La Zamora rural modera su caída

La provincia mantiene la peor evolución del país y pierde 1.510 habitantes en un año, pero los pueblos de menos de 5.000 vecinos sufren el golpe más leve del decenio

Abezames, uno de los pueblos afectados por la despoblación en la provincia. |

Abezames, uno de los pueblos afectados por la despoblación en la provincia. | / Emilio Fraile

Zamora sigue perdiendo población a más velocidad que cualquier otro lugar de España, pero su medio rural ha ralentizado la caída en el último año. Así lo dicen los datos oficiales del padrón continuo, con cifras correspondientes al 1 de enero de 2022. La provincia dejó escapar 1.510 vecinos a lo largo de todo el 2021, un 0,9% de su capital humano, pero 822 de ellos residían en la capital, 147 más en Benavente y otros 84 en Toro. Dicho de otro modo, los otros 245 municipios, los que están por debajo de 5.000 personas, cedieron 457.

Mucho menos peso en la caída

Esto quiere decir que la caída de las zonas rurales supuso un 30% de la pérdida total de la provincia, cuando el año anterior había acumulado el 41% y en el decenio previo había concentrado casi siempre más del 60%. De hecho, en 2018, estos mismos pueblos vieron marchar a casi 2.000 vecinos, más del cuádruple que en esta ocasión. La contención en el descenso coincide con los años duros de la pandemia, y algunos alcaldes apuntan que existe relación entre la crisis sanitaria y la recuperación que han experimentado algunas localidades.

Ejemplos en Hermisende y Villardondiego

No en vano, 88 de los 248 municipios ganaron habitantes a lo largo del año 2021 y otros diez se quedaron como estaban, mientras que, en el último ejercicio previo a la pandemia, eso ocurrió solamente en 42 ayuntamientos. Además, existen casos verdaderamente llamativos. Por ejemplo, Hermisende ha ganado 34 vecinos en este padrón tras perder 39 en un lustro anterior de bajada ininterrumpida.

Su alcalde, José Ignacio González, explica que hay ciertas familias que han decidido pasar más tiempo en el pueblo tras el confinamiento y que han optado por empadronarse. La lucha sanitaria posterior también ha concienciado a otro grupo de la importancia de fijar la residencia en el municipio. Otro caso destacado se encuentra bien lejos de la Alta Sanabria, en Villardondiego, que ha ganado 24 habitantes merced a la llegada de extranjeros y de la mudanza de personas que han apostado por trasladarse al medio rural sin alejarse demasiado de Toro.

En todo caso, los datos tampoco abren paso a la euforia. El duro golpe de la capital y la mala tendencia de Benavente y Toro son malos síntomas, y el grueso de los pueblos también decrece, más allá de que las subidas se hayan vuelto algo menos excepcionales. La evolución de los próximos años marcará si las comarcas consiguen una reacción o si los números negativos recuperan terreno.

CONSULTA LA EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA DE CADA MUNICIPIO AL DETALLE