas sus balas son de plomo. Ababol es extraordinariamente inteligente, culta, imaginativa y valiente. Una mujer de recursos que con su ingenio es capaz de intimidar al contrario mucho más que con cualquier proyectil.

- ¿Los personajes que llevan una doble vida son, como los perdedores y marginales, más novelescos?

- Sí. Un personaje que lleva una doble vida oculta un misterio, despierta la curiosidad, provoca intriga. Aplicando una simple regla matemática, tiene la posibilidad de que le pasen el doble de cosas que a los demás y eso es bueno; tanto porque lo convierte en un ser interesante como porque abre la posibilidad de crear tramas.

-- Es una novela de acción y misterio, de aventuras e intriga, de amores y desamores, ambientada en el primer tercio del XIX. ¿Y romántica?.... Poco tiene que ver con su anterior obra, "El Desván".

- La historia central de una y otra novela son totalmente distintas y están ambientadas en épocas históricas diferentes. Me atrevería a decir que "El Desván" era una novela con claras pinceladas de realismo mágico y La Esfera de Ababol tiene más aventura y acción. A pesar de esto, también tienen elementos comunes, como por ejemplo una protagonista femenina especialmente fuerte y adelantada a su tiempo y una fabulosa historia de amor.

- ¿Las novelas con final feliz son, más que literarias, cinematográficas?

- No lo sé. Si pienso en uno y otro género, encuentro buenos ejemplos de finales felices en ambos casos. Personalmente, no tengo nada en contra de los finales felices. Me encantan.

- "La Esfera..." es un libro para lectoras más que para lectores?

- En absoluto. Ahora, después del tiempo que lleva en el mercado, le puedo asegurar que el libro ha gustado tanto a hombres como a mujeres, y además, de edades muy dispares. Creo que esta buena acogida se debe a que el libro tiene elementos suficientes como para "enganchar" casi a cualquier lector.

- Varias series televisivas de éxito: "La verdad de Laura", "Luna negra"... ¿Las telenovelas son para la clase media?

- Sí. Al menos eso es lo que dicen los expertos en índices de audiencias. Te diré que cuando escribo los guiones de esas series, me esfuerzo en crear personajes atractivos y tramas interesantes que puedan enganchar a una horquilla de población todo lo amplia posible.

- Trabaja con Lea Vélez. Escritura en colaboración. ¿Todo al cincuenta por ciento: ingresos, triunfos y malos ratos?

- Todo al cincuenta por ciento. Es muy gratificante trabajar con una compañera con la que te llevas bien, alguien que sabes que nunca te va a dejar tirada, que pone todo de su parte igual que tú pones todo de la tuya, que comparte tu mismo cansancio. Gracias a esa división equitativa el tandem funciona perfectamente.

- ¿Y si un día se rompe la sociedad literaria -creada en 1999- integrada por Susana Prieto y Lea Vélez?

- Tocaremos madera para que eso no suceda, al menos en un futuro cercano, pero si sucede, cada una seguirá trabajando por su cuenta, igual que lo hacíamos antes de empezar a escribir juntas. Eso sí, estoy segura de que seguiríamos siendo amigas.

- ¿Usted, como una novelista de éxito en concursos, «no se hace responsable de las opiniones de sus personajes» o asume su paternidad-maternidad?

- Asumo mi maternidad, porque al fin y al cabo esos personajes son casi como hijos; pero precisamente porque lo son, respeto que puedan actuar y pensar de forma diferente a la mía.

- Sus personajes de telenovela, ¿votarían al PP o al PSOE?

- Unos votarían al PP y otros al PSOE. No puede ser de otra manera porque en mis telenovelas hay de todo: ricos y pobres, feos y guapos, buenos y malos.

- ¿El novelista busca el éxito y el poeta persigue la gloria?

- ¡Qué pregunta tan difícil! Para no equivocarme, le diré lo que busco yo: entretener a la audiencia que ve mis series y al lector que lee mis libros. Mi éxito y mi gloria es saber que hay gente que pasa un rato agradable gracias a lo que yo escribo.

- Para el escritor, ¿los principales derechos son los derechos de autor?

- Quedaría muy elegante responder que no, pero prefiero ser sincera: claro que los derechos de autor son muy importantes. No son los únicos, por supuesto, pero los escritores -salvo excepciones- son trabajadores autónomos con ingresos muy irregulares, que equilibran su economía gracias a los derechos de autor.

- Dicen que se comen unos a otros. ¿Los escritores también son "caníbales"?

- He publicado sólo dos libros y, tal vez por eso, no he sido todavía víctima del canibalismo entre compañeros. Me atrevería a decir que son más "caníbales" los distribuidores y los libreros, ¿no le parece?

- ¿Lo contrario de la verdad es la mentira... o la falsedad?

- Verdad, mentira, falsedad? Creo que todo es relativo. Todo depende de cómo se dosifique la información.

- ¿La verdad del pobre es más verdad que la verdad del rico?

- No, son igualmente ciertas, pero la del pobre suele ser menos vistosa y tiene menos glamour.

- Tanto guerracivilismo recordatorio y evocador (1936-1939)... ¿Sólo es la pasión española de hurgar en las heridas?

- No creo que sea una pasión exclusiva de los españoles, y si no, piense en la cantidad de películas y novelas que se han escrito teniendo como telón de fondo la Guerra de Secesión Americana, o la Guerra de Vietnam, o las Guerras Mundiales. Las guerras convierten a las personas en seres vulnerables, desnudan los sentimientos, hacen aflorar lo mejor y lo peor.

- ¿Susana Prieto también defiende el valor de la "familia tradicional"?

- Estoy casada con un hombre con el que comparto mi vida desde hace 23 años (acabo de cumplir 44). Tengo dos hijos. Mis padres constituyeron una familia tradicional. Cuento con una amiga que cría sola a su hija porque su marido murió cuando la niña tenía tres años. Tengo otra amiga que cría sola a su hija porque la adoptó, ya que ella nunca llegó a casarse y es lesbiana. Tengo dos amigos homosexuales que acaban de contraer matrimonio y no tienen hijos?Toda esta gente que he mencionado son buenas personas y son felices. Es en este tipo de gente en la que yo creo, en la que se unen para formar familias felices sin hacerle daño a nadie. Si no les podemos poner la etiqueta de "tradicional", me da igual.

- Hay mucho consumidor de telebasura. ¿Eso engorda la incultura?

- Sí, pero no caigamos en la trampa de echarle la culpa de todo a la televisión. Hay muchas otras cosas que engordan la incultura: desde una sesión parlamentaria plagada de insultos, hasta el pensar que a nuestros hijos los tienen que educar los profesores sin que los padres tengamos más responsabilidad que pagar la factura del colegio, pasando por la "cultura" del pelotazo. La lista sería interminable.

- ¿Por qué somos tan poco exigentes, tan escasamente críticos, frente al televisor?

- Yo creo que el público sí es crítico. Si no lo fuera, se tragaría todo lo que le echaran por la "caja tonta" y no es así. Como muestra podríamos hacer un listado bastante extenso de series que apenas han estado en antena dos o tres capítulos. Lo que ocurre es que el criterio por el que se rige la audiencia es un verdadero misterio.

«Soy muy egoísta. Me gusta el Lago cuando está en silencio, sólo para mí»

- ¿Le regalaría "El Código da Vinci" a Benedicto XVI?

- ¡¡No!! Le regalaría "La Esfera de Ababol"; dedicado, por supuesto.

- Programas del corazón en un mundo globalizado... ¿Está comprobado que los programadores no tienen buen corazón?

- Sí tienen, pero les late mejor cuanto mayores sean los índices de audiencias que cosechan.

- Gusta de la literatura hispanoamericana. ¿La del realismo mágico, tan ensalzada en su momento, o la de ahora?

- Me fascina el realismo mágico pero no le cierro las puertas a las nuevas creaciones. Creo que hay piezas excelentes en las dos.

- Sanabria está llena de veraneantes. Y el Lago, de bañistas. ¿Qué envidia, qué agobio...?

- ¡¡Qué agobio!! Lo siento, pero en eso tengo que admitir que soy muy egoísta. Me gusta el Lago cuando está en silencio, sólo para mí.

- Infancia y adolescencia en Zamora.

- Mi infancia en Zamora fue corta. Yo nací en Puebla de Sanabria. Nací literalmente, porque mi madre dio a luz en una de las casas del pueblo, frente a la fuente nueva. Vivimos en Puebla muy poco tiempo porque cuando tenía 6 años me trasladé a Costa Rica por motivos de trabajo de mis padres. Pasé mi infancia en Centro América y de ahí mi pasión por la cultura y la literatura latinoamericana. Siendo una adolescente volví a españa, y ahí empiezan mis maravillosos recuerdos de Zamora. Aunque estudiaba en Madrid, pasaba los ¡tres meses! de verano en Puebla.

- Pase página. ¿La próxima obra...?

- ¡En marcha! Estamos ahora en pleno proceso de documentación. Tenemos la trama principal, hemos definido a la mayoría de los personajes, disponemos del título y casi, casi? la portada. Lo que ocurre es que no te puedo contar nada más. Ya sabes, estas cosas, si se cuentan, se chafan.