Entrevista | Tomás Toranzo Cepeda Presidente nacional del Sindicato Médico CESM

“La necesaria reforma sanitaria nunca se hará sin la unión de todos y si la ciudadanía no la entiende”

“El acuerdo al que hemos llegado con la Consejería de Sanidad es coyuntural, pero hace falta una reforma estructural que empieza por Atención Primaria”

Tomás Toranzo, el villalpandino presidente nacional del Sindicato Médico CESM

Tomás Toranzo, el villalpandino presidente nacional del Sindicato Médico CESM / L.O.Z.

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

Tomás Toranzo (Villalpando, 67 años), presidente nacional del Sindicato Médico CESM es una de las personas que mejor conoce la “cocina” del acuerdo con la Consejería de Sanidad. Admite que no deja de ser una solución coyuntural para mejorar las condiciones de trabajo de los médicos y minorar las listas de espera pero, dice, hace falta una solución estructural para un sistema sanitario que se desliza por una peligrosa pendiente.

Para ello, explica es necesario, mucho trabajo, que los políticos abandonen posturas partidistas y cuenten con todo el mundo y que se dé a la medicina primaria más competencias efectivas de las que tiene ahora mismo. “En muchos consultorios locales estamos haciendo medicina de complacencia”.

–El acuerdo fija 35 pacientes al día por médico en jornada ordinaria y los que sobren en horario de tarde.

–Es lo mismo que se hizo tras la pandemia, cuando se vio que la sobrecarga asistencial en los centros de salud era inasumible. La experiencia fue buena, no hubo muchos voluntarios porque inmediatamente después de la pandemia la gente venía de trabajar en muy malas condiciones y solo se llegó a 400 y pico. En Atención Primaria se pusieron programas de tarde lo que ayudó a que las demoras fueran razonables, porque las urgencias siempre se atendían y el que iba con algo que no era urgente si no de daban hoy era para mañana o como mucho para dos días, y no como en algunos sitios donde había demoras de hasta siete y ocho días. Al final, si el médico no me ve termino yendo a urgencias y terminamos sobrecargado un nivel que tiene otras funciones otro modo de trabajar y se crea un circuito que estaba saturando y sobrecargando todo el sistema de salud. Ese mismo planteamiento se estaba dando en el resto de España y la CESM y los sindicatos médicos profesionales planteamos que hay que dar una solución.

–¿Qué mejora respecto a lo que está ocurriendo ahora?

–El sistema de estaba manteniendo a costa de tener a gente viendo a 50-60 pacientes. No había ningún filtro y todo era en función de la presión. El paciente protesta y tú, para no enfrentarte, lo metes en consulta y se veían en unas condiciones que no eran ni las adecuadas para el médico ni para el paciente que no se le estaba dando la asistencia de calidad con garantías explorando, escuchando, hablando y valorando. Se estaba poniendo en peligro incluso la seguridad de los pacientes por falta de tiempo y dedicación.

Un médico de Primaria tiene hoy más medios que uno de hospital hace 30 años

–¿La solución?

–Mi trabajo en un centro de salud es de 8 a 3 y la parte asistencial se viene haciendo alrededor de 5 horas, pero ya no es el modelo de consulta de los años 40, que el médico acaba y se va, sino que el resto del tiempo tiene que hacer muchas más cosas programas, la formación continuada, investigación o docencia, lo que ha aumentado la calidad, las competencias y la cartera de servicios de los centros. Con esas cinco horas dedicando un tiempo mínimo de 10 minutos (habrá pacientes que necesitan 4 y otros 14) se ha llegado al consenso en toda España de alrededor de 35 pacientes en jornada ordinaria. De esos, 25 son a demanda y otros diez citados por el médico para consulta programada, crónicos, por ejemplo. Cuando esa demanda pasa de los 35 pacientes al día se genera una bolsa que pones en horario de tarde y ése sí sería solo asistencial, en módulos de dos o de cuatro horas. Son horas extras, por encima de jornada y voluntarias que se paga al 322 euros. Dependiendo de los resultados habrá que valorar si son medidas suficientes o si hace falta alguna cosa más.

–¿Es un parche, como reconoció el presidente de CESM de Castilla y León, Díaz Villarig?

–Es un planteamiento coyuntural porque hace falta una reforma más en profundidad de la Atención Primaria: el modelo organizativo que tenemos hoy día, que consume excesivos médicos, muchos recursos, no es suficiente y además no todos los ciudadanos en función de donde están reciben la misma asistencia.

Tomás Toranzo

Tomás Toranzo / L.O.Z.

–Apuestan por la consulta presencial. A ustedes nunca les gustó la telefónica.

–Si yo tengo un paciente visto y solamente le voy a hacer venir para decirle oye los análisis que te hice ayer están bien sigue exactamente igual, eso se lo puedo decir por teléfono. Pero para cosas muy concretas. Lo que no se puede hacer es que uno que se ponga enfermo y le atienda el médico por teléfono. Mire, no, oiga, el contacto, el diagnóstico, la asistencia inicial tiene que hacerse de manera presencial. No podemos basar la consulta en el teléfono, ni las distancias al centro de salud o al sitio donde el médico pasa visita.

–¿El aumento del precio de hora de guardia está justificado? Siempre tuvieron fama de cobrar mucho por este concepto.

—La hora de guardia son horas extraordinarias de mañana, tarde y noche, domingos y festivos que se pagan a muy poca cantidad porque si cogemos la retribuciones que cobra un médico el sueldo con todos sus complementos en jornada ordinaria pasa de 40.000 euros al año y todo lo que añadas ahí Hacienda se queda la mitad. Te obligan a trabajar “por 27 euros la hora”. No, yo cobro eso dividido por dos, porque me quitan el 45%. Pero no se ha negociado ninguna subida, sino aplicado un acuerdo ya vigente según el cual la hora de guardia sería la media de las siete mejores comunidades del resto de España. De hecho, el acuerdo que se ha hecho de retributivo tiene muy pocas cosas, algo quizá para resolver el problema de aplicación de la productividad variable, es fundamentalmente organizativo para dar respuesta a la sobrecarga asistencial y evitar demoras en Atención Primaria y disminuir la lista de espera en los hospitales .

Se trata de mantener las listas de espera en parámetros aceptables. Uno puede esperar por una operación de cadera dos meses, pero no tres años, ni por una prueba 18 meses

–Para los hospitales se apuesta por la autoconcertación en operaciones, consultas y pruebas. Pero, ¿no criticaban ustedes las peonadas?

–Criticamos las peonadas porque se ponían de forma indiscriminada, sin criterios ni seguimiento. Ahora se trata de que en aquellos sitios donde se hace una gestión adecuada y normal si las necesidades superan a las posibilidades se recurra a la autoconcertación. Si queremos disminuir las listas de espera para operaciones hay que aumentar la cirugía y si por la mañana no tengo quirófanos o no tengo los especialistas suficientes la única forma es concertar con la medicina privada (a veces no queda otro remedio) o hago autoconcertación, peonadas o como lo quiera llamar. Lo demás son eufemismos. Se trata de mantener las listas de espera en parámetros aceptables: uno puede esperar para una operación de cadera dos meses, no tres años, ni demorar 18 meses algunas pruebas diagnósticas. Hay que dar respuestas. Y como todo son vasos comunicantes, si conseguimos que la Primaria también funcione disminuirá la presión en el hospital. Hay que hacer más competitivos los centros de salud, haciéndolos accesibles a más pruebas diagnosticas. Ya no es el médico general de hace 30 años, el médico de familia es un especialista en Medicina de Familia, tiene formación especializada, conocimientos, capacidades y competencias para hacer mucho más de lo que se hace en el centro de salud. Puede pedir pruebas diagnósticas y tratar a los pacientes, y cuando tenga alguna complejidad para eso está el especialista del hospital, para cosas muy específicas. También los especialistas del hospital consultan unos con otros.

–¿El problema no es que faltan médicos?

–Hace falta una remodelación profunda del sistema. ¿Faltan médicos? España tiene más que la media europea, aunque faltan en algunas especialidades. La media de cartillas por médico en Castilla y León es muy inferior a la de cualquier otra comunidad autónoma, por la dispersión de la población. Hay 1.699 consultorios con menos de 50 cartillas y eso consume médicos que además no aportan calidad asistencial. Es medicina muchas veces de complacencia ir a hacer las recetas y dar un poco de conversación al paciente, porque en ese consultorio tienes una camilla y si me apura en invierno no puedes ni explorar porque se te hiela de frío el enfermo y te pasas el día no ejerciendo, sino en la carretera. Entonces habrá que poner los recursos necesarios para que los pacientes accedan con facilidad a los centros de salud donde está la tecnología, donde están los profesionales y donde se les da mucho más de lo que se les está haciendo.

En los pequeños consultorios locales hacemos medicina de complacencia, damos una receta y un poco de conversación, porque disponemos de poco más que una camilla

–Como diga eso le acusan de querer cerrar los consultorios locales y choca con la política.

–No choca con el tema político choca con el tema partidista porque lo que aquí dice el PSOE lo dice el PP donde gobierna el PSOE. Hay que sacar la política sanitaria de la confrontación partidista o sea hay que sentarse a hablar entre todos porque la medicina hoy no es ni como la que se hacía en el siglo XVIII ni en el XIX ni en buena ni en casi todo el siglo XX . Los recursos que hoy puede tener el médico en Atención Primaria son muchos más de los que tenía un médico de hospital hace 30 años, lo que hay que hacer es rentabilizarlo y darle utilidad y una buena utilización.

–¿Y los consultorios?

–Tampoco hemos dicho que haya que cerrarlos. Decimos: el lugar donde se gestiona la asistencia sanitaria es el centro de salud y en algún caso los consultorios locales, por accesibilidad, y el paciente va al centro cuando puede ir y cuando está encamado el médico tiene que ir a verle a su casa. Eso está claro. Los consultorios locales se pueden utilizar para curas de enfermería, temas sociosanitarios o información para la asistencia. Es una reforma que ha de hacerse con tiempo, sacándola del debate partidista el populismo. “Que me quitan el médico” o “ahora nos tenemos que morir” es utilizar los bajos instintos para buscar rentabilidad política pero es necesario un debate más técnico más profesional porque de lo que se trata es de garantizar calidad asistencial por eso es muy importante la opinión de los profesionales, sociedades científicas, colegios médicos, todos los sindicatos, porque toca condiciones laborales. Pero fundamentalmente estamos hablando, que a todo el mundo se le olvida, es que si esto tiene un sentido es para resolver los problemas de salud de los ciudadanos y en esto no hay que engañar a nadie.

–¿Por qué les parecía mal el plan de Verónica Casado, la anterior consejera de Sanidad?

–Estábamos de acuerdo con su planteamiento, los principios generales y nos ofrecimos a trabajar y colaborar. Pero Verónica Casado iba por libre. Ella, con Paco Igea, pensaban y decidían era un “totus revolutum” donde mezclaba todo quería eliminar a los médicos de área sin darse cuenta que hay que mantener la cobertura 24 horas al día y no daba soluciones intermedias, no escuchaba a nadie y así le fue. Si alguien quiere hacer algo sin contar con los demás va a fracasar. El acuerdo firmado ahora es una solución coyuntural, pero, oiga, vamos a sentarnos todos los sectores, los partidos, las sociedades científicas, sindicatos, ciudadanos porque se necesita una reforma de calado y no se puede hacer, en ningún caso, si la ciudadanía no la entiende.

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