Luciano García Lorenzo | Escritor

“La despoblación es un verdadero problema de injusticia social abierto”

“Zamora es una ciudad dormida y Balborraz es un símbolo de lo que está costado no solo avanzar, sino que se va casi hacia atrás”

Luciano García Lorenzo

Luciano García Lorenzo / EMILIO FRAILE

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

El escritor y experto en el Siglo de Oro Luciano García Lorenzo da a conocer el miércoles día 1 de febrero su último poemario “Balborraz, cuesta arriba” en el salón de actos de la Biblioteca Pública de Zamora. En el acto, que comienza a las 19.00 horas, estará acompañado por el poeta Benito Pascual.

–Su último poemario está fraguado a lo largo de toda su vida.

–Hay una serie de poemas publicados en una serie de libros anteriores, pero como el motivo del nuevo libro era Zamora los he rescatado pues tenía mucho sentido incluirlos y hay muchos inéditos dedicados a Zamora. El centro del libro es Zamora desde diversas perspectivas. Para mí Zamora es una geografía determinada con unos problemas enormes determinados con una historia que es la mía y con una problemática en el presente y cara al futuro que me preocupa desde hace mucho y que me está preocupando más que nunca.

–¿De qué manera lo manifiesta?

–Tomo la calle de Balborraz como motivo. Cuando hay que bajar es la ciudad maravillosa, positiva, la Zamora que quieres y que defiendes, con la que te sientes identificado. No obstante, cuando subes la cuesta te das cuenta de una Zamora que fue muy difícil en mi juventud y adolescencia, muy injusta desde el punto de vista social. Una Zamora en la que esa cuesta es un símbolo de lo que le está costando no solo tirar hacia adelante y, como demuestra el presente, ir casi para atrás.

En la Zamora de los años 50 y 60 había cosas que no me gustaban. Era una ciudad con muchas desigualdades sociales.

–Los recuerdos de juventud están impregnados de cierta melancolía.

–Tengo una mirada hacia la Zamora del pasado, hacia mi infancia maravillosa desarrollada entre Valorio, los Tres Árboles o el Castillo, de mi familia, de mis amigos, de los juegos, de mis gusanos de seda, de la colección de cromos… vivencias que tenemos todos los niños y niñas en cualquier momento y en cualquier lugar. Pero luego despiertas, y cuando lo haces, te das cuenta de que es una ciudad como son tantas, por desgracia, hasta cruel desde el punto de vista social. En la Zamora de los años 50 y 60 había cosas que no me gustaban. Era una ciudad con muchas desigualdades sociales. Era una Zamora dividida por barrios y con barrios muy diferentes unos de otros. Era una Zamora que, desde el punto de vista artístico, de lo que tenemos que ha quedado del pasado, tampoco estaba tan cuidada como debería de estar… pero todo eso está bañado de esa melancolía y ese cariño que es la vida adolescente. Mi conciencia de la vida en Zamora despierta en el momento de la adolescencia, antes son más emociones, sentimientos que darte cuenta de una manera racional de lo que tienes realmente a alrededor.

–Balborraz es para usted el símbolo de la situación de Zamora.

–Este libro es un libro de testimonio y se habla de Zamora, de sus gentes y lo hago desde un punto de vista positivo, desde el punto de vista sentimental, desde el punto de vista artístico, pero tengo que presentar también una cara de lo que está siendo hacia dónde llevan a la ciudad. Zamora, como digo en uno de mis poemas, es una ciudad dormida. Hay un hecho concreto, se ha bajado de los 60.000 habitantes y a dónde vamos a llegar... a ciudad, pueblos y lugares que vamos a ir olvidando, o que vamos a ver, como Zamora que es una ciudad artísticamente maravillosa, pero es una ciudad donde el paisaje ofrece muchas torres, pero no ofrece chimeneas y no ofrece industria limpia tampoco. Zamora va a menos de una forma clarísima.

–Su denuncia va...

–No es contra el Gobierno central es a todos los niveles de la administración. Quizá yo salvaría a los niveles locales y provinciales que luchan por las poblaciones, pero a partir de este nivel el olvido es tremendo y escandaloso. Las consecuencias de la despoblación las sufren quienes se refugian en los pueblos y, sobre todo, los niños y jóvenes que saben que, en algún un momento de su vida, no les va a quedar más remedio que salir de donde les corresponde estar por nacimiento, por sentimiento y por vocación.

–¿Por qué ve la luz ahora?

–Este libro lo tenía pensado desde hace mucho tiempo. Quería recoger mis poemas sobre Zamora y todos aquellos que he escrito en la pandemia sobre la ciudad desde distintos puntos de vista. Es un libro que quiere ser testimonial y del presente, de lo que está pasando en la ciudad y lo que se viene encima, pero mucho más grave resulta lo que está sucediendo en los pueblos.

–Varios de los poemas ya los dedica a esta temática.

–Y en los próximos libros aparecerán versos más duros dedicados a los pueblos que se están convirtiendo en parques temáticos, lo que llamo las marinas de oro sin mar, donde la gente tiene derecho a vivir y a disfrutar, pero no les dejan y van a tener que abandonarlos.

Estamos pagando las mismas consecuencias que pagamos hace 50, 60 o 70 años cuando la gente tuvo que marcharse fuera. Quienes se fueron perdieron vivir donde tú quieres y, hasta donde te dejen, como tu quieres.

–¿Sigue escribiendo sobre la despoblación?

–Sí, muchísimo porque es un problema que no solo atañe a la provincia de Zamora, es un problema de injusticia social abierto, donde detrás están los políticos de una manera muy directa y los intereses regionales y comunitarios. Estamos pagando las mismas consecuencias que pagamos hace 50, 60 o 70 años cuando la gente tuvo que marcharse fuera. Quienes se fueron perdieron el contacto de sus propios hijos y hermanos separándose de lo que es fundamental, vivir donde tú quieres y, hasta donde te dejen, como tu quieres.

–En el poemario también tiene cabida la poesía más popular y también ha publicado en la felicitación navideña de Semuret unas deliciosas “Coplas del pañuelo”.

–Yo había publicado alguna de manera aislada. Siempre me ha interesado la poesía folclórica, la poesía popular, de la tierra. Fue una idea que se fraguó en 24 horas hablando con la editora Judit Pino de a la vez que felicitar la Navidad dar visibilidad a esa poesía popular que para mí es muy importante. En el libro se incluye un homenaje al poema “Ramo verde”. Mi tesis doctoral estuvo dedicado al romancero en general, soy herencia un poco de esa poesía popular que encontramos en los grupos de folclore en Zamora y en toda España.

–Su interés por la poesía popular ¿verá la luz en algún poemario?

–Verán la luz poemas concretos como ha sucedido en este poemario donde hay varios en este camino. Libro específico como tal no, pero de manera suelta ha habido y seguirá habiendo porque para mí, además, la poesía popular está patenten en los escritores del Siglo de Oro, cuyo teatro y poesía yo me he dedicado a enseñar. Esta poesía popular está patente en Quevedo, en Lope de una manera maravillosa, o en Góngora. Para mí ha sido un recorrido que nace con la poesía popular anónima, que es la que se canta, y que, pasando por los poetas del Siglo de Oro, llega a Federico García Lorca, que un poeta absolutamente popular en gran parte, y que llega a poetas más contemporáneos, como Claudio Rodríguez. En él claro que hay una veta enorme de poesía popular, sin ella no se explica Claudio realmente.

Este año aparecerá mi tercera obra de teatro, que verá la luz para la Feria del Libro. En este proyecto tengo mucha ilusión y parte del cierre de una escuela rural.

–¿Qué proyectos tiene para 2023?

–Dentro de unos meses aparecerá un libro muy diferente a este. Un libro duro de denuncia que tiene a la mujer como protagonista, no por oportunismo, pues la mujer siempre ha estado en todo lo que he escrito, desde la mujer madre a la amada. En este nuevo volumen aparecen problemas como la prostitución, por lo que es muy diferente a lo que he escrito hasta ahora. También aparecerá otro que tiene a la naturaleza como centro. Aparecen elementos naturales, desde la amapola hasta la lagartija, junto al ser humano. También aparecerá mi tercera obra de teatro, que verá la luz para la Feria del Libro. En este proyecto tengo mucha ilusión y parte del cierre de una escuela rural.

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