Cuando los guardias de tráfico recibían obsequios (bebidas)

La iniciativa se puso en práctica hace 75 años, en la Epifanía de 1950

Guardia de circulación, en la Puerta de la Feria, subido en el templete

Guardia de circulación, en la Puerta de la Feria, subido en el templete / P. H. A.

P. H. A.

La idea partió del escritor y periodista, así como fundador de ‘La Gaceta Literaria’, Ernesto Giménez Caballero (1899-1988)Publicó el día 5 de enero de 1950 un artículo en la prensa local, titulado “Un homenaje al tráfico urbano”, donde pedía que los días 5 y 6 de ese mes se ofrecieran regalos a los guardias de tráfico que, subidos en un templete, regulaban la circulación con toques de silbato e indicaciones manuales. La capital zamorana respondió de inmediato. Fue el origen de una tradición que perduró en el tiempo, nos revelan fuentes conocedoras de aquella realidad. “Este año han sabido los guardias de circulación del agradecimiento de muchos zamoranos a su labor dura y benefactora”, se escribía en la prensa local. 

Guardia de tráfico, dibujo de la prensa de la época

Guardia de tráfico, dibujo de la prensa de la época / P. H. A.

El “obsequio”, en la festividad de los Reyes Magos, provino tanto de los automovilistas como de los peatones. “Los comienzos no han podido ser más lisonjeros”. Los regalos consistían en botellas de licores, sobre todo, y caramelos, que los ciudadanos depositaban junto al templete. “Es tanto el frío que estos rectores de la buena velocidad tienen que pasar durante estos días que no vendría mal calentarse interiormente con el contenido de esas botellas”, se apuntaba. Constituyó, de hecho, durante largo tiempo, una forma (con alguna variante) de aguinaldo.

“Las botellas alineadas a los pies de los agentes de tráfico bastarán a quitar el frío de todo el invierno"

La idea surgida y puesta en práctica en el día de Reyes de 1950hace 75 añospervivió varias décadas. La respuesta en el año siguiente fue muy generosa, pues se hablaba de “las botellas alineadas a los pies de los agentes de tráfico, tantas que bastarán a quitar el frío de todo el invierno a esas efigies de casco reluciente, y pies quietos, que, con el pito en la boca y el brazo en movimiento, canalizan el rodar de los coches y el andar de los peatones”. Para entrar en calor, remedio efectivo.

 Los guardias de la circulación (situados en La Farola, la plaza de Alemania, la Puerta de la Feria…) velaban por la correcta circulación del tráfico, para la evitación de accidentes. Qué gran adelanto el semáforo.

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