"Reto Zamora": Desde La Habana a cuidar y a repoblar

Mujeres formadas en sanidad por Intras con el programa piloto de la Junta llegan desde Cuba a Benavente, Toro y Sayago para asistir a ancianos y personas con discapacidad

La delegada de la Junta, Leticia García (con chaqueta estampada) y responsables de Intras con las cuidadoras cubanas y familiares.

La delegada de la Junta, Leticia García (con chaqueta estampada) y responsables de Intras con las cuidadoras cubanas y familiares. / Jose Luis Fernández

Ellas, sus maridos y sus hijos han realizado el trayecto inverso de sus antepasados, algunos zamoranos, que pusieron la vista en Cuba en busca de un porvenir. En esta "aventura" de futuro, Zamora ha sido el territorio marcado en el mapa por estas personas, con un contrato de trabajo que las convierte, al menos por un año, en cuidadoras de ancianos y personas discapacitadas, explicaban ayer en presencia de la delegada de la Junta de Castilla y León en la provincia, Leticia García, quien hizo de anfitriona y les acogió con entusiasmo.

A sus 24 años, Ariadne Miret Ortega, dejó atrás su Cuba natal, donde estudió Medicina y estaba especializándose como otorrina, allí espera su esposo a poder venirse, "me casé hace cuatro días, él está haciendo los papeles necesarios para poder venirse".

Llega con esperanzas de poder completar sus estudios mientras trabaja como cuidadora. La colonia zamorana en Cuba le abrió este nuevo camino que le devuelve a la tierra de origen de su abuelo, nacido en Fuentesaúco, a través del programa "Reto Zamora". Tras pasar varias entrevistas, como las siete compatriotas que la acompañan en este viaje de vuelta a las raíces, la Fundación Intras le formó en la Habana vieja, su ciudad natal, como cuidadora de personas mayores y con discapacidad para recalar en la provincia y, ¿por qué no?, formar aquí, en esta España vaciada, su propia familia.

"Revertir la despoblación de la provincia", uno de los objetivos de esta experiencia piloto que están sacando adelante en la provincia la Consejería de Familia de la Junta, explicaba ayer su delegada en Zamora, Leticia García, mientras daba la bienvenida a estas ocho cubanas contratadas ya por Intras, que tienen por delante un año de trabajo de asistencia en residencias o en domicilios particulares. Confían en poder integrarse plenamente en Benavente, Toro y Sayago, en el municipio que se les asigne, donde sus hijos podrán estudiar y sus maridos encontrar trabajo.

Quién sabe si, como ocurrió en Lubián durante la primera fase del proyecto iniciado en marzo, la escuela podrá volver a abrir sus puertas, "allí donde haya tres alumnos, la recuperaremos", aseguraba Leticia García, encantada que poder conocer y conversar con estas 18 personas recién llegadas a la capital, alojadas temporalmente en la residencia de estudiantes de Doña Urraca.

Testimonios

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"Venimos a ayudar a repoblar"

Ariadne se lo pensó antes de apostar por esta aventura que, con toda probabilidad, le cambiará las perspectivas de futuro. Llega con el propósito, "primero, de cumplir con mi trabajo de forma satisfactoria", pero también con la vista puesta en "que este proyecto pueda extenderse y, después, poder seguir estudiando". Y "ayudar a repoblar, mis hijos que nazcan aquí". No disimula "la ilusión" con la que se asienta en Zamora para forjar una familia y reencontrarse con las raíces de su abuelo.

A la espera de la reagrupación de sus hijos, Tania Fregio, licenciada en Imaginología de la Salud (radiología en España), acompañada de su marido Enrique Ríos, "soy yo el verdadero descendiente de Zamora, ella de Asturias", se lanzó a afrontar este cambio drástico de vida, a incorporarse al programa "Reto Zamora", con optimismo, "nos va a ir todo bien", afirma Tania, consciente de que "es todo diferente" con un cambio radical en el ámbito laboral al dejar la medicina para cuidar a ancianos y personas con discapacidad intelectual, pero "aquí estamos, echándole ganas y a trabajar".

El impulso definitivo fue conectar con sus raíces españolas, "es cerrar el círculo porque es como si algo estuviera inconcluso, de dónde venimos", declaraba expectante Enrique Río, "yo, en Sarracín de Aliste, de donde era mi abuelo. Y he preguntado y me han dicho que solo quedan 200 personas allí, incluso de mi familia ya no debe quedar nadie, pero los buscaré".

Tania espera integrarse "poco a poco" en las costumbres y la forma de vida de Zamora, "no creo que vaya a ser tan difícil, no me lo parece", una reflexión a la que su marido Enrique pone el colofón, "los principios son solo eso, pero con el apoyo que nos están dando y el recibimiento que no ha podido ser mejor".

"Ofrecer nuestro trabajo y mejorar nuestras vidas"

Recalan en Zamora para "colmar la necesidad de la comunidad va a recibir eso que están esperando: ofrecer nuestro trabajo y poder contribuir a este proyecto. Y al deseo de nuestras vidas, que mejorarlas un poquito". Hijo de Arelis Etxenendía, una de las mujeres que ayer tomó la palabra para "agradecer a la Junta esta gran oportunidad que nos han dado", el joven de 20 años, José Miguel Melián, grado como técnico de ilustración, expresaba su agradecimiento a la Asociación Arraigo y a Intras esta nueva ventana de futuro. "Nervioso" aún por el giro que ha dado a su vida, pero "con toda la energía para trabajar", espera continuar con su formación en Zamora, y hallar algún trabajo con el que poder contribuir a la economía familiar.

Sabedor de que la separación del entorno, de sus amigos, le hará más difícil esta transición de vida, "porque los cubanos somos muy familiares, muy afectivos, echaré mucho de menos a la gente", no duda en lanzar un "sí" rotundo se le pregunta si quiere quedarse: "me gusta Zamora".

Su madre tomó su palabra minutos antes para reconocer el "apoyo incondicional que nos ha dado Intras y Arraigo en nuestro país" con el que despejaron las dudas de si la propuesta formativa y laboral que el centro de Intras en La Habana vieja les ofrecía "era real o no, teníamos dudas al principio". Arelis remarcó esa vuelta al origen que implica estar en Zamora desde su trabajo como cuidadoras profesionales de larga duración y la convicción de que se integrarán.

Las ocho están contratadas por un año para "ofrecer cuidados esenciales en residencias de ancianos o en domicilios a personas mayores y con discapacidad" del medio rural que precisan de una atención personalizada, recalcó la delegada de la Junta, confiada de que el programa, que implica a las consejerías de Familia e Igualdad, de Sanidad y de Servicios Sociales, es "un nicho muy importante de empleo", recalcó Leticia García.

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