- Publica un nuevo libro: "El Condado de Castilla". ¿Quién te ha visto (pasado esplendor) y quién te ve (actual decadencia)?

- Para mí, el libro es mi obra. He publicado 43 volúmenes, y considero que ésta es mi obra final. Es fruto del cariño y de cincuenta años manejando documentos. Sobre todo, de fuentes musulmanas. Se trata de una nueva visión del Condado. Yo creo que destaca la utilización exhaustiva de aquellas fuentes. Por cada línea que escribían los cristianos, ellos escribían una página. Nos dan luz sobre muchas cosas de las que no teníamos noticia. Aporto varias novedades, creo yo, importantes. La primera: Fernán González y sus descendientes nunca fueron soberanos ni independientes. Formaban parte del Reino de León, que se extendía desde Coimbra hasta el límite de Pamplona. Y también dentro, como el Condado de Castilla, se hallaban los condados de Saldaña-Carrión, Alava... Lo otro es pura leyenda. Lo de los jueces de Castilla resulta pura quimera y fábula. Ya lo había avanzado el P. Flórez.

- Admitirá que Fernán González, aunque no fuera soberano, era poderoso.

- Sí. Y el rey debía tener mucha precaución con él. La misma, no obstante, que mostraba con los condes gallegos o de Coimbra, porque estaban muy enraizados en la tierra. Pero no eran independientes.

- Usted ha escrito una biografía del Cid, con numerosos documentos originales. ¿Un gran militar, un gran estratega..., que utilizaba métodos durísimos?

- Rodrigo Díaz tiene muy claro siempre que es vasallo del rey. No lo desmiente en ningún momento de su vida. El monarca lo expulsa del reino, y algunas razones había.

- Con el análisis de la documentación, ¿qué personaje era?

- Un militar sin igual. Los musulmanes lo definen así: «este milagro salido del dedo de Dios, que, con pequeña hueste, deshizo grandes ejércitos, tanto de creyentes como de politeístas». Derrotó dos veces a los condes catalanes, y los hace prisioneros... Nunca se enfrenta con su rey.

- ¿Y cuáles fueron, verdaderamente, sus relaciones con Alfonso VI?

- De amor y odio. El era el favorito de Sancho II. No tenían de la misma edad. El Cid contaba algunos años menos, y había sido su paje. Se inició en las armas con él. Cuando Sancho muere en el Cerco de Zamora, Rodrigo Díaz tiene 24 años y no es el jefe de la hueste. Se trataba del alférez. Las fuerzas castellanas se retiraran con el cadáver regio, y él no manda la hueste... Por cierto, que no hay jura de Santa Gadea. Hubo dos desencuentros entre ellos. En el segundo, Alfonso VI le expulsa del reino.

- Lo del Cid en Zamora: ¿mucho de leyenda y un poco de realidad?

- Lo único que se puede decir, con certeza, es que estaba en la hueste de Sancho que cercó a la ciudad. Y todo lo demás ya pertenece a los cantares de gesta... La historia se ha construido sobre esos cantares, que han entrado en la primera Crónica General de Alfonso X el Sabio. Por eso tenemos una historia, desde ese monarca, absolutamente pervertida con relación a la realidad. Es la que hicieron los historiadores del siglo XVI. Otros la han repetido. Y ésa es la que ha pasado a la Universidad. Y en lo que atañe al Condado de Castilla, es la que continúa enseñándose. Yo, con mi libro, pretendo demostrar todo lo contrario.

- Dicen que pasamos del provincialismo al españolismo. Así no hay forma de que arraigue la conciencia regional. ¿Castilla es una nacionalidad o sólo la agrupación de nueve provincias?

- Somos más que una nacionalidad. Castilla tiene más historia que ninguna otra.

- Da la impresión de que Castilla y León se recrea (victimistamente) en el pasado. Por el contrario, Cataluña y el País Vasco se recrean gloriosamente en él para mirar al futuro... La diferencia no es poca.

- Al contrario. Los que utilizan el victimismo, de manera repugnante, son vascos y catalanes, que no han sido víctimas de nada. Han sido los grandes beneficiarios. Y están todo el día quejándose. ¿Víctimas..., de qué?

- ¿Y el "Cupo" vasco...?

- Es una filfa, una mentira... La víctima histórica es Castilla. En la época de los Austrias pagaba, en relación con la Corona de Aragón, once veces más por habitante.

- Ya conoce el viejo aserto: «Castilla hizo a España y España deshizo a Castilla». ¿Cierto o falso?

- Es rigurosamente exacto. Castilla fue la gran víctima de España, la que se sacrificó por los demás. Las catalanes no ponían ni un soldado cuando se trataba de salvar el Rosellón de los ataques. Ni pagaban. Todos iban de aquí. Hemos llevado ese peso, y nos hemos acostumbrado a él. No lo hemos sacudido. Lo primero de un Estado moderno, es la igualdad de derechos y obligaciones. Si hay unos privilegiados en la Constitución, ésta no es democrática. Se trata de una Constitución histórica que no responde a los principios fundamentales de un Estado democrático.

- ¿Los nacionalismos se abonan a las invenciones historiográficas?

- Es una historia falseada al cien por cien. No queda ni rastro de verdad. Aparecen batallas, guerras, prisiones...que nunca existieron. Es una deformación sistemática. España entregó la educación a las Comunidades Autónomas, y ahí se perdió todo. Están envenenando las mentes y contando mentiras contra el opresor, que es el castellano o España. Esta aparece reducida a Castilla.

- Gonzalo Martínez Díez ha sido catedrático en San Sebastián y ha estudiado los orígenes el País Vasco. ¿Por qué se niega ahora la vinculación histórica de esos territorios con Castilla?

- No les interesa, y mienten. Alava englobaba a Vizcaya, y pertenecían al condado de Fernán González y de sus descendientes. Y antes estuvo vinculada al reino de Asturias y al reino de León. Pero se niega todo. La primera víctima del nacionalismo es la verdad.

- No hay nacionalismos sin mitos. ¿Eso lo saben los vascos mejor que nadie?

- Y los catalanes, con el famoso conseller an cap, Casanovas, al que rinden homenaje, que vivió como un rey. No hizo nada.

- Sancho el Mayor de Navarra, creador del Estado Vasco. ¿Historia-ficción?

- He escrito un libro sobre esa cuestión, que aparecerá en noviembre, publicado por Planeta... De sus cuatro abuelos, dos son leoneses, uno es castellano y otro vasco. Queda huérfano, y le educa su madre, leonesa. Se casa con doña Munia, hija del conde Castilla... No conquista nada. Su reino de Pamplona comprende, en geografía moderna, Guipúzcoa, Navarra y La Rioja. A la hora de la muerte, elige Oña para ser enterrado... Sucede que tienen que crear mitos y mitos, falsedades y falsedades.

- Se habla de Don Pelayo. Y se olvida que la Reconquista tuvo dos focos.

- Sí. La resistencia contó con dos focos: Uno fue Pelayo, en Asturias, que prevaleció como símbolo. El otro, más eficaz, es el duque visigodo Pedro, de Cantabria, que tiene su capital en Amaya, con límites más amplios.

- ¿España está en crisis?

- Se ha hablado de la "balkanización" de España. Yo no diría que no tengamos peligro de dar un segundo ejemplo en Europa, tras el de Yugoslavia. Estamos en ese fenómeno porque falta una conciencia nacional.

- Existe una democracia constitucional. Pero España no crea una conciencia de nación. ¿Por qué?

- Somos hijos de nuestra historia. La izquierda ha dejado de ser nacional. Salvo algunas voces aisladas, pero no de la izquierda oficial. Ahora no aparecen figuras como Negrín, quien dice, en 1938, que prefiere entregar España a Franco antes que verla en manos de los separatistas. O Indalecio Prieto, que después de abandonar España afirma: «Tengo tres grandes amores. Uno, mi madre, que he perdido. España, que también creo que la he perdido...». Ni Prieto ni Negrín se aliaron con las fuerzas disolventes de la nacionalidad.

- ¿No hay demasiado radicalismo en la vida política de España?

- Sí. Existe un rencor, que no es bueno. No hay adversario, sino enemigo. Y eso es lo peor que puede haber en política.

«España es hoy el Estado más disuelto de Europa»

«Hemos dado saltos en el vacío. Ojalá volviéramos a una situación federal»

- ¿Los nacionalismos nunca sacaron tanto partido como en este momento?

- Nunca. Se habla de un Estado federal... Y estamos mucho peor. En un Estado de aquellas características, se encuentran perfectamente regladas las competencias del Estado central y de las Autonomías que lo forman. Aquí eso ha quedado en el aire. Y las competencias son muy superiores a las que corresponden a cualquier Estado federal. Por eso no hay que asustarse de la palabra "federal". Ojalá volviéramos a un Estado federal. Hemos dado saltos en el vacío.

- Con la actual política de Rodríguez Zapatero, ¿el futuro de España, tal cual es hoy, resulta preocupante?

- Yo creo que sí. De momento no podemos decir otra cosa. Como se vive en una época de prosperidad, cerramos los ojos y después viene el diluvio. Ojalá no llegue. España es hoy el Estado más disuelto de Europa.