¿Somos los mismos o hemos cambiado? Diez años de movimientos de población en Zamora

Los datos del censo permiten analizar, municipio a municipio, el grado de renovación poblacional registrado en la provincia, que perdió 22.456 vecinos entre 2011 y 2021

Un hombre coge agua de la fuente de Villaveza de Valverde, en una imagen del pasado otoño. |

Un hombre coge agua de la fuente de Villaveza de Valverde, en una imagen del pasado otoño. | / Emilio Fraile

En Prado, un pequeño municipio del noreste zamorano, ubicado en plena Tierra de Campos, la evolución demográfica camina en una sola dirección. Este ayuntamiento tenía 75 habitantes en 2011, según los datos del censo, y diez años más tarde esa cifra ha bajado a 48, una caída del 36%. Pero lo llamativo es que todos los vecinos actuales ya vivían en el pueblo hace un decenio. Es decir, no ha llegado ni una sola persona en todo este periodo. Tampoco ha nacido nadie. En esta localidad, son los que estaban en 2011 menos los que se han muerto y los que se han marchado. El gran cambio es que ocho individuos se han mudado a otra casa, pero sin salir del pueblo.

Toda esta serie de datos se conoce gracias al estudio detallado que aporta el censo sobre el movimiento de la población a nivel municipal. El estudio publicado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística permite conocer cuánta gente reside en el mismo lugar que hace diez años; y cuánta se ha cambiado de municipio, de provincia, de comunidad o incluso de país. En lo tocante a los pueblos de Zamora, esa información revela el grado de dinamismo o de estancamiento de su población y permite comprobar qué localidades siguen registrando altas y cuáles resisten prácticamente con los que quedan, como le sucede a Prado.

Renovación por debajo del 10%

Lo bueno para la provincia es que ningún otro municipio se ha quedado en cero nuevos pobladores en este periodo, aunque hay otros once ayuntamientos cuya renovación se queda por debajo del 10% de su censo total. Así ocurre, por ejemplo, en Pajares de la Lampreana, donde solo 12 de los 298 vecinos actuales han llegado al pueblo en este último decenio. De ese grupo, cuatro habitantes son niños nacidos en este periodo; tres se han mudado desde otros puntos de Zamora; uno llegó desde otra provincia de Castilla y León; y los cuatro restantes se trasladaron desde una comunidad diferente.

Los otros casos destacados se reparten por distintos puntos de la provincia. Por debajo del 10% de renovación en su censo aparecen igualmente Villaveza de Valverde, Pías, Fuentesecas, Moralina, Gallegos del Pan, Carbellino, Pinilla de Toro, Santa María de Valverde, Cerecinos de Campos y Viñas. En este último municipio de la comarca de Aliste, ya se empieza a percibir un movimiento de llegada de personas procedentes de otras comunidades autónomas y de otros países. Aquí, como en otros puntos de Zamora, muchas veces se trata de familias originarias del pueblo que retornan a casa una vez finalizada su trayectoria laboral.

Lo peor, en todo caso, llega cuando este regreso no se combina con un incremento de la población joven y con nuevos nacimientos que ofrezcan un futuro más halagüeño a los territorios. En Zamora, aparte del citado caso de Prado hay otros municipios donde tampoco reside ni una sola persona que no hubiera nacido antes del censo anterior. Así sucede en hasta veinte ayuntamientos de la provincia: Brime de Urz, Castroverde de Campos, Cazurra, Fuentesecas, Gallegos del Pan, Justel, Losacino, Molezuelas de la Carballeda, Otero de Bodas, Pinilla de Toro, Porto, San Martín de Valderaduey, Santa María de Valverde, La Torre del Valle, Valdefinjas, Vega de Villalobos, Villaferrueña, Villageriz y Villaveza de Valverde.

En lugares como estos, casi todos de pequeño tamaño y en franca decadencia poblacional, el alimento para el censo que suponen ahora los retornados citados previamente se irá acabando poco a poco. Pronto no quedará nadie que haya pasado su infancia en estos territorios cuyo futuro se oscurece a medida que avanza el tiempo sin que nazcan niños ni se instalen jóvenes en sus viviendas.

En el otro lado

En el lado contrario de la balanza hay 14 municipios de la provincia cuyo censo está compuesto en más de un tercio por personas que no vivían allí hace diez años, ya sean vecinos nacidos en este periodo o que se hayan mudado allí desde 2011. Aquí, la renovación sí se percibe con claridad, aunque es justo decir que las cifras de algunos lugares están condicionadas por la apertura de una residencia de ancianos y el consiguiente empadronamiento de sus usuarios, muchos de ellos llegados de fuera.

Algunos de los ejemplos más reales se encuentran en el alfoz de la capital. Por ejemplo, en Roales, que ha sumado 172 vecinos en este periodo hasta alcanzar el millar y donde un 44% de los habitantes no estaba allí en 2011. De hecho, 119 niños han nacido entre censo y censo, aunque otros 255 han llegado procedentes de otros puntos de la provincia; 14 se han mudado desde otros lugares de Castilla y León; 42 se han trasladado desde otra comunidad autónoma, mientras que 10 más han trasladado aquí sus vidas tras vivir previamente en el extranjero.

Otro caso claro de esta tendencia se encuentra en el cuarto municipio de la provincia por número de habitantes, Morales del Vino, que también ha notado positivamente en este tiempo su capacidad de atracción como núcleo rural, pero dotado de servicios, a un paso de la ciudad. Un buen indicador de ese florecer demográfico se encuentra en los 273 menores de 10 años que residen en esta localidad que también ha acogido desde 2011 a 518 vecinos procedentes de otros puntos de la provincia; a 68 llegados de otros lugares de Castilla y León; a 130 individuos venidos de distintas comunidades autónomas; y a 35 vecinos llegados del extranjero.

Aparte de Morales y Roales, los otros doce municipios que presentan una renovación poblacional superior al tercio de su censo total desde el año 2011 son Quintanilla del Olmo, Robleda-Cervantes, Pozuelo de Tábara, Requejo, Piedrahíta de Castro, Moraleja del Vino, Villanueva de Azoague, Asturianos, Valcabado, Trefacio, Roales, Villageriz y Peleas de Abajo.

En cuanto al municipio principal, en Zamora capital, casi el 80% de los habitantes actuales ya residía en el municipio en 2011. Apenas 3.521 han llegado desde otro ayuntamiento de la provincia; 1.080 desde otros puntos de Castilla y León; 2.060 desde una comunidad autónoma diferente y 1.399 desde el extranjero. Además, han venido al mundo 4.186 niños en la ciudad. Conviene subrayar igualmente que sí se han producido muchos movimientos internos, y es que más de 27.000 individuos se han mudado de una a otra vivienda dentro de Zamora.

En el conjunto de la provincia, cabe destacar la llegada en este decenio de 13.912 personas que antes residían en otros puntos de España o del extranjero. Esa cifra se suma a los 9.651 niños nacidos en este tiempo, menos de un millar por año, en consonancia con las cifras de natalidad registradas en los últimos ejercicios. En total, un 13% de la población se ha renovado, más allá de movimientos internos.

22.546 menos

En todo caso, el saldo para la provincia es negativo en estos diez años, ya no tanto por el movimiento de la población, sino por el saldo vegetativo. En total, los primeros resultados del censo de 2021 revelaron que Zamora perdió un 11,7% de su población desde la actualización anterior. En concreto, la provincia vio cómo se esfumaban 22.456 vecinos desde 2011 en un desplome generalizado.

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