Entrevista | Daniel Pérez Dramaturgo

"La colectividad olvida nuestro carácter fronterizo, que conlleva una resistencia"

"En mis cuentos, que resultan muy divertidos, combino personajes muy zamoranos de antaño y actuales con otros inventados"

El primer término la trilogía y su autor Daniel Pérez. | J. L. Fernández

El primer término la trilogía y su autor Daniel Pérez. | J. L. Fernández / Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

Daniel Pérez publica una trilogía que reúne su producción en distintos géneros literarios vinculada con Zamora. La publicación "El signo de la frontera" se presenta el martes 2 de mayo a las 19.30 horas en el salón de plenos de la Diputación de Zamora.

–¿Cómo nace esta trilogía vinculada a Zamora?

–Siempre he escrito y preparando otras cosas, me di cuenta de que hay una parte de mi obra que guarda relación con Zamora, que retrataba las emociones que suscita Zamora en poesía, como en teatro, tanto en otras encargadas como que he hecho por iniciativa propia, y una serie de cuentos que guardan relación con el río que es una defensa tanto en la ciudad como en la provincia, dado que la cruza.

–¿Por qué el título de "El signo de la frontera"?

–En textos al volver sobre ellos vi mi forma de ver, de sentir la ciudad y también la provincia y lo que define lo que somos, un lugar de frontera. Los límites son movibles, pero las gentes se dotan de un espíritu de resistencia que conforma un carácter que yo lo escribo en poesía, teatro y en prosa con los cuentos.

–¿Qué material hay inédito?

–Bastante, principalmente los cuentos.

–¿Qué recoge en el volumen de poesía?

–La primera obra que recoge es una creación premiada por el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, "El filo de los salmos", una ficción sobre la destrucción de Castrotorafe que viene a recordar un poco a Numancia en medio de una partida de ajedrez, que significa los hilos que se mueven para que esas gentes resistieran. También aparece "Destrucción de Semure", escrito cuando tenía unos 25 años, que refleja la incomprensión por la dureza, pétrea y climatológica, que lo sentía en la ciudad. Los recuerdos de la ciudad en blanco y negro se quedan en uno y se describe duramente la ciudad.

–Luego no es benévolo con la ciudad.

–Hay un poema que comienza "Te equivocas si te piensas que no te amo...". Yo siento profundamente Zamora y soy zamorano de generaciones. Estoy enamorado de mi ciudad y de ahí que el dolor de que la piedra mandaba sobre las almas me produjo esa sensación que reproduje en este poemario. A mayores, aparece el inédito "Ruinas del Castillo", una visión en tres tiempos, de la fortaleza. Cuando tiraron el interior, pude ver las ruinas y me imaginé de una forma potente lo que era esa roca en un primer tiempo, que la primera parte del poema, para en la segunda, centrarme en su gloria en los siglos XI y XII y lo que vemos ahora. Formalmente son muy diferentes y no son demasiado largos, entre los tres poemas pueden ocupar unas diez páginas.

–Usted es un hombre de teatro ¿qué ha incluido del género?

–Recojo "Expiación" una obra que todavía no se ha estrenado sobre el Cerco pero orientada a la culpa que podría tener Urraca. "La madre dormida", sí estrenada y publicada, así como "El Zangarrón" que no se ha representado o "El motín de la trucha".

–Comparte su visión de Zamora ¿indulgente o crítica?

–Me limito a dar visiones desde distintos ángulos, pues los cuentos son fantásticos con seres imaginarios que entroncan con el realismo mágico y cargados de humor. La poesía es más dura y en teatro por ejemplo en "El Zangarrón", que es una mezcla de diálogos y resonancia de dioses, los personajes del pueblo hablan de lo que habla la gente. A mí lo que interesa es que la colectividad tenga en cuenta, un aspecto que nos olvidamos o que no tenemos muy presente, nuestro carácter fronterizo que, de alguna forma, hemos sido así y siempre seremos y es muy difícil salir por nuestros propios medios del atolladero. He sido un transmisor de unas emociones y no se pretende nada más.

He sido un transmisor de unas emociones

–La trilogía reúne escritos de toda su trayectoria vital, pero cuando se ha acercado a escritos de sus 20 años ¿los ha purgado o los ha respetado?

–Yo empecé escribiendo poesía siendo joven. Los poemas más potentes y los más sinceros surgen cuando eres joven. Ha habido que arreglar cositas en el estilo formal. Esa poesía salía a borbotones en "Crónica de niebla" o "El filo de los salmos", y visto años después lo he respetado. En poesía con tres palabras expresas lo que están sintiendo y cuando pasa el tiempo no quieres ceñirte al ámbito de la emoción. En mi caso por mi oficio, veía mucho teatro, hacía teatro, pero no me planteaba escribirlo, pero poco a poco vas entrando. Tienes que aprender a escribir teatro y haber visto mucho y alguna cualidad para escribir. Yo empecé a escribir mis obras cuando creamos "Achiperre", en el año 1979. De este género lo que se recoge es de los últimos 15 años.

–¿Y cómo desembarca en el cuento?

–Con anterioridad escribí la novela "Los diarios de Karaganda", que la concluí poco antes del inicio de la pandemia. Luego vinieron los cuentos. La poesía, de entre todos los géneros literarios, te elige a ti y ahora se resiste muchísimo. Yo siempre estoy escribiendo teatro, ya sea por los encargos que recibo o cosas mías porque domino el medio y cómo se tienen desenvolver los personajes para que lleguen al público, no en vano he visto miles de obras. En prosa necesito ser tocado por la ilusión para escribir.

–Explíquese.

–Los 20 cuentos vinieron de repente, son muy divertidos, me lo pasé muy bien escribiéndolos y son muy zamoranos. Los escribí en muy poco tiempo durante la pandemia. Tiempo atrás Joaquín, que pasea por el río, era seguido por el ganso Tino, tras quedarse el ave viudo. El animal parloteaba con este hombre durante sus paseos. En una ocasión me encontré con Joaquín en las inmediaciones del Puente de Piedra y el animal estaba en la isla del puente de Hierro. Fui con él y cuando bajó a la orilla en el Puente de Piedra, se oían sus gritos y apareció río arriba en su busca... me impactó tanto que fue el detonante de todos los cuentos. Lo curioso es que había personajes conocidos que salieron como El latas, que era borracho pero no alcohólico o el barquero de Olivares que tiene un momento de tensión con el río convertido en ser vivo y y otros totalmente imaginados. No tengo límites.

–¿Los cuentos son el registro que más puede sorprender?

–Sí a la gente de Zamora les va resultar muy grato porque van a identificar a personajes de antes y algunos de ellos actuales y otros que son imaginarios. Son personajes sin afán de crítica. Quedaron fuera muchos que quizá vuelvan en algún otro momento.

–¿Por qué ve la luz esta recopilación en estos momentos?

–Porque le comenté esta visión que yo tengo de la provincia al diputado de Cultura, Jesús María Prada Saavedra, y se mostró receptivo al proyecto de publicarlo.

–A algunos les sorprenderá que tras trabajar usted décadas en el Ayuntamiento sea la administración provincial quien le respalden el proyecto junto a la editorial Semuret.

–El Ayuntamiento de Zamora no hace edición de libros y la Diputación sí y es en este caso es una publicación que conlleva, desde el punto de vista territorial, a toda la provincia e influye el interés de un diputado. En la producción he intervenido poco. La editorial Semuret trabaja con el diseñador Pifa Montgomery que ha profundizado en el concepto de frontera y de río con un gran resultado.

Preparo una obra de teatro sobre Zamora, la situación del mundo rural, la despoblación y para remate el fuego

–¿Qué está escribiendo ahora?

–Estoy escribiendo sobre Zamora teatro. Es un trabajo sobre la situación del mundo rural, la despoblación y para remate el fuego. En el texto hay una crítica contra un estilo de vida que se está imponiendo a costa de la calidad de vida de los pueblos. Los personajes hablarán de lo que está sucediendo en clave de tragicomedia.

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