Entrevista | José Manuel Pilo Alcalde de Fermoselle

“Existen estudios que datan nuestras bodegas en el siglo X”

“Tenemos un subsuelo que permite que se puedan contemplar dos pueblos y no solo uno; aspiramos al Patrimonio Mundial”

José Manuel Pilo, alcalde de Fermoselle, ayer en Fitur.

José Manuel Pilo, alcalde de Fermoselle, ayer en Fitur. / Emilio Fraile

Luis Garrido

Luis Garrido

Fermoselle tiene algo de lo que muy pocos lugares pueden presumir, como es un auténtico entramado subterráneo de bodegas que hacen que la localidad sea igual de importante por arriba que por abajo. Su enclave entre los cañones del Duero y del Tormes han facilitado la conservación de estas estructuras que el Ayuntamiento quiere restaurar y proteger para que el mundo entero las conozca. No es una forma de hablar, sino que se trata de la literalidad. El municipio ribereño trabaja en una candidatura para que su estructura suburbana sea considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y su alcalde, José Manuel Pilo, es uno de los principales impulsores de la iniciativa.

–En busca de ser Patrimonio de la Humanidad, ni más ni menos. ¿En qué punto está ese trabajo previo?

–Estamos iniciando los trabajos para poder hacer la presentación en un periodo prudencial de tiempo. No hace tantos días, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Fermoselle ha adoptado el acuerdo para la apertura del expediente. El trabajo lo va a desarrollar la AECT Duero-Douro a instancias del Ayuntamiento de Fermoselle; con ellos estamos colaborando para fomentar el desarrollo turístico bajo la marca “Fermoselle, villa del vino”, y así lo hemos acordado. Esto está en los albores, pero lo plasmaremos de una forma oficial el próximo 15 de febrero, cuando tenemos previsto realizar una presentación de la candidatura que estamos elaborando. Ahora mismo, estamos iniciando la andadura.

–¿Qué ha hecho Fermoselle para conservar ese subsuelo desaparecido en tantos otros municipios?

–Fermoselle tiene una cualidad principal, que es su situación. Se encuentra en una zona transfronteriza al abrigo de los arribes del Duero y también de los de su afluente principal, el Tormes. Estamos enclavados en un paraíso que está protegido dentro del Parque Natural Arribes del Duero. Y también formamos parte de una zona mucho más amplia que es la Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica. A ello, tenemos que añadir que el Casco Histórico de Fermoselle está declarado Conjunto Histórico desde octubre de 1974 por los valores patrimoniales y escultóricos que poseemos. Tenemos una red importante de iglesias y ermitas de estilo románico. Y, por supuesto, tenemos nuestro subsuelo. Algo que hace que en un pueblo se puedan contemplar dos: el de arriba, el que ve todo el mundo, y el laberinto de nuestras bodegas milenarias.

–¿Ya las tienen datadas?

–Existen estudios que documentan que las bodegas de Fermoselle tienen una antigüedad que va más allá del siglo X. En un principio, las distintas civilizaciones las utilizaron como refugios o como cuevas y posteriormente ampliaron las excavaciones para mantener el vino en buenas condiciones. Precisamente, la climatología al abrigo de los dos ríos ha hecho que la tierra haya sido siempre cultivada con viñedos y olivos principalmente. Ahora hay infinidad de plantas, también naranjos, limoneros, almendros… Es todo por ese clima mediterráneo.

–El proyecto de la candidatura hacia la Unesco tiene entre sus objetivos que las bodegas vuelvan a ser utilizadas para el fin para el que se concibieron. ¿Ya hay alguna que haga vino?

–Por supuesto. Se están recuperando varias bodegas para la función que en su día tuvieron, que era elaborar y mantener el vino. En torno a los años 50 del pasado siglo, se construyó la Bodega-Cooperativa Virgen de la Bandera y asoció a la inmensa mayoría de viticultores de Fermoselle. En ese momento, todo el mundo mantenía el vino en sus bodegas, porque aquí hay prácticamente una bodega debajo de cada vivienda y por eso se conoce a Fermoselle como “el pueblo de las mil bodegas”. Con la cooperativa, esos viticultores pasaron a elaborar el vino de forma comunitaria en la cooperativa y las bodegas quedaron en desuso. Hoy, se están rehabilitando y hay bastantes bodegueros que están recuperando esos espacios olvidados en el tiempo para elaborar vinos.

–Y buenos vinos.

–Son vinos de gran calidad, que se encuentran por fin amparados bajo la Denominación de Origen Arribes.

–¿Tiene el Ayuntamiento de Fermoselle alguna bodega o son todas particulares?

–Curiosamente, no. El Ayuntamiento no tiene ninguna bodega, son todas de propiedad privada.