Los promotores de la biorrefinería de Barcial del Barco ya hablan con nuevos grupos inversores

Los responsables del proyecto empresarial en Barcial siguen adelante con la iniciativa, una vez se ha frenado la reversión de los terrenos

Dos máquinas, en la parcela donde se ubicará la biorrefinería. |

Dos máquinas, en la parcela donde se ubicará la biorrefinería. | / Cedida

Los promotores de la biorrefinería de Barcial del Barco ya han entablado contactos con nuevos grupos inversores en aras de reflotar el proyecto empresarial. Así lo confirmó ayer jueves, en declaraciones a este medio, uno de los impulsores de la iniciativa, Vicente Merino, que señaló que la idea es trabajar “con prudencia y discreción”, una máxima que a su juicio se debe cumplir a la hora de abordar este tipo de negocios. El recelo de los promotores tiene que ver también con los intentos fallidos de financiar su idea hasta la fecha, unos problemas que han estado a punto de tumbar el proyecto de forma definitiva en los últimos meses.

No en vano, hoy mismo tendría que haberse ejecutado la reversión de los terrenos adquiridos por la Diputación para la construcción de la fábrica, ante la ausencia de actividad desde noviembre del año 2021. Las obras sobre la parcela apenas duraron unas semanas y cesaron de manera repentina. Meses después, los promotores elevaron una denuncia contra distintos cargos de la Junta de Castilla y León por un supuesto boicot al proyecto.

A la espera de la solución judicial

A la espera de que el asunto judicial se resuelva, los abogados trabajan en esa vía y los promotores se mantienen centrados en su esfuerzo por sacar adelante el negocio. La ayuda de la Diputación ha frenado la reversión a última hora, y los impulsores de la biorrefinería confían ahora en que se certifique definitivamente la cesión del terreno para que los trabajos en Barcial del Barco se reanuden.

En principio, según los plazos que maneja Merino, una vez se formalizase la cuestión de la parcela, los empresarios tendrían un plazo de ocho meses para reiniciar las obras. En el seno de ese grupo hay un cierto optimismo al respecto, aunque los precedentes invitan a la cautela: “Ya tuvimos la solución y ocurrió lo que ocurrió”, deslizó Merino, que reconoció que la obra lleva más de un año en suspenso, pero que reiteró que la intención es volver a “arrancar nuevamente” cuando sea posible.

El portavoz de los promotores también puso el foco en la importancia de “gestionar la cuestión de la forma más seria posible”, desde la certeza de que los sucesivos retrasos y trabas a la hora de obtener la financiación han sembrado de dudas el camino para la ejecución de una biorrefinería que generó unas expectativas muy elevadas en la provincia durante la primera fase de su gestación.

No en vano, según se anunció al inicio luego frustrado de las obras, la iniciativa empresarial debía generar 250 puestos de trabajo directos y 500 indirectos, mientras que, ya con la industria en marcha, tendría que contar con 60 empleados en la planta y otros 120 en los talleres adjuntos. Además, la perspectiva era que se sumaran otros 2.000 empleos indirectos.

Una oportunidad para equilibrar el territorio

Merino constató que la concreción del proyecto supondría un espaldarazo importante para la zona oeste de la comunidad, especialmente si se suma al proyecto de La Robla. “Es una oportunidad para equilibrar el territorio”, razonó el portavoz de los promotores, que apuntó además que el proyecto cumple con “los objetivos verdes” y con las exigencias marcadas por la Unión Europea.

Todas estas oportunidades que ofrece la biorrefinería han convencido plenamente al presidente de la Diputación de Zamora, Francisco José Requejo, que mantiene un contacto periódico con los responsables de la iniciativa empresarial desde que se comprometió a pagar, con dinero de la institución, la compra de los terrenos. Desde La Encarnación llegaron 307.000 euros para cumplir ese pacto.

Ahora, el dirigente liberal se mantiene a la expectativa de lo que suceda con las negociaciones de los promotores, que precisan de una inversión inicial de entre 160 y 200 millones de euros para poder cumplir con sus objetivos y poner por fin la primera piedra de la fábrica en Barcial del Barco.

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