Odisea de una madre zamorana a bordo de un tren con bebé y carrito

Una mujer presenta una queja a Renfe y la Subdelegación del Gobierno por el trato recibo en un viaje hacia Galicia

Un viajero, en el tren.

Un viajero, en el tren. / EMILIO FRAILE

Carlos Gil Andrés

Carlos Gil Andrés

Una madre zamorana, que tomó el tren a Galicia con su bebé de 13 meses y el carrito ha presentado una queja a Renfe y la Subdelegación del Gobierno por el trato al que le sometieron un interventor y una agente de Policía para conminarle a que cerrara el cochecito del niño y lo dejara con las maletas.

El 13 de noviembre esta mujer, que viaja frecuentemente a Santiago de Compostela, tomó el tren en Zamora. “Solicité con antelación el servicio de asistencia de ADIF para ayuda de personas que viajan solas con carrito de bebé. Viajo en el asiento confort, lo que antiguamente conocemos como preferente” que es más caro que los asientos estándar en los que no cabe el carro para poder acceder a la plaza, dado lo estrecho del pasillo.

Esta usuaria viaja habitualmente en el mismo tren utilizando esa tarifa, que paga en el vagón que tiene espacio para sillas de ruedas y que utiliza siempre y cuando no esté ocupado por una persona que lo necesite. Hasta entonces ningún interventor le había puesto pegas.

“Todo ello porque una persona sola con un bebé de 13 meses en brazos no tiene manos libres para cerrar un carro y colocarlo en los espacios encima de los asientos”.

Malas formas

Ese día accedió al tren, la persona de asistencia le dejó la maleta en su sitio, la madre dejó el carro en el espacio de las sillas de ruedas y se sentó con su hijo en el asiento. Pero aparece el interventor y le exige de malas formas que cierre el carro. La mujer le dice que no puede con el niño en brazos y la alternativa es que se lo deje a alguien y lo cierre. La madre se niega y le dice al interventor que si tanto le molesta cierre el carro él mismo, a lo que contesta el empleado que él no tiene por qué cerrarlo.

No quedó ahí la cosa, porque el interventor se fue y vuelve a los pocos minutos con una agente de Policía que le enseña la placa y ordena a la madre que cierre el carro. La madre intenta explicarse “pero no me deja, me trata como si fuera una delincuente y le pide el DNI”.

Al final interventor y agente de Policía cierran el carro, lo dejan en el portaequipajes y cuando llegan a destino ninguno de los dos aparece para ayudar a la madre a abrirlo con el bebé en brazos.

Esta mujer se muestra consternada por trato recibido y en general la falta de comprensión con las personas que viajan con bebés, ya que de hecho ni un solo pasajero salió en su defensa.

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