Entrevista | Almudena Martín Castro Pianista y divulgadora

"La música ha llevado a la física a buscar ecuaciones mucho más bellas"

"Hay un gran avance de la divulgación en España favorecido por las redes sociales; cada vez tenemos más medios para comunicar"

La divulgadora Almudena Martín Castro, antes de su conferencia en Zamora. | Jose Luis Fernández

La divulgadora Almudena Martín Castro, antes de su conferencia en Zamora. | Jose Luis Fernández / B. Blanco García

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

Relacionar música y física parece un imposible. Sin embargo, ambos campos tienen una conexión que se remonta ya a varios siglos atrás. Con la original conferencia titulada "La música de los pequeños números", la divulgadora Almudena Martín Castro —conocida en las redes como Puratura— explicó con su particular humor ese vínculo imperturbable a través de los tiempos, poniendo un broche de oro esta edición de Martes de Ciencia, organizada por el Ayuntamiento de Zamora en La Alhóndiga. La conferenciante es licenciada en Bellas Artes, graduada en Física, con Premio Fin de Grado y con estudios de Grado Superior de Piano. Su interés por la ciencia y la tecnología la ha llevado a desarrollar una intensa actividad en el ámbito de la divulgación.

–¿Dónde radica la musicalidad de los pequeños números?

–Debido a cómo funciona nuestra mente y cómo percibimos nosotros las cantidades, hay ciertos números más pequeños, del uno al cuatro, que nos resultan más fáciles de percibir. Por ejemplo, en una pantalla con dos puntos, sabes de manera inmediata cuántos hay, no se necesita contar. Pero no pasa lo mismo si hay 17 puntos. Se trata de una habilidad que en psicología se conoce como subitización y esa habilidad ha hecho que nosotros, como seres humanos, tengamos una preferencia por agrupar las cosas en pequeñas cantidades que nos resultan más fáciles de percibir y entender. Esto tiene unas consecuencias enormes, tanto en lenguaje como en la música.

–¿En qué sentido?

–Por el lado de la armonía, porque, en la historia de la música, la consonancia y la disonancia tiene su origen en tiempo de los griegos, que fueron quienes usaron estos números para definir estas cualidades. Pero también tiene consecuencias en el ritmo, es decir, casi toda la música en nuestra cultura es binaria o ternaria. Por ejemplo, el vals es ternario y casi toda la música pop y rock es binaria.

Conferencia de  Almudena Martín Castro

Conferencia de Almudena Martín Castro / JOSE LUIS FERNANDEZ

–¿Cómo se llegó a estas conclusiones?

–El comprender cómo nuestra mente tiene más facilidad para entender cantidades pequeñas es un fenómeno estudiado relativamente hace poco por parte de la psicología en el siglo XX, con Stanislas Dehaene a la cabeza. Pero esa preferencia por las pequeñas cantidades nos han acompañado desde siempre, ya que nuestra mente se parece mucho a la que teníamos incluso en tiempos de las cavernas. Y esa facilidad ha estado influenciando distintos aspectos de la cultura humana desde hace muchísimo tiempo.

Agrupamos las cosas en pequeñas cantidades, más fáciles de percibir y entender

–Incluso en la música, por lo que comenta.

–Ahí ha tenido influencia desde que la música es música. En casi todas las culturas se repite mucho esto de los ritmos binarios y ternarios, aunque haya culturas, como la india, que tiene ritmos más complejos, utilizando a veces hasta siete u once números. Pero, incluso estos, están luego agrupados de dos en dos o de tres en tres. En general, dentro de la cultura occidental, la subitización ha tenido una gran influencia en la armonía, porque, durante muchos siglos, estaba definida por la herencia del gran filósofo Pitágoras.

Almudena Martín Castro, durante su conferencia en Zamora.

Almudena Martín Castro, durante su conferencia en Zamora. / JOSE LUIS FERNANDEZ

–¿En qué consistía esa teoría del filósofo griego?

–Además de filósofo, era matemático, pero también estaba fascinado con la música, así que se centró mucho en las cuerdas de los instrumentos, descubriendo que cuando él tomaba las cuerdas de uno de ellos, si estas estaban proporcionadas por números enteros y sencillos, pequeños y fáciles, los instrumentos producían sonidos consonantes, agradables. A Pitágoras le gustaban tanto los pequeños números que casi lo convirtió en ley. Con el paso de la historia, hemos ganado un poco de flexibilidad en este sentido y utilizamos cantidades más complejas. Pero esos números fundamentales de la música siguen siendo la base de nuestra armonía.

–Este filósofo es también protagoniza de su libro "La lira desafinada de Pitágoras". ¿Qué se esconde en sus páginas?

–Sobre todo, este libro trata de cómo la música influenció e inspiró a la física a lo largo de toda la historia, precisamente desde tiempos del mismísimo Pitágoras. Trata, por un lado, de esa influencia de la música con la física, pero, sobre todo, trata de cómo la música llevó también a la física a buscar ecuaciones mucho más bellas, aunque sea un argumento que sorprenda a muchos lectores.

Casi todas las composiciones son binarias o ternarias, desde el vals hasta el rock

–¿Cómo se logró esa influencia?

–Dentro de la física y las matemáticas existe esa inspiración estética que, normalmente, lleva a los físicos y matemáticos a buscar ecuaciones más sencillas, que sean capaces de explicar más cosas con menor esfuerzo cognitivo. El descubrimiento de Pitágoras de que los pequeños números producían sonidos bellos en la música le hizo pensar que esos mismos números debían producir fenómenos bonitos en toda la naturaleza. Esa inspiración pitagórica y la filosofía transcendieron luego a la Edad Media y durante toda la historia de occidente muchos físicos y matemáticos se han esforzado especialmente en que sus teorías fueran más compactas, más elegantes, más armónicas.

–Recibió en 2017 el Premio Tesla de Divulgación Científica. ¿Cómo se definiría en esta faceta?

–Es complicado de responder, pero yo diría que hay dos cosas que intento hacer. Por un lado, a mí estos temas me apasionan, la belleza me inspira mucho y al final, cuando divulgas, lo haces desde la empatía y el propio entusiasmo. A mí las matemáticas, la física y, sobre todo, la música, me interesan muchísimo. De hecho, fue la música lo que casi me llevó a estudiar física. Por otro lado, sí que utilizo mucho el humor e intento que las charlas sean bastante amenas, incluso diría que macarras. Algo parecido he intentado transmitir con mi libro, que trata sobre la estética de la física, un tema, a priori, bastante denso. Pero, sin embargo, una de las cosas que me ha hecho más feliz con este trabajo es haber recibido comentarios de la gente que decía que se reía leyéndolo.

Nuestra mente se parece mucho a la que teníamos incluso en tiempos de las cavernas

–¿Es una técnica para quitarle el miedo a estos temas más complicados, sobre todo para la gente que no es especialista, pero sí se interesa por estos campos?

–Eso es lo que intento y, aunque sea una misión complicada, creo que con este libro lo he conseguido. Misión cumplida (risas).

Almudena Martín Castro

Almudena Martín Castro / JOSE LUIS FERNANDEZ

–¿Las redes sociales se han convertido en una herramienta aliada para difundir estos temas científicos?

–Percibo que hay un gran avance de la divulgación en España en los últimos años y creo que ha sido favorecido, en gran medida, por las redes sociales. Cada vez tenemos más medios para comunicar y más lugares para estar presentes. Por otra parte, también es cierto que las redes sociales tienen su lado oscuro, pero prefiero quedarme con que es una herramienta fantástica que, además, ofrece formatos muy distintos. Es algo enriquecedor e inspirador para todos.

Hay un esfuerzo de los matemáticos por que sus teorías sean más elegantes y armónicas

–¿Considera que hay en la actualidad una buena cantera de divulgadores científicos en España?

–Sin duda, hay muchísimos divulgadores muy buenos. A mí, por ejemplo, me gusta mucho la matemática Laura Toribio, que da unas charlas maravillosas, o el biólogo Antonio José Osuna Mascaró, que es capaz de hablar de cognición animal en Twitter y cada hilo te hace pensar sobre la naturaleza humana y sobre lo que es la inteligencia. También está Natalia Ruiz Zelmanovitch con su divertida "Astrocopla" o Antonio Martínez Ron, alias Aberrón, en un formato más periodístico, para estar al día de la actualidad de la ciencia. Son todos estupendos ejemplos de divulgadores españoles.

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