La reserva hídrica de Zamora recupera su salud tras casi dos años de secado

Los pantanos se sitúan al 68% de capacidad, con el embalse de Ricobayo como pieza fundamental del aumento de agua almacenada

Un pescador aprovecha el aumento del nivel del embalse de Ricobayo.

Un pescador aprovecha el aumento del nivel del embalse de Ricobayo. / Emilio Fraile

Luis Garrido

Luis Garrido

Los embalses de la provincia de Zamora vuelven a recuperar músculo dieciocho meses después de que fueran vaciados para aprovechar los elevados precios de la luz. Las reservas están hoy al 68%, que son 25 puntos más que en las mismas fechas del año pasado y quince puntos por encima de la media de los últimos diez ejercicios. Son los pantanos más importantes los que están tirando de esta estadística. Ricobayo, por ejemplo, tiene actualmente un 60% de agua embalsada. El espacio que ocupa, hace no tanto completamente visible por su absoluto secado, presenta a día de hoy un aspecto saludable en el que fecha a fecha se nota cómo sube el nivel. Esto es debido a los recientes episodios de intensa lluvia y el deshielo de las primeras nieves del año que han visitado las montañas del norte del territorio y de León.

Zamora ha comenzado el invierno con un importante incremento de su reserva hídrica. Los datos muestran cómo existen en la actualidad 1.206 hectómetros cúbicos de agua embalsada, el 68% de los 1.767 hectómetros cúbicos de capacidad. En la misma semana del pasado año, los pantanos se situaban al 43% con tan solo 770 hectómetros cúbicos acumulados, lo que da buena cuenta de la mejoría experimentada en muy pocas semanas. Ricobayo, Cernadilla y Valparaíso han crecido a lo largo de las últimas jornadas hasta sobrepasar el 90% en algunos casos, aunque también es destacable el aumento del nivel en Villalcampo.

Embalse de Ricobayo. | Emilio Fraile

Embalse de Ricobayo. | Emilio Fraile / Luis Garrido

El embalse de Ricobayo, el más importante de cuantos se distribuyen por el territorio zamorano, se encuentra a fecha actual al 60% de su capacidad, con 692 hectómetros cúbicos de agua embalsada. Es prácticamente el doble de lo registrado en la misma semana del año anterior y doce puntos por encima de la media de la década. El aumento del nivel es visible desde cualquier punto y eso son muy buenas noticias para un pantano que en el verano de 2021 fue absolutamente vaciado para aprovechar el tirón del incremento de los precios de la energía.

Cernadilla, el segundo pantano en cuanto a capacidad de la provincia de Zamora, está ahora mismo al 74% de su capacidad. Son 190 hectómetros cúbicos de agua embalsada sobre los 255 que se pueden almacenar. El incremento es brutal respecto a la misma semana del año 2022, cuando la reserva estaba al 19%. También supera con creces la media de la década, situada en un 41%. El de Valparaíso acumula 156 hectómetros cúbicos sobre 169 de capacidad, que se traduce en un 92%. En este caso, la reserva normalmente ronda el 88% por estas mismas fechas del año.

Villalcampo y Castro superan en ambos casos el 90% de su capacidad. En el primero de ellos, a fecha actual hay embalsados 64 de 66 hectómetros cúbicos de agua. El segundo de ellos acumula 26 de 27. El embalse de Nuestra Señora de Agavanzal, por su parte, se encuentra al 75% de su capacidad de almacenaje, con 27 hectómetros cúbicos de agua respecto a los 36 que se pueden llegar a acumular.

Después de un año y medio pasándolo mal, los pueblos ribereños de los embalses zamoranos vuelven a respirar tranquilos al observar cómo las aguas vuelven a su cauce. Las lluvias y el deshielo son cruciales para que los pantanos recuperen su salud, aunque no existan certezas de que no se vayan a producir nuevas situaciones de vaciado. La reserva hídrica, sea como fuere, goza de un gran momento.

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