Vandalismo en Zamora: se llevan hasta los árboles recién plantados

Destrozos en contenedores y pintadas en los parques recién inaugurados, entre las gracias de los gamberros

Contenedor arrojado por un terraplén en San Isidro. No es la primera vez que ocurre.

Contenedor arrojado por un terraplén en San Isidro. No es la primera vez que ocurre. / Cedida

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

Hay quien gusta de quemar un contenedor, quien prefiere tirarlos terraplén abajo, a quien le parece muy graciosa una pintada en los juegos de los niños recién estrenados, e incluso el que es tan cutre que arranca los árboles recién puestos en la avenida de Galicia o Cardenal Cisneros para replantarlos en su finca.

Son algunos de los ejemplos de actitudes incívicas que se dan en Zamora, aunque parezca increíble en pleno siglo XXI y que necesitan eliminarse por el daño tanto económico como estético que producen, incluido el riesgo para las personas que a veces comportan. Es por lo que el concejal de Obras, Pablo Novo, pide la participación ciudadana, ya que muchos de estos actos vandálicos se producen en la vía pública y con un poco de ayuda los agentes de la Policía Municipal podrían obtener mejores resultados en la identificación de los cafres.

Ejemplos hay muchos, la mayoría ocurridos sin ir más lejos este mismo fin de semana.

Contenedor quemado en la calle Traviesa

Contenedor quemado en la calle Traviesa / Cedida

En la madrugada del sábado al domingo unos gamberros quemaron un contenedor de papel en la calle Traviesa. El resultado fue el recipiente, de plástico, quedó literalmente desintegrado y solo se reconocían los hierros de la estructura.

En el barrio del San Isidro, a los graciosillos les dio por tirar un contenedor de basura por el talud de la calle Castro, hacia la N-122. Estos además son reincidentes, ya que no es la primera vez que los autores se dedican a tan desternillante entretenimiento.

Tan o más sangrante que los daños en los contenedores son los deterioros que se provocan adrede en los juegos para disfrute de los más pequeños que se han colocado en los parques infantiles renovados en varias zonas de la ciudad.

Pintada en uno de los bancos nuevos del parque infantil de la calle Amor de Dios, en Pinilla

Pintada en uno de los bancos nuevos del parque infantil de la calle Amor de Dios, en Pinilla / Cedida

En el parque situado en la calle Amor de Dios, en Pinilla, a alguien no se le ocurrió otra cosa que hacer pintadas en un banco nuevo y rayar el suelo de goma para hacer un monigote. Eso fue antes incluso de quitar la valla de fin de obra, con lo cual los niños del barrio no pudieron disfrutar ni un solo día del parque sin desperfectos.

Suelo de caucho deteriorado antes incluso de inaugurarse el parque de la calle Amor de Dios

Suelo de caucho deteriorado antes incluso de inaugurarse el parque de la calle Amor de Dios / Cedida

Lo mismo ocurrió en el parque de Las Viñas, recién abierto tras modernizar toda la zona de juegos infantiles. Un parque precioso que a alguien se conoce que no le gusta y prefirió dejar su firma con una antiestética pintada, sin importarle que la instalación sea para disfrute de los más pequeños.

Pintada en el parque de Las Viñas, antes de abrirse la obra

Pintada en el parque de Las Viñas, antes de abrirse la obra / Cedida

La disconformidad con las decisiones municipales parece estar en la base de un comportamiento incívico que ni la estrecha vigilancia de la Policía Municipal es capaz de atajar: siguen apareciendo bolsas de basura y otros objetos tirados en el punto de la ronda de Santa Ana donde antes estaban los contenedores de residuos sólidos urbanos. Unos contenedores que se quitaron de allí cuando se abrió la isla de soterrados de la plaza de La Laguna, tan solo a unos pasos de distancia. Pues bien, alguna familia no se toma la molestia de recorrerlos y prefiere tirar la basura en el suelo, donde antes hubo, pero ahora no, contenedores.

Bolsas de basura junto a la muralla, en Santa Ana, donde ya no hay contenedores

Bolsas de basura junto a la muralla, en Santa Ana, donde ya no hay contenedores porque se abrieron los soterrados muy cerca. / Cedida

Por último, de las obras de humanización de las travesías de Zamora se ha escrito de todo, no siempre bueno, por las molestias que los trabajos ocasionan en el tránsito peatonal y de vehículos. Pero lo que se ha descubierto ahora raya lo surrealista: hay ciudadanos que arrancan los arbolitos recién puestos en la avenida de Galicia o Cardenal Cisneros y se los llevan. Se supone que tendrán una finca donde colocarlos, pero no el suficiente dinero para gastarse unos euros en comprar un plantón en un vivero y prefieren robárselo a la ciudad. En fin.

El concejal de Obras, que sabe lo que cuesta tener a punto todo el servicio de contenedores y parques y los trabajos de las travesías, una millonada desde el punto de vista económico y un gran esfuerzo de gestión mostraba a este diario su desasosiego, sobre todo porque entre todos lo seamos capaces de mantener las cosas mínimamente para que la ciudad sea lo más agradable posible para todos.

Por eso llama a la colaboración ciudadana y en caso de que alguien observe algún comportamiento de este tipo llame a la Policía Municipal.

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