Obituario

Fallece a los 90 años Domingo Dacosta, exdirector y alma máter de Cáritas e impulsor de Proyecto Hombre en Zamora

El entierro del sacerdote, velado en el tanatorio de su localidad natal, Alcañices, será este sábado, 11 de enero, a las 12.00 horas en el santuario de la Salud de esa localidad

Domingo Dacosta será enterrado este sábado, 11 de enero, a las 12.00 horas en el santuario de Alcañices, su localidad natal y donde falleció a los 90 años la noche de ayer en la residencia de Cáritas Diocesana fundada por él mismo cuando dirigía esta ONG.

El sacerdote que dedicó su vida a luchar para ayudar a las personas más desfavorecidos, a quienes vivian en los márgenes de la sociedad, pasó los últimos doce años de su vida en ese centro, tras un recorrido intenso y haber dejado un legado que tiene su columna vertebral en Cáritas que despegó y se convirtió en una de las grandes "empresas" de Zamora de su mano, desde su cargo de director provincial durante más de 20 años.

Don Domingo, como le llamaban quienes tuvieron ocasión de conocerle de cerca, fue toda una institución en Zamora, creador de Proyecto Hombre y de la Comunidad de Rehabilitación de Alcohólicos de Cáritas para Castilla y León, donde trataba con los usuarios de tú a tú, también en la calle, cuando habían abandonado el centro, desde esa seriedad y austeridad que le distinguía hasta en el trato.

El sacerdote de Alcañices en Alemania

El sacerdote de Alcañices que se ordenó en el Seminario de Zamora antes de ejercer en algún pueblo de la provincia para convertirse al poco tiempo en punta de lanza en la defensa de los derechos de los emigrantes, de las personas más desfavecidas, en Alemania. Hasta la potencia europea se fue siguiendo a las familias zamoranas que tuvieron que abandonar sus casas y a sus gentes para salir de la miseria de la postguerra tras imponerse la dictadura de Franco.

En ese país avanzado, junto a otros capellanes españoles, demostró ser "un luchador por los derechos laborales y sociales de los emigrantes", recuerda el vicario general de la Diócesis de Zamora, Antonio Martín, quien le conoció bien como sucesor de Domingo da Dacosta en el cargo de director de Cáritas, que le recuerda como un hombre, un sacerdote que "siempre iba a por todas en defensa de las necesidades que surgían, comprometido y peleón. Iba a saco sin importarle quién estaba delante".

Alma mater de la ONG: "Tenía un mentalidad de lucha social"

El alma mater de Cáritas se ha ido dejando una huella profunda a su llegada de Alemania "con una mentalidad muy progresista, de lucha social", subraya Antonio Martín que pudo trabajar codo con codo con este religioso al que, tras ser párroco en La Horta durante unos tres años, tomó las riendas de Cáritas de Zamora, "entonces pequeña".

Era común verle en los despachos de los políticos, de los jueces, de empresarios y de grandes corporaciones como Iberdrola, de toda aquella persona que pudiera realizar una aportación con sus decisiones o con sus donaciones por la que fue razón de vivir: mejorar la situación de la gente menos favorecida, recalca el vicario de la Diócesis. Cuando llegó a España, en los años ochenta del siglo pasado, "era el tiempo en el que la heroína causó estragos y Domingo Dacosta se comprometió de lleno" con aquellos jóvenes que habían caído en sus garras. Proyecto Hombre fue una de sus creaciones más señeras, por la que han pasado y siguen pasando miles de personas de todas las edades enganchadas a las drogas.

El intenso trabajo con toxicómanos y alcohólicos

Hasta su retirada de la vida social, era común ver al mítico y respetado "Don Domingo" subir las escaleras de al Audiencia de Zamora o de los juzgados de la capital y la provincia para concienciar a los jueces y las juezas de la importancia de dar una oportunidad a aquellos drogodependientes que cometían delitos, que robaban para poder meterse dosis, una raya o fumar hachís. Se convirtió en aliado inquebrantable de quienes entraban en Proyecto Hombre, siempre confiando en la capacidad del ser humano para cambiar y darse otra oportunidad.

Asentado este gran proyecto, el sacerdote infatigable e inquieto, con gesto serio y de pocas palabras, pero certeras, con aquella boina negra calada que completaba su vestimenta "de paisano" en busca de esa cercanía al pueblo, se empeñó y dirigió en ayudar a las personas dependientes del alcohol, se puso manos a la obra. La Comunidad de Rehabilitación Alcohólicos echó a andar para convertirse en otro centro de referencia.

La lucha por las personas mayores

Su último cartucho en la acción social dirigió su mirada hacia las personas mayores, "emprendió una lucha importante para mantenerlas en su medio rural", ha explicado Antonio Martín, otra batalla que le llevó a "favorecer la creación de residencias de ancianos con la creación de empleo en ese ámbito rural". Primero fue Fermoselle, después Alcañices, su pueblo, Carbajales, Villarrín y Toro, "fue una apuesta por este tipo de centros en aquellos lugares donde la Administración y la empresa privada no invertía porque no era rentable" al haber poca población, abunda el religioso.

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