Sucesos en Zamora

El zamorano imputado por abuso sexual a una discapacitada: "No nos liamos, la abracé"

El imputado sostiene que quedó con la presunta víctima "para hablar, estuvimos en una acera sentados, éramos amigos desde pequeños"

El acusado durante el juicio, en la jornada de ayer.

El acusado durante el juicio, en la jornada de ayer. / Emilio Fraile

"Nadie sabía de nuestra relación porque no lo vi esencial", declaró ayer el joven de 27 años acusado de penetrar en su domicilio a una joven con una discapacidad del 67%, "que le limita para expresarse y relacionarse con la gente", circunstancia que la acusación particular cree que aprovechó para abusar sexualmente de quien fue amiga de infancia. El joven procesado, de iniciales A.J.E., sostuvo ayer que la ultima vez que quedó con la joven en Manganeses de la Lampreana "solo le di un abrazo de amigos" en un momento de la conversación en verano de 2017 y no el 11 de noviembre, como indica la denuncia.

Admitió que la había enviado un mensaje al teléfono móvil, pero solo "para hablar de nuestros problemas, del trabajo", indicó para precisar que "para mí es una persona normal, aunque sé que es discapacitada. Hablábamos mucho", declaró durante el juicio que celebra la Audiencia de Zamora por el delito de abuso sexual, por el que la acusación particular exige 10 años de prisión, mientras que la Fiscalía no acusa, aunque sí interrogó al procesado y a los testigos.

El imputado manifestó que la joven nunca estuvo en su casa, si bien ella describió detalles de la vivienda cuando se le tomó declaración durante la instrucción. Asimismo, apuntó que tenía una novia entonces que vivía con él en Manganeses, si bien esta testificó ayer que ya "habíamos roto la relación y no vivía con A.J.E." cuando se sitúan los hechos y se produce la denuncia en noviembre de 2017.

El joven conoce a la presunta víctima desde la niñez, cuando ella iba a pasar fines de semana con su padre en Manganeses de la Lampreana, quien detectó en el móvil de su hija los mensajes de WhatsApp en los que invitaba a su hija a ira su casa y cuando ella le preguntaba para qué, él le decía que "para hablar, escuchar música o ver pelis". Las citas terminaban en relaciones sexuales según el relato de la joven que es el mismo a lo largo de toda la instrucción policial y judicial, indica su abogado. Unas relaciones que "no eran consentidas", sostuvo el padre, que reiteró durante su declaración, dadas las limitaciones psíquicas de su hija.

De hecho, el padre afirma que la hija le confesó, tras enseñarle muchos mensajes que le envió a su móvil el procesado para que fuera a su casa, contó que "ella "no quería ir, pero siempre me engaña y vuelvo". Nos contó que primero hubo tocamientos, penetración, como hacen las personas mayores y que, el último día que estuvieron juntos, como tenía la regla, le dio a elegir si quería por delante o por atrás". Eso fue lo que ocurrió la tarde-noche del 11 de noviembre de 2017, según la presunta víctima, que "es tímida y si no sabe qué contestar cuando le preguntas, se calla", aclaró el progenitor para contextualizar la conducta de la presunta víctima ante las dos magistradas y el magistrado que conformaban sala en la Audiencia.

Es a raíz de ahí, "cuando tengo rencilla y rencor hacia él, antes no porque parecía buena persona", replicó el hombre al abogado del procesado que pide la absolución por falta de pruebas. El joven negó también que los mensajes reiterados hubieran sido enviados con su móvil, si bien los agentes especializados de la Guardia Civil que investigaron el origen de esos WhatsApp sostienen que el teléfono estaba a nombre del imputado y que los textos fueron remitidos desde ese terminal.

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No resultó fácil que la joven contara a su padre y a la pareja de este lo que había ocurrido en la cita con el acusado A.J.E., en la que este afirma que estuvieron "hablando en una acera sentados, a 20 metros de mi casa, desde las 19.30 hasta las 22.00 horas". Después, "ella se quedó sentada y yo me fui", explicó el imputado en el juicio.

La joven llegó a su domicilio "muy tarde". El padre estaba muy preocupado, la llamó varias veces al móvil pero no le contestaba, una actitud rara porque "siempre obedece". Desconocía que su hija hablara por el móvil con el acusado. Relató otra agresión que su hija les contó cuando era más pequeña, "en esa ocasión, cuando llegó a casa, la reñí y no me contestó nada, estaba muy nerviosa y medio llorando".

A partir de ahí, se negó a ir a Manganeses, prefería quedarse con su madre en el pueblo en el que vivía esta, y tuvo que ser ingresadadurante mes y medio con una crisis. Al final, le contó a la pareja del padre lo que había ocurrido y señaló al acusado, quien la habría atado de pies y manos, y amordazado en un remolque abandonado antes de violarla, hechos que se remontan a 2010 o 2011, expuso el progenitor.

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