La EBAU, en Zamora: "Igual estudio Veterinaria, pero yo lo que quiero es ser torero"

Los 638 alumnos zamoranos que se examinan estos días de la EBAU viven entre la tensión por sacar adelante la prueba y la ilusión por abrir la nueva etapa universitaria

Los estudiantes zamoranos afrontan la EBAU entre nervios y dudas

Manuel Herrera

M. H.

Durante los dos años de Bachillerato, la palabra EBAU saturó los oídos de los 638 zamoranos que comenzaron este miércoles las pruebas para acceder a la Universidad. Y es que parecía que ese horizonte no iba a llegar nunca, pero paso a paso, asignatura a asignatura y reto a reto, el instituto quedó atrás y ese "monstruo final" apareció entre las cuatro paredes de Magisterio, de la Escuela Politécnica o de los distintos centros repartidos por varios puntos de la provincia. En realidad, la fiera ruge más que ataca. En la primera convocatoria del 22, un 96,4% de los alumnos obtuvo el anhelado "apto".

A partir de ahí, la nota es otra historia. Muchos estudiantes dan el aprobado por hecho y aspiran a conseguir un resultado que les permita pasar el corte de la carrera con la que sueñan. Lógicamente, ese objetivo genera una cierta tensión en unos alumnos entre los que también brilla la ilusión por la perspectiva de abrir la etapa universitaria. Las pruebas arrancaron con Lengua y Literatura y se prolongarán hasta este viernes con las asignaturas correspondientes a cada itinerario académico elegido por los aspirantes.

En Zamora, el Campus Viriato centraliza una buena parte de las pruebas que se celebrarán durante estos días. Este año, los tradicionales repasos en los bancos exteriores a los edificios de Magisterio o la Politécnica quedaron aparcados por la lluvia, pero sí se vieron los habituales corrillos entre los estudiantes para comentar los resultados de las primeras pruebas, ya liberada la presión del estreno.

Los detalles del primer examen

En Lengua, los alumnos tuvieron que escoger entre dos textos publicados en El País: uno de Najat El Hachmi sobre la vida de las mujeres en Afganistán y otro de Javier Cercas, relacionado con los comportamientos ante la lectura. Además, analizaron una frase de forma sintáctica y explicaron morfológicamente dos de las siguientes cuatro palabras: desconcertado, claudicación, finge y verdadero. Finalmente, en Literatura, las opciones fueron el modernismo y la generación del 98, la poesía de Claudio Rodríguez y el teatro de su misma época, con especial atención a Antonio Buero Vallejo.

En ese último reto literario, pocos hicieron patria con Claudio. La mayoría de los consultados optó por uno de los otros dos temas, algunos de ellos con una satisfacción particular: "He tenido la suerte de mi vida. Entró Buero Vallejo, que era el único tema que me había estudiado", apuntó Miguel Ángel Soto, de la Medalla Milagrosa, que ve más cerca la opción de irse a Salamanca a estudiar Cafyd.

Tampoco salió descontento su compañero Pablo Hernández, que celebró que sus predicciones sobre lo que podía caer se habían cumplido: "Igual estudio Veterinaria, pero yo lo que quiero es ser torero", añadió el joven estudiante. El joven ya indicó, en un reportaje en este diario, que luchaba por recuperar su puesto en la Escuela Taurina de Salamanca.

Procedentes del Amor de Dios, Carmen Rodríguez y Lucía Vara salieron relativamente satisfechas del primer envite. La primera de ellas tenía sus reservas ante sus experiencias previas con Lengua y Literatura, pero cree que pudo superar la prueba en su camino hacia los estudios universitarios de Economía o Trabajo Social. Su amiga lamentó la extensión del examen, aunque tampoco alberga demasiadas dudas sobre sus posibilidades de lograr el ansiado "apto" y matricularse próximamente en Ingeniería Química.

Para Claudia Álvarez, el siguiente reto académico estará en el mismo Campus Viriato donde estos días trata de superar la última frontera. La estudiante del Maestro Haedo quiere hacer Magisterio y empezó la EBAU "contenta" por su rendimiento inicial. Ahora, tendrá que mantener la concentración para resolver con acierto los retos que le quedan por delante.

En algunos casos, las pruebas pendientes suponen la fortaleza de los alumnos. Es lo que le sucede a Lara Delgado, del IES Arribes de Sayago, que espera encarrilar la EBAU con buenas notas en Matemáticas y Dibujo. Si todo marcha como en Bachillerato, esta joven de Villar del Buey se convertirá próximamente en alumna de Arquitectura en Valladolid.

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