Sucesos en Zamora

¿De quién eran los 258 gramos de heroína y cocaína del "fumadero" de Las Llamas?

Una madre y su hija se enfrentan a 9 años de cárcel por tráfico de dogas, acusadas por la Fiscalía de dirigir un punto de venta en su domicilio

La mujer de mayor edad acusada de tráfico de drogas en el juicio de la Audiencia.

La mujer de mayor edad acusada de tráfico de drogas en el juicio de la Audiencia. / Jose Luis Fernández

¿De quién eran los 183 gramos de heroína y los 75,8 de cocaína que la Policía Nacional halló en un fumadero del poblado de Las Llamas? La incógnita tendrá que despejarla la Audiencia de Zamora tras el juicio celebrado hoy en el que la Fiscalía Provincial sostiene que los estupefacientes eran de una madre y su hija que residen en una casa anexa al local que negaron estar vinculadas, lo que no ha impedido que se les acuse de tráfico de drogas.

Por el momento, el Ministerio Fiscal exige una condena a 9 años de cárcel para las dos mujeres y una multa de 43.376,7 euros a pagar entre ambas; y 6 meses de cárcel por cada cuota que no abonen de esa cuantía si se les condena finalmente.

Los agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) que registraron el fumadero el 21 de enero de 2021 afirmaron sin género de duda que los 258,95 gramos de estupefacientes que localizaron iban a ser vendidos por las dos imputadas, la mujer de iniciales F.C.J y 60 años de edad; y su hija S.M.C.J., de 35 años.

El letrado de la defensa cuestionó la legalidad de la incautación porque el número de la finca para la que el Juzgado autorizó la entrada de la Udyco no coincide con la anotada en el Registro de la Propiedad, lo que invalidaría todo el procedimiento judicial, manifestó en sus conclusiones.

2.537 euros de sueldos y la prostitución

Parte de los 2.537 euros en metálico hallados en el domicilio procedía de que la madre manifestó que la madre ejercía la prostitución, declaró, mientras que el incautado a la hija eran de sus ingresos por el Salario Mínimo Interprofesional que percibía.

Madre e hija negaron ayer que vivieran juntos y explicó que la joven estaba en su casa de Las Llamas, situada en el número 7 de esa calle, "porque nos cortaron la luz y yo llamé a mi hija" para que viniera.

La mujer justificó la demora en abrir la puerta para facilitar el registro a la policía, unos doce minutos, según indicaron los agentes, porque "uso tapones para dormir y no oí. Salgo a la calle y me dicen que tienen orden de registro, pero no ha aparecido nada que tuviera que ver con la droga", sostuvo ante las magistradas.

En cuanto al trasiego de hombres que salen y entran de su casa, la mujer declaró que "soy prostituta desde los 20 años y hago servicios, a unos una cosa y a otros otra", además "he tenido cáncer y la gente viene a preguntarme qué tal estoy".

El abogado de la defensa solicitó la absolución y aludió a que los agentes registraron el fumadero sin que existiera una orden expresa del Juzgado, que la emitió para entrar en el domicilio de la procesada de mayor edad, donde encontraron 1.357 euros, dinero procedente de ejercer la prostitución. Los 1.180 euros que la más joven guardaba "en el sujetador porque es una costumbre de nuestra etnia gitana" eran de las ayudas que percibe, insistió.

Un bunker

Negó que la puerta de la vivienda permaneciera abierta para facilitar el acceso a los toxicómanos que acuden a comprar drogas, la justificación es que "me dedico a la prostitución", como confirmó su hija.

La imputada tuvo también explicación para las características de la puerta blindada de su domicilio, de hierro, y de las verjas en la ventanas, "la encontré ya así, yo no las puse", frente a la tesis que mantiene la policía de que se trata de un bunker para dificultar los registros.

La procesada más joven testificó para desvincularse de la venta de drogas e insistir en que no vive con su madre, ni siquiera en Las Llamas, aunque una de las viviendas próximas a la familiar "sí es mía, pero ahí no hicieron el registro, se equivocaron".

El fumadero

El habitáculo donde se encontraron los 258 gramos de estupefacientes los usan los toxicómanos para fumar la droga que compran en esta zona de la capital, según la investigación de la Udyco de la Comisaría de Zamora.

La estrategia de que las personas que acuden a Las Llamas para abastecerse consuman en los fumaderos persigue burlar a la acción de la policía que mantiene una estrecha vigilancia sobre los accesos a Las Llamas y la propia calle, así como sobre todo aquel que entra y sale de esta zona, un punto "caliente" de tráfico de drogas, según las diligencias.

Tras los sucesivos operativos para tratar de erradicar el tráfico de drogas, nadie sale de esta calle con estupefacientes encima para evitar que se relacione el lugar con esta actividad ilícita, según relataron algunos de lo integrantes del operativo en el juicio.

El abogado de las mujeres cuestionó que se respetara la cadena de custodia de la cocaína y heroína incautadas remitidas a los laboratorios sin que se alterase el contenido de los paquetes hallados: una bolsa negra que contenía 87,37 gramos de heroína repartida en cuatro envoltorios; y otra más con 55,57 gramos de la misma sustancia. La pureza se estimó en 54,38%.

La cocaína estaba también repartida en otras dos bolsas de 24,35 gramos de una pureza del 46%; y de 50,9 gramos con una pureza de 74,08%. Los envoltorios eran para la venta a terceras personas, sostuvo la fiscala que exigió las penas de cárcel.