La situación laboral de los jóvenes complica el alquiler o compra de una vivienda en Zamora

El acceso a la vivienda, bien sea a través del alquiler o de la compra exige una serie de requisitos complicados de cumplir para buena parte de la población, entre los que destaca el sector más joven.

Pese a que el alquiler parezca, a priori, más económico que la adquisición de una propiedad, también requiere de un capital económico inicial con el que hacer frente a la fianza exigida por los caseros, que puede ser de uno o dos meses, con el importe de la mensualidad; un mes en curso en el caso de contratarlo a través de una agencia, que también puede tener unos honorarios superiores; y el mes de alquiler en el que se empiece. Así, siendo el precio medio del alquiler en Zamora 494 euros según los datos del portal Idealista, el desembolso total podría llegar a los casi 2.000 antes de llegar a poner un pie en la vivienda.

A estas cuestiones monetarias hay que sumar otros requisitos como contar con un contrato laboral con el que se compruebe la solvencia, debiendo ser este fijo en muchos casos; disponer de la nómina de los tres últimos meses para comprobar los ingresos.

Requisitos para la compra de una vivienda

En lo relativo a la compra, lo más habitual es pedir una hipoteca a una entidad bancaria, que suelen conceder una financiación del 80%. Por tanto, para empezar será necesario disponer de unos ahorros con los que afrontar el otro 20% y el gasto adicional derivado de la transacción, que puede suponer un 10% más. En este caso, será el banco el encargado de considerar la solvencia económica, siendo nuevamente necesario un contrato de trabajo indefinido, con una antigüedad de al menos seis meses y varias nóminas anteriores, debiendo no superar las cuotas de la hipoteca y otras deudas el 35% de los ingresos. En caso de duda por parte del banco, será necesario un aval que responda con su patrimonio en caso de impago.

Menores de 30: sin trabajo fijo y pendientes de la movilidad geográfica

Durante el ejercicio de 2021 los jóvenes menores de 30 años fueron el segundo grupo con mayor número de contratos en la provincia, sin embargo, además de ser inferior a la autonómica y la estatal, mantiene el índice de rotación más alto de todos los colectivos. Es decir, son los que más cambian de empleo, lo que conlleva no disponer de un empleo fijo, ni de una estabilidad económica que les permita pensar en una vivienda.

A estas cuestiones se suma la movilidad geográfica, siendo los jóvenes de la provincia uno de los grupos de población que más afronta el desplazamiento por motivos de empleo. Este motivo inclina habitualmente la balanza hacia el lado del alquiler, aunque en este punto llega otra dificultad. La mayoría de las viviendas en alquiler tienen una estancia mínima de un año, un periodo de tiempo que es demasiado extenso para los contratos laborales actuales, por ello, se suele optar por alquilar habitaciones, que aunque también llevan el requisito, pueden ser más flexibles e indudablemente más económicas que una vivienda completa.

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