Pintura

La naturaleza de Juan Carlos Matilla

La Biblioteca Pública presenta una interesante retrospectiva del pintor Juan Carlos Matilla. En ella pueden contemplarse desde sus primeras obras al cuadro que estaba pintando cuando falleció en 2021

VÍDEO |  Visita virtual en la Biblioteca Pública de Zamora: "Juan Carlos Matilla. Una mirada perdida"

P. O.

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

La conservación de la naturaleza que tanto valoraba le preocupaba y la naturaleza, en sus múltiples registros, centró su hacer artístico hasta el último de los cuadros que estaba haciendo cuando falleció en el año 2021.

La pintura de Juan Carlos Matilla está muy viva y vuelve a Zamora de la mano de una interesante exposición titulada "Juan Carlos Matilla. Una mirada perdida" abierta en la Biblioteca Pública de Zamora.

La muestra, comisariada por el galerista Ángel Almeida, es una retrospectiva de este apasionado de su tierra y de sus entornos naturales que captó la belleza existente en las roderas de los caminos cuando llueve o en los humedales.

Zamora. El delegado territorial, Fernando Prada, inaugura la exposición "Juan Carlos Matilla, una mirada perdida"

Un hombre observa una de las obras de la exposición "Juan Carlos Matilla, una mirada perdida". / Alba Prieto

El recorrido comienza con una vitrina donde se exhiben sus extraordinarios cuadernos de campo, unas creaciones que por primera vez descubre el público.

A su lado varios cuadros de sus tradicionales charcas y un vídeo que adentra en la producción del pintor toresano, que durante más de 25 años se dedicó a la docencia.

Un segundo ámbito de la sala lo abren peces, como un salmón y una trucha de finales de los años 90, sin olvidar los peces abisales, y unas raíces donde "la humedad del papel la sigue manteniendo para establecer un registro plástico singular" o un análisis detallado de escarabajos o de mariposas que dan paso a una serie de doce hojas, donde plasma la belleza de algo tan sencillo como una hoja seca.

Entre las propuestas exhibidas llama la atención en una vitrina pequeños cuadros en acuarela con óxido y hierro sobre papel de la laguna palentina de La Nava, que tanto pintó, o un gran lienzo donde plasma el Roblón de Estalaya, uno de los 20 árboles más longevos de España y donde inmortalizó una veintena de animales, de tal forma que al lado de la pieza el visitante puede encontrar un papel donde aparecen la silueta de cada ejemplar para poderlo identificar, explicó el comisario de la muestra, Ángel Almeida.

Zamora. El delegado territorial, Fernando Prada, inaugura la exposición "Juan Carlos Matilla, una mirada perdida"

Una mujer señala uno de los animales localizados en una de las obra de Matilla. / Alba Prieto

El galerista, gran conocedor de toda la producción de Juan Carlos Matilla, subrayó que "un artista tiene que ser vocacional y tiene que ser virtuoso. Juan Carlos Matilla tiene esos dos dones, está iluminado y es un hombre que tiene magia a la hora de plasmar sus obras".

La selección de la treintena de piezas exhibidas, ha sido consensuada con la familia, propietaria de la mayoría de cuadros exhibidos, obedece a que "son representativas de toda la trayectoria desde el 94 hasta ese nido vacío que nos dejó a medias", dijo Almeida.

La viuda del artista, Belén, remarcó que "para nosotros es una de las exposiciones más gratas que hemos tenido por ser una retrospectiva pictórica donde vamos a poder ver desde muchos comienzos hasta el último nido", una obra adquirida hace varios años por la Diputación.

Por su parte el delegado territorial de la Junta, Fernando Prada, sostuvo que "Juan Carlos es un pintor paisajista excepcional, con una técnica muy depurada que utilizaba veladura o el empaste y que él, con sus manos y la espátula, hacía magia con esos cuadros".

Zamora. El delegado territorial, Fernando Prada, inaugura la exposición "Juan Carlos Matilla, una mirada perdida"

La última obra que pintó Juan Carlos Matilla. / Alba Prieto

También aludió a que sus creaciones siempre vinculadas a la naturaleza de su tierra, a la sencillez de las charcas, los paisajes de su tierra, de Toro o los humedales de las provincias de Zamora y Palencia, donde residía.

La empatía y preocupación por el medio natural que trasciende a cada pigmento, a cada pincelada y que trasciende también al propio artista.

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