Consulta la población de todos los pueblos y pedanías de Zamora: luces y sombras

La provincia sigue en caída, pero 180 de sus más de 500 núcleos tuvieron un saldo positivo en el padrón tras la fase más dura de la pandemia

Una mujer, en las calles de un pueblo de la provincia. |

Una mujer, en las calles de un pueblo de la provincia. | / Emilio Fraile

Cuando se habla de despoblación en la provincia, la noticia ya no está en el pueblo que pierde habitantes, sino en el que los gana. Esta vez, los hechos dignos de mención se encuentran en las 180 localidades zamoranas que salieron del padrón del 2021 con un saldo positivo, según los datos que ha hecho públicos el Instituto Nacional de Estadística esta semana. Resulta pertinente citar aquí que el balance incluye a todas las pedanías y espacios habitados del territorio: en total, 514. Eso quiere decir que un tercio de los núcleos creció en los meses posteriores a la fase de confinamiento y restricciones estrictas a causa de la pandemia. En 2020, las buenas nuevas solo alcanzaron a 132 lugares.

Un perro bebe de una fuente en un pueblo de la provincia. | Emilio Fraile

Un perro bebe de una fuente en un pueblo de la provincia. | Emilio Fraile / Manuel Herrera

Estos datos refrendan un hecho que ya se percibió con el padrón por municipios y que señala que la caída del medio rural se moderó en el último año analizado. Zamora volvió a ser la provincia más atizada por la despoblación en España y vio cómo se esfumaban 1.510 vecinos, pero 822 de ellos eran habitantes de la capital, 147 de Benavente y 84 de Toro. Es decir, de las comarcas “solo” procedía un saldo negativo de 457 personas.

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Los casos más destacados

Incluso, en lugares como Sanabria o La Carballeda, la población subió por primera vez en un buen puñado de años, una realidad que se refleja ahora en los datos de cada pueblo. Algunas localidades como Vega del Castillo, que pasa de seis a diez vecinos; Remesal, que sube de 18 a 23; y sobre todo Castromil, de 79 a 99, muestran cifras que les permiten un cierto desahogo en un camino que, aun así, se presume incierto.

Y es que, pese a todo, Zamora sigue mostrando una estructura en la que abundan los pueblos pequeños y donde resulta extraño encontrar lugares con el empaque y los servicios suficientes como para atraer población en un número importante al entorno. Las cabeceras de comarca caen en general y el alfoz de la capital es el oasis de las localidades grandes que mantienen una inercia alcista.

En el otro lado, un 17% de los pueblos de la provincia trata de sujetarse con menos de 25 habitantes, una cifra ya límite que afecta a 87 localidades cuyo destino pende de un hilo. Ninguna de ellas quiere acabar como Otero de Sariegos o Gusandanos, ya con el padrón vacío a pesar de que su nombre siga apareciendo en la lista.

En la frontera de los cinco o menos, lugares como Letrillas, Escuredo o Monterrubio están prácticamente desiertos en la práctica, sin que parezca que haya solución posible para su supervivencia.

164 localidades resisten por debajo de los 50 vecinos inscritos

La estructura poblacional de Zamora muestra la existencia de muy pocos núcleos por encima del millar de habitantes y un número cada vez más elevado de localidades con apenas unas decenas de vecinos, muchos de ellos jubilados. En concreto, según el último padrón, la provincia tiene 164 pueblos por debajo del medio centenar de empadronados. Es decir, aproximadamente un 30% del total de los lugares habitados está en esa situación.

En el último año, siete localidades han bajado de esa barrera que, si bien aún no es condenatoria, sí es sintomática de una realidad preocupante. Los afectados han sido Záfara, Sampil, Doney de la Requejada, Santiago de la Requejada, Figueruela de Abajo, Fradellos y Boya, que ya bajan de esta barrera y que, en la mayoría de los casos, arrastran una tendencia que no inspira demasiada confianza para una posible remontada futura.

Por encima de esa cifra, conviene subrayar también que más de la mitad de los pueblos de Zamora está por debajo de la barrera de los cien habitantes. El caso del municipio de Rosinos es bastante revelador de la situación que atraviesan algunos ayuntamientos, con diez núcleos y todos ellos por debajo de los 90 habitantes. La realidad obliga a una gestión de mucho territorio en el que vive muy poca gente.

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