El invierno interminable de las familias vulnerables de Zamora

Las ONG detectan un incremento acusado del número de personas que acude a ellas en busca de respaldo para poder pagar las facturas

Una mujer mira algunas mantas en Boizas. |

Una mujer mira algunas mantas en Boizas. | / Jose Luis Fernández

Cuando la cartera está vacía, el invierno se hace eterno. Los gastos del supermercado, de los estudios de los niños, de los cuidados del los mayores o de la hipoteca se unen a una factura de la luz y a un recibo del gas que, este año, se han vuelto inasumibles para ciertas familias por culpa de la inflación. También en Zamora, donde las ONG han detectado un incremento acusado del número de personas que acude a ellas en busca de un respaldo para hacer frente a los sobrecostes. Algunos sueldos han mejorado; también lo han hecho las pensiones y el Ingreso Mínimo Vital, pero esa circunstancia no siempre ha sido suficiente para afrontar el huracán de la inflación.

Un hombre consulta un contador. | Ana Burrieza

Un hombre consulta un contador. | Ana Burrieza / Manuel Herrera

Una de las trabajadoras de la Cruz Roja en Zamora, Sara Ufano, explica que el aumento de las familias en situación de vulnerabilidad es la triste realidad con la que han de convivir cada día en todas las comarcas en las que trabajan: "Hablamos de facturas muy elevadas, incluso en familias que saben que no pueden mantener temperaturas altas en casa. Tenemos casos de personas que están en 17 o 18 grados y aún así pagan facturas de 200 o 300 euros que suponen un descalabro grande en economías ya de por sí tocadas", argumenta la profesional de la ONG.

Un aumento del 40%

Con este panorama, la Cruz Roja estima que el incremento de las atenciones a las familias por el aumento de los costes de las facturas ronda el 40% en comparación al curso anterior. "El año pasado, las personas se iban apañando más, pero con la subida de los precios todo se ha vuelto más difícil en hogares donde los ingresos son mínimos", insiste Ufano, que remarca que la brecha se ha abierto en todas las zonas de la provincia.

Para tratar de tapar los agujeros que aparecen en las economías de estas familias, la Cruz Roja está abonando las facturas de las personas que acuden a la ONG y que pueden justificar su incapacidad económica para hacer frente a los gastos mensuales. De hecho, el llamado plan Cruz Roja Reacciona surgió para actuar ante la necesidad básica urgente y facilitar la entrega de bienes y ayudas económicas a quien las precise.

Una ayuda más recurrente

La visión de Cruz Roja coincide, en líneas generales, con la de Cáritas, que sobre todo ha notado "un incremento en el número de veces que acuden las familias para demandar ayuda". "Si antes venían dos veces al año, ahora lo hacen todos los meses porque no pueden pagar los recibos", resume su responsable, Antonio Martín de Lera: "Incluso, la gente que no pone la calefacción o que la enciende lo mínimo está percibiendo complicaciones porque la luz está disparada, y eso sí que es necesario para alumbrar o cocinar", añade el representante de la ONG.

Otras personas que atiende Cáritas optan por encender la calefacción solamente en las habitaciones de los niños y deciden mantenerse "más abrigadas" en el resto del hogar para tratar de contener el gasto: "Lo más sangrante es cuando hablamos de menores o enfermos", reconoce Martín de Lera, que lamenta que, "aunque ha habido subidas en los ingresos, también hay gente trabajando a tiempo parcial que no lo ha notado o gente que, aún así, no llega a fin de mes".

"Hay situaciones que no habíamos visto", insiste el responsable de Cáritas, que cifra en un 10% el aumento del número de personas atendidas en relación al invierno pasado, aunque recalca que la mayoría acude con más frecuencia.

En cuanto al respaldo que ofrece esta ONG de carácter cristiano para tratar de colaborar con quien demanda una mano, Martín de Lera señala que se estudia cada caso, se pide la documentación y se procede al pago de recibos o a la entrega de tarjetas de alimentos, en función de la necesidad. El final del invierno, que ya se atisba, aparece como un respiro para unas familias cada vez más ahogadas.

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