Zamora pierde 6.300 niños y gana 5.000 octogenarios en los últimos veinte años

La caída de más de 31.000 vecinos en dos decenios ha venido acompañada por una fase de envejecimiento acelerado en la provincia

Fachada de una casa que se vende en la provincia. |

Fachada de una casa que se vende en la provincia. | / Rodríguez

Zamora decrece y envejece. Los datos confirman lo que ven los ojos de las gentes de la provincia: faltan vecinos en general, y los que hay están mayores. Las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística sobre población residente, conocidos la semana pasada, revelan una tendencia que complica la propia supervivencia de los pueblos, aunque los municipios grandes tampoco están para tirar cohetes. La provincia en su conjunto ha perdido 31.401 vecinos en los últimos veinte años, pero ese valor numérico no es el único al que hay que atender. Los cambios en la estructura de la población ofrecen más pistas sobre la deriva.

Un parque infantil vacío, en un pueblo de Zamora. | Jose Luis Fernández

Un parque infantil vacío, en un pueblo de Zamora. | Jose Luis Fernández / Manuel Herrera

Esos movimientos señalan que Zamora no solo ha perdido población, sino que cada vez tiene menos niños y más personas mayores. En 2003, la provincia contaba con 21.336 vecinos menores de 14 años. Esa cifra se situaba, en abril de 2023 en 14.990. El descenso es de 6.346 pequeños, a un ritmo de caída de 317 al año, casi uno al día. Por contra, la cantidad de octogenarios se ha incrementado en 4.945 al pasar de 15.511 de hace dos decenios a los 20.456 actuales.

De este modo, se puede comprobar cómo el número de niños superaba con holgura al de octogenarios en la provincia cuando transcurrían los primeros años de este siglo, mientras que ahora esa relación se ha invertido. Las cifras evidencian que Zamora cada vez precisa más de geriátricos y menos de guarderías, particularmente en los territorios rurales.

Más esperanza de vida y menos natalidad

Estas estadísticas se ven condicionadas por algunos factores, y no todos negativos. Por ejemplo, el incremento del número de personas de cierta edad revela que cada vez resulta más común que las personas vivan a partir de los 80 y los 90 años. Esta circunstancia sería para celebrar si no se combinara con un descenso abrupto de la natalidad. En 2003, la provincia acogía a 1.220 residentes de menos de un año; ahora son 697. El número de bebés ha caído a la mitad.

De hecho, todas las generaciones de niños de menos de ocho años de la provincia cuentan con menos de mil individuos, mientras que hay, en estos momentos, 1.116 residentes en Zamora que tienen 90 años exactos. La quinta que más vecinos acumula, en todo caso, es la de los zamoranos con 60 años redondos: hay 2.847 hombres y mujeres que acaban de convertirse en sexagenarios.

Más allá de los datos por edad, las cifras dejan patente también que la evolución por provincias ha sido dispar en estos últimos veinte años. Un ejemplo claro se encuentra al comparar los datos de Zamora con Guadalajara. La provincia castellano-manchega tenía 183.879 habitantes en el año 2003, 13.800 menos que Zamora. Dos decenios más tarde ha subido hasta los 275.823. Es decir, casi 110.000 más que los 166.280 residentes zamoranos.

En general, la evolución de Zamora vuelve a quedarse sin comparación posible en el conjunto de España, cuya población ha crecido en un 15,2%, mientras la de la provincia ha mermado en un 15,9%. Ningún otro territorio alcanza un desplome del 10%. En segunda posición por la cola aparece Orense (-9,7%), seguida de Palencia (-9%), Lugo (-8,97%) y León (-8,11%). El mapa de la bajada muestra el golpe que sigue sufriendo el bloque noroeste español, con cifras que no se moderan con el paso de los años y los anuncios.

Los extranjeros no representan ni el 5% de la población total del territorio

De las 166.280 personas que resisten en Zamora, con datos de abril de este mismo año, 158.553 son de nacionalidad española y solamente 7.727 proceden del extranjero. Las cifras oficiales del Instituto Nacional Estadística revelan que el porcentaje de foráneos sobre el total de los vecinos de la provincia apenas alcanza en estos momentos el 4,6%, lo que unido al saldo vegetativo tan negativo que acumula el territorio y al cambiante saldo interprovincial que apenas arregla un poco el panorama en los años buenos, provoca que Zamora siga perdiendo capital humano de forma irremisible.

En este caso, Zamora se sitúa en el vagón de cola del país, pero no en la última posición. Por debajo aparecen algunas provincias andaluzas, como Jaén o Córdoba, y también los dos territorios extremeños, Cáceres y Badajoz. Eso sí, las otras ocho provincias de Castilla y León presentan una tasa superior de población extranjera, mientras que la media nacional se ubica ahora casi en el 13%, con más de seis millones de personas de otras nacionalidades que residen en algún punto de la geografía española.

Por encima de ese promedio nacional, se encuentran provincias como Alicante (22,7%), Almería (22,3%), Girona (21,6%) o Baleares (20,4%), donde más de uno de cada cinco habitantes de la provincia son extranjeros. En lo referente a Castilla y León, a la cabeza de los territorios con más porcentaje de foráneos se sitúan Soria (12,02%) y Segovia (13,7%), que cuentan con más población extranjera y que son dos de los lugares donde, en los últimos años, se ve un cambio en la deriva demográfica.

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