Archivada la causa del accidente en el que murió el comandante zamorano Álvarez Raigada

El Supremo ratifica el sobreseimiento de las actuaciones abiertas tras el deceso del militar natural de Coreses

Imágenes del funeral celebrado en 2012 en Talavera la Real. | Efe

Imágenes del funeral celebrado en 2012 en Talavera la Real. | Efe / M. H.

M. H.

El Tribunal Supremo ha desestimado el recurso presentado contra un auto del Tribunal Militar Central que acordó el sobreseimiento de las actuaciones abiertas por el accidente de un caza F-5 el 2 de noviembre de 2012 en la base aérea de Talavera la Real (Badajoz). Los hechos ocurrieron durante un vuelo de instrucción y causaron la muerte del comandante Ángel Álvarez Raigada, de 38 años, natural de Coreses. También resultó herido muy grave el alférez alumno Sergio Santamaría de Felipe.

En concreto, en la causa abierta inicialmente, fueron imputados ocho mandos del Ejército del Aire, entre ellos dos coroneles, tres tenientes coroneles, dos comandantes y un teniente. Finalmente, el Tribunal Militar Central dictó un auto el pasado 23 de febrero de 2022 por el que se acordó el sobreseimiento definitivo que ha sido ratificado ahora.

El Supremo desestima el recurso presentado por el alférez al no constatar error en la sentencia del tribunal militar, que razonaba la prescripción de todos los delitos imputados, salvo el de omisión de socorro, al entender que los hechos investigados no son constitutivos del mismo.

Más de diez años después

Cabe recordar que el accidente ocurrió a las 9.47 horas del citado 2 de noviembre del año 2012, en la maniobra de aterrizaje a la pista durante el vuelo de instrucción, después de que avión retornara a la base tras sufrir la parada del motor izquierdo. El siniestro se produjo en la maniobra de aproximación para el aterrizaje cuando los ocupantes del caza F-5 se precipitaron contra el suelo junto a la cabecera de la pista.

En su momento, ya se comunicó la apertura de una investigación desde la certeza de que el F-5 estaba capacitado para volar con un solo motor, por lo que tuvo que pasar algo más. También se destacó que, en la base, se controlaba muchísimo todo lo relativo a los repuestos. Además el piloto acreditaba una gran experiencia con más de 2.000 horas de vuelo.

Conviene recordar también que el piloto zamorano fallecido en aquel accidente contaba con una carrera prometedora y una trayectoria ya de gran nivel. No en vano, llegó a trabajar un tiempo en Estados Unidos como instructor de pilotos de la OTAN. Más tarde, estuvo destinado en Albacete antes de trasladarse al municipio de Badajoz donde se produjo el suceso.

En su momento, el ministro de Defensa de la época le impuso la Cruz al Mérito Aeronáutico a título póstumo en un homenaje muy emotivo que se celebró en la propia base con la presencia de familiares de la víctima y con la participación de sus propios compañeros en el destino, que se implicaron en el reconocimiento al zamorano.

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