La Opinión de Zamora

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La expareja del maltratador que volvió de Portugal: "Está otra vez libre, me va a matar"

La zamorana pide ayuda, tras conocer que se absuelve al joven luso después de entrar en Zamora a pesar de la prohibición durante 5 años

El maltratador durante el juicio del día 31 de mayo por quebrantar una orden de alejamiento. | S.A.

"Está en libertad, ¿cuándo lo van a meter en la cárcel, cuándo me mate? Me va a matar". La pregunta de una joven zamorana de 27 años responde a la absolución que acaba de dictar el Juzgado de lo Penal para su expareja por quebrantar la medida de alejamiento que le expulsaba a Portugal y le prohibía entrar en España durante 5 años. Era parte de la condena a 23 meses de cárcel por agredir a la joven al poco de dar a luz al hijo que tienen en común tras casi dos años de convivencia.

La resolución judicial, que recurrirá el fiscal de Violencia de Género, quien calificó al imputado de "muy peligroso" y a la "víctima de alto riesgo", estaría justificada por la incomparecencia de la víctima a la vista oral celebrada el 31 de mayo que ella justifica porque "estoy convaleciente y no me encontraba bien. Llamé al Juzgado para decir que no podía acudir al juicio, pero no podía llevar justificantes", declara angustiada porque la tiene amenazada de muerte.

Así lo demuestra que el Ministerio Fiscal, única acusación personada en el procedimiento judicial, solicitara la condena a prisión en esta última vista oral contra el procesado, de iniciales A.D.M.N., en concreto, 3 años por tres delitos de violencia de género, amenazas de muerte, la pena máxima por cada uno, y una medida de 4 años de alejamiento de la joven zamorana, precisamente, por el carácter violento del imputado. "Es muy peligroso, no merece la más mínima consideración, tiene una actitud recalcitrante", recalcó el fiscal Evaristo Antelo para exigir a la magistrada, además, que levantara la suspensión de una condena a 23 meses de prisión que le impuso hace un tiempo por violencia de género contra la misma víctima, suspensión vinculada a que no cometiera otro delito de este tipo.

Agresión a los trece días del parto

Solo habían transcurrido trece días desde que nació su hijo y el mismo día en que su mujer obtuvo el alta hospitalaria fue agredida por este joven en el domicilio. Este delito le llevó a cumplir seis meses de prisión preventiva, que decayó la imposición de los 5 años de extradición a Portugal, orden judicial aún vigente, por lo que debería estar ya en ese país de vuelta tras la absolución del día 1 de junio. La mujer tuvo que poner en torno a la decena de denuncias, ha perdido la cuenta, que han terminado en condenas que han consistido en días de trabajos comunitarios.

Conocido de sobra en el ámbito policial y judicial, el joven luso, tiene media docena de quebrantamientos de condena pendientes de ser juzgados. El varón llegó al juicio del día 31 desde Topas, donde cumplía prisión provisional por volver de Portugal al día siguiente de ser expulsado.

Activado el protocolo de protección de la Policía Nacional

La Policía Nacional ha activado ya el protocolo de protección para impedir que el hombre se aproxime a su víctima, ya que salió de Topas 24 horas después de volver a la cárcel hasta disponer de una sentencia. A las dos de la tarde del 1 de junio, pisaba la calle el imputado en otros cinco casos de quebrantamiento de medidas de alejamiento y condenado por violencia de género, "extraditado en tres ocasiones anteriores", aclara la víctima.

Testigos de las últimas amenazas de muerte a la mujer, contaron que se personó "nervioso y amenazando a la madre del niño y su familia" en un CEAS para exigir ver a su hijo, cuya tutela, guarda y custodia tiene la madre por orden judicial. La madre, tras hablar con su abogado, accedió a que lo viera en presencia de un funcionario aunque no lo tiene permitido, la Junta de Castilla y León le retiró la tutela.

Al día siguiente, volvió al CEAS con la misma exigencia y "dijo que iba a pisar la cabeza" a la mujer, "que iba a matar a todos", lo que motivó que se llamara a la Policía Nacional "por miedo a que pudiera hacerlo". Uno de los funcionarios sufrió en plena calle la agresividad de este individuo: le abordó, le empujó y "tuve miedo". Indicó que "no se puede hablar con él cuando está en actitud impulsiva, necesita ayuda".

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