Entrevista |

“Se está perdiendo la libertad de expresión, y sin ella no existe la democracia”

“La izquierda tradicional tenía una visión del mundo y la nueva carece de ella, tiene un mosaico de luchas y causas”

Juan Carlos Girauta en el Club. | J. L. F.

Juan Carlos Girauta en el Club. | J. L. F. / Sara Parra

Juan Carlos Girauta, escritor, abogado y periodista, presentó ayer en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, su última obra, “Sentimentales, ofendidos, mediocres y agresivos: Radiografía de la nueva sociedad”.

–¿Cómo describiría su libro?

–El libro es formalmente una carta dirigida a un joven, cuya identidad solo se descubre al final, así que podría decirse que es el único ensayo de suspense que existe. El formato de la carta se aprovecha de tal forma que en la primera parte se da consejos a un joven, pero enseguida se convierte en una descripción de la sociedad actual, que se caracteriza por la imposición de una hegemonía cultural de aquello que ha sustituido a la izquierda, lo que podríamos llamar el pensamiento woke.

–¿Qué diferencia hay entre la antigua y la nueva izquierda?

–La izquierda tradicional tenía una visión de mundo, una cosmovisión y la izquierda nueva se caracteriza por carecer de una visión del mundo, pero teniendo un mosaico de visiones fragmentarias de distintas luchas y causas. Puede darse que alguien se haga eco del indigenismo o el catastrofismo climático, pero se da el fenómeno de que todas las otras causas de la colección también las asumen por definición. En definitiva, se sustituye la visión global por causas fragmentarias que preocupan a los activistas climáticos, activistas trans, antitaurinos, etc.

Se ha rescatado un guerracivilismo completamente anacrónico que ha reabierto las heridas de España

–¿Este fenómeno se da solo en España?

–No, es un fenómeno de carácter occidental. Se está dando en toda Europa, Estados Unidos y Canadá. En cada país tiene sus particularidades, aquí se ha rescatado, por ejemplo, la Guerra Civil, con un guerracivilismo completamente anacrónico, porque España ya se había reconciliado y se han reabierto las heridas en los mismos términos de la época.

–¿Por qué se da esta circunstancia?

–Se da porque hay un discurso que las articula a todas y que no está muy a la vista. Este discurso está previsto desde hace bastantes años, concretamente por el filósofo Ernesto Laclau que lo teoriza en el año 85 en su obra “Hegemonía y estrategia socialista”. Es algo que ha acabado sucediendo y que nos dice que este hombre era un gran visionario, o un gran estratega, yo creo que las dos cosas.

–¿Qué conlleva esta situación?

–Peligros para la democracia liberal, para la metodología democrática, el que se haya impuesto esta hegemonía, que afecta a cuestiones como la libertad de expresión, que cada vez se soporta menos, y sin libertad de expresión no hay democracia.

–¿Considera que estamos volviendo a la censura?

–Completamente, a la censura abierta y directa del Estado. De forma arbitraria y sin dar explicaciones a nadie, incluso un gobierno autonómico puede imponer que sobre un asunto en concreto no se investigue ni se publique nada durante bastantes años.

Las personas más ricas del mundo comparten su ideología con los que se creen rebeldes

–¿Qué papel juegan las grandes corporaciones tecnológicas?

–Están completamente sesgadas y conforman una de las razones por las que se ha impuesto de una forma tan rápida el movimiento woke, porque las posibilidades que existen hoy en día de manipular son mayores de las que ha habido nunca. Aquí es donde radica la paradoja de que las personas más ricas del mundo comparten su ideología con los que se creen rebeldes y activistas como los que se pegan a los cuadros o los catastrofistas mediambientales tipo Greta.

–¿Cómo articulan el discurso?

–A través una visión del mundo maniquea, de buenos y malos, ricos y pobres. Su estructura buscar el antagonismo, persigue identificar enemigos constantemente.

–Esta forma, a través de la épica y el antagonismo, ¿no se parece al discurso republicano estadounidense?

–Se parece a lo que han hecho todos los políticos demagogos de la historia, pero lo característico del pensamiento woke es que no tiene una causa, sino muchas, es una cultura del antagonismo completa y si hurgas, detrás no hay conocimiento ni ciencia, solo emociones, porque la educación se ha convertido en algo ajeno al conocimiento.

–¿Qué espera lograr con su obra?

–Me gustaría que el lector , intente pensar por si mismo, que sospeche cuando alguien que tiene que darle argumentos solo le da sentimentalismos, y que lea. Siempre digo que, si de joven has leído los clásicos, va a ser muy difícil que tu mente esté cómoda con la grosería intelectual.

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