El ruido de los días

Aprovisionarse de espíritu festivo

El ruido de los días

El ruido de los días / Cedida

P. H. A.

Largas colas se formaban la tarde-noche de ayer y la mañana de hoy ante ‘La Peseta’, tienda especializada en artículos para fiestas, fundada en 1964 y situada en la calle de San Vicente. Los ciudadanos iban en búsqueda de petardos, tracas o cohetes. Sí, para la Nochevieja. El surtido es muy variado. Va más allá. Ofrece otros productos, como disfraces, pelucas, máscaras o caretas. El rótulo comercial del establecimiento ya indica su origen: la venta de pequeños paquetes de caramelos y frutos secos que tenían ese precio. Con el paso del tiempo incrementó su oferta, pero mantuvo el primitivo nombre.

El ruido de los días

El ruido de los días / Cedida

La Nochevieja es sinónimo de alegría, encuentros, brindis, bullicio… De celebración y bullaTambién de ruido, a secas, y de ruido con susto a veces. (Es la tradición, que nadie se asuste). Hay ciudadanos que expresan su contento, por el paso de un año a otro, de manera muy animosa y estruendosa. Casi siempre, eso sí, de forma civilizada.

El ruido de los días

El ruido de los días / Cedida

Los ciudadanos salían del establecimiento comercial con rostro alegre, provistos de sus compras y con el espíritu predispuesto para la que se avecina. Pero las colas no menguaban. Se renovaban en la espera. Se hablaba de todo, distendidamente. Había ganas anticipadas de fiestaLos mayores que se cruzaban ante ellos sonreían y hablaban de salud.

Salud y también buen humor, por lo general. Seguro que era el escondido deseo para el 2025 de muchos que esperaban su turno para adquirir algún producto de la variada oferta. Que empiece bien la cosa. El futuro, quiero decir.

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