Entrevista | Fernando Valera Sánchez Obispo de Zamora

“Queremos poner en valor todo el entorno de la Catedral de Zamora”

“El Museo de los Tapices se ubicará en el propio recinto de la seo dentro de un amplio proyecto que implica a la diócesis y al Cabildo”

El obispo de Zamora, Fernando Valera, en la plaza de Viriato. |

El obispo de Zamora, Fernando Valera, en la plaza de Viriato. | / Emilio Fraile

Natalia Sánchez

Natalia Sánchez

El obispo de Zamora, Fernando Valera Sánchez, lleva las riendas de la Diócesis de Zamora desde hace dos años. La institución arranca el año embarcada en diversos proyectos que beneficiarán a la sociedad zamorana y también en cambios internos representativos con el objetivo de seguir prestado servicio a los fieles en todo el ámbito diocesano.

–La Diócesis de Zamora ha puesto en marcha una reestructuración que ha hecho que sacerdotes del medio urbano también pasen a servir en poblaciones del medio rural. ¿Cómo está funcionando el proyecto?

–Estamos en el principio. El deseo es que vayan creándose comunidades misioneras. Se está trabajando en toda la zona de Aliste, Teo (Nieto) está con un grupo misionero planteado toda la realidad. También hemos comenzado en Sayago con Florencio Gago y con Antonio Jesús Martín de Lera una acción de trabajo misionero y con toda la unidad pastoral de Valer con los párrocos del Espíritu Santo y San Claudio. Es una realidad para años y va a ser un cambio yo creo que, a medio plazo, importante.

–Habla de grupo misionero, pero ¿quiénes lo constituyen?

–Por el momento he firmado el decreto de constitución del diaconato permanente en la diócesis, por lo que habrá diáconos permanentes, laicos, catequistas, celebrantes de la palabra de cada pueblo… están empezando a caminar y lo queremos hacer sinodalmente. No queremos que sea que decidimos aquí y lo llevamos, sino que sea algo que vamos haciendo en el camino, juntos.

–¿Se han fijado algún plazo?

–Vamos poco a poco. La realidad de la Diócesis de Zamora es que dos tercios de los sacerdotes tienen más de 75 años y hay que ir configurando el servicio a la iglesia diocesana no solo desde una perspectiva clerical sino como sacerdotes, diáconos permanentes y laicos.

– Usted ha firmado el decreto que instituye el diaconado permanente. ¿Cuándo comenzará la diócesis a contar con estos hombres, algunos de ellos casados, que ayudarán tanto al obispo como a los sacerdotes?

–El Concilio Vaticano II volvió a restaurar en la Iglesia Católica como ministerio permanente el diaconado, no como paso para ser sacerdotes sino como tal y que lo puedan ejercer laicos que estén casado. Nosotros 70 años después vamos a poner en marcha esta realidad y no porque seamos pocos los sacerdotes sino porque la iglesia es ministerial. Aunque hubiera 300 sacerdotes, la iglesia en Zamora debe de instaurar el diaconado permanente. En estos momentos diez hombres están en el proceso y en febrero tendremos el primer diácono. Es un hombre que ya tenía los estudios terminados, y, posiblemente, a lo largo del año haya alguno más, entre los que tenían los estudios eclesiásticos concluidos, que dé el paso.

–En febrero ya se ordenará el primero, pero ¿a qué arciprestazgos se incorporará?

–Uno de ellos ya está yendo a Aliste.

–¿Cuáles serán las tareas que efectuarán los diáconos permanentes?

–El diaconado tiene la función del cuidado a los pobres, de la caridad y el cuidado de la economía. Se van a centrar en aspectos de la economía, de Cáritas y en distintas actividades como atención a pueblos. Cada diácono va a tener un objetivo.

–La Diócesis de Zamora ha firmado convenios con otras diócesis para que estudiantes de últimos cursos de estudios eclesiásticos puedan ayudar los fines de semana.

–Ahora mismo hemos firmado un convenio con una diócesis de Tanzania y tenemos a un sacerdote que está haciendo la licencia en Salamanca y colaborando con Florentino Gago en las parroquias de Benavente. Estamos a la espera, por cuestiones de burocracia, de tres sacerdotes de Nigeria y está colaborando un sacerdote indio a la espera de la firma del convenio. Nosotros colaboramos con las iglesias del Tercer Mundo formando a sus sacerdotes y ellos, el tiempo que están en formación, nos echan una mano y quizá luego realicen un tiempo más servicio en la diócesis. Nosotros les ayudamos a formar al clero y ellos están con nosotros, ayudando en el plano sacramental y en el plano de encuentro intercultural.

–Habla de encuentro y precisamente el diálogo con el Ayuntamiento de Zamora ha brindado que la ciudad vaya a disponer de un nuevo aparcamiento subterráneo en el barrio de la Horta que se excavará en la parcela de la antigua piscina del Seminario Menor de San Atilano. ¿Habrá más acuerdos de esa índole?

–Seguimos en diálogo con instituciones públicas y privadas. El objetivo es que todo lo que es el Seminario lo tengamos en funcionamiento al servicio de la sociedad y también de la Iglesia.

–En ese diálogo ¿están negociando con otras dependencias?

–Tenemos el colegio del Patronato, que nos cedieron las monjas cuando cerraron el centro educativo, al servicio de cualquier iniciativa que surja. Lo hemos hecho con el Seminario Menor de Toro y lo hemos hecho con dos pisos con los Menesianos para los jóvenes que están en el tránsito para ser autónomos. Lo estamos haciendo en diversos niveles.

–¿Cuál va a ser el futuro de la iglesia de San Esteban de la capital?

–Estamos en conversaciones con el Ayuntamiento de Zamora. El objetivo es crear un espacio para el diálogo intercultural. Un espacio que, en una gestión combinada Ayuntamiento y Diócesis de Zamora, sirva para ese diálogo fe y cultura. Es un proyecto a la espera de financiación. El acuerdo no está firmado, pero en nuestra mente está este objetivo.

– Y ¿qué pasaría con los pasos que ahora mismo tiene en ella la Real Cofradía del Santo Entierro?

–La reubicación se haría poniendo al servicio las iglesias.

–Un proyecto que cuenta con el respaldo del Obispado de Zamora y del Cabildo Catedralicio y capitanea el Ayuntamiento de Zamora es la visita la torre del primer templo mediante un ascensor.

–Lo concreto habría que hablarlo con los técnicos, pero está en marcha y lo importante es que la financiación está presente. Nosotros lo que queremos es que cale el proyecto de la Diócesis de Zamora en el entorno de la Catedral, el gran emblema de la diócesis que atrae a una gran parte de turismo y desde ahí tenemos que iluminar la ciudad y embellecer todo y poner en valor todas las cosas.

–Concrétenos.

–Tenemos que terminar de definir el Museo de los Tapices y la zona de restauración y la apertura de la zona de la Catedral.

–¿En qué punto se encuentra el proyecto del centro de tapices que pretendían instalar en el Palacio Episcopal?

–Los técnicos consultados, con los que hemos tenido varias reuniones, nos han desaconsejados instalarlos allí. El Palacio Episcopal difícilmente puede albergar la colección de tapices, por lo que se está pensando en otra alternativa.

–¿Qué edificio sería la nueva opción que bajaran?

–Sería posiblemente siempre en el mismo recinto Catedral y muy unido a todo lo que va a ser la visita a la torre y a las cubiertas. Estará en el mismo ámbito y pondría en valor la Catedral.

–Su ubicación en otro punto del primer templo diocesano ¿obligará a su cierre?

–No, la Catedral no va a parar ninguna de sus actividades porque todo va a ser fuera del ámbito que se visita, como mucho podría afectará alguna sala, pero el templo no va a cerrarse.

–¿Bajaran algún plazo para comenzar las mejoras?

–Depende de la financiación que logremos. Ha habido cambios en el planteamiento y tenemos que volver a dialogar con las instituciones que habían dicho que sí al proyecto en el Palacio Episcopal. Se trata de un conjunto de puesta en valor del entorno de la Catedral.

–¿Qué va a pasar con el Palacio Episcopal?

–Para mí lo que es urgente es abrir el edificio que lleva dos años cerrado. En un par de meses se hará un acceso para el archivo diocesano, aunque sea de manera provisional, para que pueda abrirse al público. Ya está solicitado y lo que queremos es que este año el archivo vuelva a abrir en el lugar donde ha estado, no lo vamos a mover. El archivo, como ahora dispondremos de más espacio, se va a reubicar y se ampliará.

–El noble edificio es muy amplio ¿qué va a pasar con el resto de dependencias?

–Lo vamos a poner en valor como el resto del conjunto. Será visitable y con apertura para que sea un espacio abierto. Es un proyecto de Cabildo y de la Diócesis de Zamora y todo lo vamos a hacer en el marco del entorno de la Catedral. En dos o tres años podemos tener un entorno que supondrá un paso importante para la oferta cultural de calidad de Zamora.

–La muestra de arte sacro “Salus” , celebrada en Alcañices, se clausuró con más de 6.000 visitantes. ¿Habrá una segunda edición en otro arciprestazgo?

–En principio Salus ha sido una experiencia muy interesante. Hemos sufridos los incendios que ha marcado todo el verano, pero hemos salvado las visitas y nuestra Iglesia más pequeña ha mostrado sus maravillas. Hemos sugerido al patronato de Edades del Hombre la posibilidad de mirar a Zamora el Año Santo de la Esperanza de 2025. Benavente también ha pedido acoger una muestra y sería un momento idóneo para que la Zamora más deprimida tenga alguna oportunidad para acoger una exposición de arte sacro.

–Semanas atrás ha anunciado la creación de un fondo interparroquial de solidaridad para el patrimonio. ¿En qué fase se encuentra?

–Ya está creada la comisión y se va a hacer la reforma de la reforma económica, pero tiene que seguir un proceso de consulta, propuestas y aprobaciones. Me supongo que durante curso se haga. Será un fondo de solidaridad porque hay parroquias que ya no tienen gente, ni dinero ni manera de financiarse y tenemos que disponer de algún dinero para eso. Será para obras de templos parroquiales fundamentalmente. Tenemos que tener un fondo para quien no pueda aportar un euro.

–¿Cómo se encuentran las cuentas diocesanas?

–Se ha hecho un recorrido muy importante de transparencia, de objetividad, de puesta en valor de cosas y de sanear el déficit estructural que había. El objetivo que pongo encima de la mesa es que autofinanciemos al presbiterio en activo en un plazo de tres años. Otras diócesis lo pueden hacer porque tienen mucha población, nosotros lo podemos hacer con la buena gestión del patrimonio que tenemos. El objetivo es fácil de cumplir ahora que hemos saneado bastante de los déficits que teníamos. En un primer tramo trabajaremos para lograr la autofinanciación del clero en activo y luego los seglares. Es un proceso al que se comprometió la Conferencia Episcopal. Tenemos el compromiso de buscar las fórmulas más adecuadas en cada diócesis.

–Cáritas es una entidad importante dentro de la iglesia diocesana.

–Cáritas es como el corazón de esta diócesis que está atento a los que más sufren, a los que más dificultades tienen. Cáritas lleva a cabo una labor excepcional en Zamora con los pobres y los marginados. Para mí resulta importante el trabajo en la Casa Betania. En Nochebuena acudí y fue una vivencia intensa. Fue entrañable el que la gente se sintiera querida, acogida por la Iglesia. La Navidad es que Dios se hace un niño fácil y pobre para que los descartados se sientan queridos y yo así lo sentí. Por más palabras que diga no lo voy a expresar, pero se creó un sentimiento común entrañable. Tras la pandemia ha sido complicado de poner en marcha de nuevo la pastoral del enfermo. Nosotros estamos con los que ahora no cuentan. En el mundo rural solo se nos quedan los ancianos y la iglesia diocesana está cerca. De hecho, mi mensaje de Navidad lo hicimos desde Losacio porque fue el lugar desde donde comenzó el segundo incendio y el primer lugar que visité en cuanto se pudo ir. Me recibió todo el pueblo y me relataban que milagrosamente la ermita de la Virgen del Puerto no se había quemado. No salgo del impacto de los rostros, sobre todo, los de las mujeres que habían tenido que dejar sus casas. Quería que este año el mensaje de Navidad fuera desde allí, un lugar tan emblemático.

–La Iglesia despidió el año 2022 con el fallecimiento del papa Benedicto XVI, el primer papa emérito en la historia moderna, cuyos restos acaban de recibir sepultura y por cuya alma ha presidido una eucaristía en Catedral. Desde su punto de vista, ¿qué ha supuesto este pontífice?

–Un rayo de luz en medio de la tiniebla. El Papa teólogo se convierte en el ejercicio de su pontificado en un Místico, el hombre del encuentro con Jesús. En la Jornada Mundial de la Juventud de 2010 nos indicaba que la meta a la que Jesús nos quiere llevar es: hasta las alturas de Dios, a la comunión con Dios, al estar con Dios. Esta es la verdadera meta, y la comunión con Él es el camino. La obra Jesús de Nazaret, es únicamente expresión de mi búsqueda personal del rostro del Señor. Es el Papa que quiere ser un humilde discípulo, un buscador de la verdad y la caridad, alguien que termina su vida diciendo: Jesús te amo.

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