CLUB LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA
Fernando Valera: "He sentido cierta deslealtad, a veces, traición es un término que no suelo usar"
El obispo de Zamora pide a los cristianos "ser hombres y mujeres de diálogo, ser ejemplo de vida"

La coordinadora del Club, Carmen Ferreras, en el coloquio con el obispo Fernando Valera, y el redactor jefe de Religión Digital, Jesús Bastante. / Alba Prieto
El obispo de Zamora, Fernando Valera, ni se siente solo en Zamora, dijo ayer en el Club del periódico, ni traicionado, "es un término en el que no suelo ponerme", aunque sí ha sentido "cierta deslealtad, a veces". Dispuesto al diálogo, prefiere hablar de cambios en la Semana Santa, "en Zamora hemos tapado mucho y los problemas están para resolverlos", precisó. Desde esa templanza que le caracteriza, sin perder la compostura, el prelado de Zamora recibió a tumba abierta las preguntas que se le fueron planteando en el coloquio organizado en el Club del periódico. Contestó a cuestiones del debate local y nacional más candentes, sin evitar ningún asunto.
Lalachus y la estampita
Entró a valorar la polémica estampita con el sagrado corazón que Lalachus mostró en la emisión de las campanadas de TVE, que tildó como un acto de "mal estilo y malas formas, poco respetuoso" para lanzar un llamamiento a que dé una respuesta "cada uno en su entorno, dando testimonio y pidiendo respeto. Le toca al cristiano" esa tarea, dijo para subrayar que esa conducta debe nacer "desde el bien, desde la espiritualidad de Jesús, no para expulsar o patalear".

Público asistente participó en el coloquio.
La Semana Santa y su crisis
La crisis de la Semana Santa de Zamora, que Fernando Valera manifestó "asumir mi responsabilidad, toca al obispo buscar una solución y, si hay que dar otro giro, pues se da porque lo que quiero es servir a Zamora y la Semana Santa, no estoy para confrontar". Restó el sesgo negativo de la palabra crisis, "que procede del griego y se refiere a hacer crack para crecer. Ese planteamiento de crecimiento en la Semana Santa tiene que mirar al futuro" porque debe servir para afrontar los próximos 25 años.
Frente a este siglo XXI cada vez más laico, en el que la Iglesia pierde peso social, el obispo se plegó a una "realidad inexorable que hay que aceptar", ante la que recalcó que "cada uno debe preocuparse del testimonio propio y no tanto de las creencias de los demás", testimonio de vida y de servicio, un ejemplo "siempre desde la esperanza y la paciencia".
El prelado de Zamora rehusó hablar de la Iglesia como una institución que debe resolverlo todo, "al obispo se le pide, a veces, que sea como el guardia de tráfico", manifestó para colocar el peso de la respuesta ante una sociedad cada vez más laica en cada uno de los católicos, sin caer en la confrontación, "porque los cristianos no estamos para estar contra del mundo", agregó. Pidió ejemplo individual del Evangelio, "no perder el paso" y vivir "con capacidad de servir, insuflando esperanza al mundo"·

Fernando Valera recibe las preguntas con deportividad.
"Ante la realidad inexorable de una sociedad cada vez más laica, cada uno debe preocuparse del testimonio propio y no tanto de las creencias de los demás"
Se trajo a su reflexión el Concilio Vaticano II cuando "pide que seamos hombres y mujeres de diálogo, no seres poralizadores en esta sociedad que sí lo está". La etimología de pontífice remite, recordó, a ese ser que sirve de "puente para resolver conflictos. Si entramos en la toma de decisiones que polarizan y confrontan, nos alejamos de eso", del mensaje cristiano.
La sexualidad binaria y el colectivo LGTBI+
Con esos mismos parámetros, abordó la polémica suscitada por la negativa de la comunión a dos parejas gays por el párroco de Torrecaballeros (Segovia) para incidir en que cada cual está en su conciencia y poner el acento en que, "a veces, nos vamos a los flecos del cuadro, y olvidamos el perdón". Fernando Valera, al ser preguntado sobre la moral sexual binaria que defienden a ultranza algunos sectores de la Iglesia, apuntó que que "la llamada de Dios al amor es el marco que sustenta la moral, no puedes condenar a una persona por un detalle del cuadro cuando lo importante es que es hijo de Dios", sin dejar de apostillar la importancia del bautismo en esa alianza.
"El amor es el marco que sustenta la moral, no puedes condenar a una persona por un detalle del cuadro, ir a los flecos, cuando lo importante es que es hijo de Dios"
Se mostró crítico con las terapias de conversión para personas del colectivo LGTBI+, como las impartidas por las siete diócesis españolas, que "no son científicas, no podemos usurpar el papel de profesionales ni buscar atajos", al tiempo que apuntaba a la experiencia de "personas que conozco y han sufrido barbaridades bárbaras con estas terapias, se han hecho cosas son muy destructivas para las personas".
Sobre las posibles intrigas para la sucesión del papa Francisco, Valera pidió que no se dé munición al enemigo que quiere destruir, tras manifestar la "tranquilidad que da estar a orillas del Duero, lejos" de esos círculos donde se toman decisiones de calado para la Iglesia. Y, aunque no entró a valorar cuánto de cierto puede haber en el rumor, el obispo se encargó de apuntar la parte más mundana que también la institución, "tiene los mismos problemas que de poder, de deseo, de dinero, es una Iglesia que se mancha cuando anda por caminos de barro, como lo hace el hombre, por eso hay que pedir perdón cuando eso ocurre".
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